Los ayuntamientos de Alemania ya pueden prohibir la circulación de la mayoría de los diésel

La batalla legal de los ecologistas contra decenas de ayuntamientos alemanes ha dado sus frutos: ya está activo el mecanismo legal que permite cerrar la circulación al tráfico de los diésel que no cumplen Euro 6, con carácter inmediato. Lo veremos este mes.

6 min. lectura

Publicado: 20/05/2018 21:00

Es inminente la llegada de la prohibición de circulación de los diésel que no cumplen Euro 6 en las ciudades alemanas que así lo decidan. Alemania lleva tiempo superando los umbrales de contaminacioń por óxidos de nitrógeno (NOx), por lo cual la Unión Europea ha empezado a moverse de forma más decidida.

El viernes la justicia europea demandó a cinco países por lo elevado de su contaminación, entre ellos Alemania. Ayer mismo, el Tribunal Administrativo de Leizpig autorizó con carácter inmediato a los ayuntamientos alemanes a prohibir la circulación de la mayoría de los diésel en calles y avenidas determinadas.

En Hamburgo ya se empiezan a ver carteles como este, que impiden la circulación a los diésel Euro 5 y anteriores. Están afectados más de 10 millones de turismos, tan solo 2,7 millones de diésel alemanes cumplen Euro 6, que entró en vigor en 2014. En un fallo anterior, este tribunal dijo que la limitación no tendría que afectar a los Euro 5, vendidos entre 2009 y 2014.

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Alemania ya contaba desde hace tiempo con un sistema que discriminaba los vehículos por categoría de emisiones, la pegatina Umweltplakette. Dicha clasificación impide acceder a los centros urbanos a los modelos más antiguos, pero estaba dejando colarse a los diésel que más están contaminando el aire. Esto va más allá.

Las prohibiciones para circular se traducirán los primeros días en amonestaciones sin multa, después serán multas de 25 euros. Los propietarios airados de los diésel afectados presionarán en buena lógica a los fabricantes para que reduzcan las emisiones de sus coches usados y así puedan circular.

Según la consultora Evercore ISI, el coste para la industria sería de 14.500 millones de euros. No sería justo que los propietarios corriesen con esos gastos, ya que adquirieron sus coches de buena fe, pensando que eran los más limpios (y en teoría era así). El Dieselgate quitó las vendas de los ojos a mucha gente, los ecologistas resulta que tenían razón: los NOx estaban fuera de control.

Zona de bajas emisiones en Alemania - Fotografía: GillyBerlin (Flickr) CC BY

En los últimos meses los principales fabricantes alemanes están incentivando las ventas de modelos Euro 6 a cambio de un descuento en un coche nuevo a cambio de entregar para desguace un modelo más contaminante. También se está dando la exportación por miles de coches a países del este de Europa, como es el caso de Bulgaria, ya que allí no hay limitaciones para circular.

Son decenas las ciudades alemanas que empezarán a poner limitaciones de circulación a los diésel, al menos los que no cumplen Euro 6. Con el tiempo, unos años más hacia delante, también los Euro 6 puede que sean vetados y se cierren los centros urbanos a los modelos enchufables (híbridos y eléctricos), excluyendo también a los gasolina.

Mientras la industria alemana sigue intentando convencer al público de que el motor diésel tiene recorrido todavía y que los últimos Euro 6D-temp son el colmo de la limpieza, las ventas siguen cayendo en favor de los gasolina o los vehículos de motorización alternativa. A nadie le hace gracia que le impidan circular.

Ni siquiera los Euro 6 -que podrán circular- son precisamente trigo limpio, pero debería notarse la menor circulación de los Euro 5 y anteriores, con estándares de emisiones más laxos

Todo este movimiento judicial fue auspiciado por el grupo ambiental Deutsche Umwelthilfe (DUH), que demandó a decenas de ciudades alemanas por no cumplir con las normas de calidad del aire. Es una de las medidas más inmediatas que se adoptan en Europa para cortar en seco la contaminación por NOx debida a los diésel de fabricación más reciente.

Antes del final de mayo ya se podrán ver las consecuencias de estas limitaciones a la circulación: qué tal lo reciben los conductores, si realmente el efecto se puede apreciar en las mediciones y cómo impacta eso en las matriculaciones. La reputación del motor diésel está muy afectada por el escándalo Volkswagen, que hará tres años el próximo septiembre.

Hemos visto iniciativas locales en varios países europeos, incluyendo el nuestro (Madrid y Barcelona) para reducir los niveles de contaminación. A los alemanes no les costará tanto adaptarse a la nueva situación, su conciencia ecológica está unos puntos por encima, pero todo esto pasará factura a las fuerzas políticas, fabricantes de coches, ayuntamientos... Y si todo esto funciona, el contagio a otras ciudades será un hecho en poco tiempo.

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