Energy Observer, el barco autónomo de hidrógeno, llega a Valencia
El Energy Observer ha llegado al puerto de Valencia, un barco de investigación científica patrocinado por Toyota. Será apoyado en tierra por una flota de Mirai, de pila de combustible, que no se vende en nuestro país. Hay una semana de plazo para conocerlos a ambos.
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Publicado: 31/08/2018 21:30
El hidrógeno es una de las grandes promesas para la automoción: movilidad sin emisiones locales -solo vapor de agua-, autonomía respetable y mínimas paradas para repostar. El problema principal de esta tecnología es que dista de ser una solución masiva, como empiezan a ser los eléctricos de forma progresiva.
De los fabricantes que más apuestan por el hidrógeno tenemos a Toyota, Daimler, Hyundai u Honda -General Motors tuvo un papel más importante previamente-. No se dan por vencidos frente al auge de los eléctricos. Toyota va a la cabeza, y persiste incluso en su faceta comercial. El año pasado vendió 3.000 unidades del Mirai, su berlina de pila de combustible de hidrógeno.
Toyota puso a la venta -en propiedad- el Mirai en 2014
Toyota ha probado esta tecnología en turismos, todoterrenos, autobuses, camiones, carrerillas elevadoras y en cierto modo también en barcos. El fabricante nipón es uno de los patrocinadores del Energy Observer, un barco que produce su propia energía y que está dando la vuelta al mundo. Hasta el 7 de septiembre estará en Valencia.
Este barco obtiene energía eléctrica de placas solares (el techo está repleto), generadores eólicos y maremotrices. Con esa energía dedica una parte a obtener hidrógeno del agua de mar mediante hidrólisis. En otras palabras, podría estar navegando eternamente si no sufriese una avería, como un velero.
Con el hidrógeno mueve motores eléctricos, no contamina nada
En un automóvil el uso de hidrógeno puede discutirse, pero en el ámbito marítimo tiene muchísimo sentido. Es muchísimo más eficiente almacenar energía en forma de hidrógeno para un barco que a base de baterías. En el caso del Energy Observer, la mitad del peso (desplazamiento) se ahorra por no usar baterías. Este barco desplaza 28 toneladas.
Los grandes barcos son una de las principales fuentes de contaminación fuera de ámbitos poblados, ya que utilizan un combustible con un altísimo grado de impurezas y porquería (bunker fuel), prácticamente funcionan con alquitrán. Las emisiones contaminantes son astronómicas, pero sin esos barcos la economía mundial griparía.
El Energy Observer tiene previsto dar la vuelta al mundo en un plazo de seis años. Fue botado en 2017 en Saint-Malo (Francia), y está recorriendo los puertos del Mediterráneo. Después partirá hasta el norte europeo. Para 2020 debería arribar a Japón, coincidiendo con las olimpiadas y paraolimpiadas de Tokio.
Su velocidad de crucero es de 8-10 nudos y mide 30,5 metros de eslora
Los pasajeros del barco son científicos y están estudiando la viabilidad del concepto, que de entrar en práctica podría suponer una revolución en el transporte marítimo, al menos en barcos no muy pesados como este. En los grandes buques el hidrógeno podría aliviar mucho su consumo y emisiones contaminantes, a modo de aditivo en los motores de combustión interna, o en pilas de combustible para motores eléctricos.
En un automóvil no se puede captar energía solar suficiente para que sean totalmente autónomos, en prototipos como el Sono Sion la energía solar es un apoyo para sus baterías eléctricas. En cuanto al uso de aerogeneradores, no merece la pena, el aporte energético neto es negativo, pero en un barco la aerodinámica no es tan importante.
Toyota se ha marcado el objetivo de ser un fabricante neutro en carbono para 2050, es decir, que ya no emita ni un gramo más de CO2 a la atmósfera. Los científicos siguen advirtiendo que, si no se reduce el aporte constante de dióxido de carbono, el clima mundial se descontrolará de forma irreversible y los damnificados se contarán por miles de millones.
La investigación en hidrógeno por parte de Toyota se remonta a hace 20 años, poco después de iniciar la vida comercial de su primer híbrido-eléctrico, el Prius. El hecho de ser un fabricante con muchos recursos de i+D le permite gastar fabulosas sumas para seguir mejorando la tecnología, y ahora está en la fase de hacerla más accesible: la producción del Mirai se podría multiplicar por 10 en pocos años (esa es la intención).
No solo han de abaratarse -y mucho- los coches, también el propio hidrógeno. En el barco, usando fuentes renovables, el precio no es un problema, la naturaleza lo da todo. En tierra es diferente, si el aporte energético no es renovable, ni es una alternativa económica a la gasolina, ni soluciona gran cosa en cuanto a emisiones se refiere.
El barco visitará 50 países y 101 puertos hasta el año 2022.