Batería de coche, descripción, tipos y cuidados
Si el motor es el corazón de un coche, la batería es el sistema nervioso que lo pone todo en marcha. Muchas veces nos prestamos atención a este elemento indispensable, así que es hora de saberlo todo sobre la batería de nuestro coche.
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Publicado: 23/03/2020 10:00
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En un automóvil hay diferentes elementos, algunos de ellos no tan importantes, pero otros en cambio hacen que el coche no funcione si se estropean. La batería de un coche es uno de esos elementos. La ignoramos la mayor parte del tiempo, y solo nos acordamos cuando su vida útil se acaba, generalmente lo hace en el peor momento posible. Aunque requiere pocos cuidados es necesario saber qué funciones realiza, cómo debemos cuidarla y también hay que saber qué conviene hacer para cambiarla.
¿Qué es la batería de un coche?
Como su propio nombre indica, una batería es un acumulador de energía. Un recipiente capaz de generar una corriente eléctrica que pone en marcha el motor de nuestro coche. En un primer momento actúa sobre el motor de arranque, un pequeño motor eléctrico que pone en pie al resto de componentes que forman el motor. Si esa corriente eléctrica no podremos arrancar, y por lo tanto no podremos circular. Sin embargo hay formas alternativas para arrancar un coche sin batería que pueden sacarnos del apuro momentáneo.
Una batería es en realidad una pila. Está compuesta por diferentes elementos internos que mediante una reacción química son capaces de generar electricidad. Como ya hemos dicho, esa actividad sirve para poner en marcha el motor. Cada batería tiene un número determinado de ciclos de arranque, una vez se cumple la vida útil de la pila esta se agota, aunque gracias al alternador su duración se consigue extender en el tiempo mientras que el motor esté en marcha. No todas las baterías son iguales, así que conviene repasar qué tipos existen actualmente en el mercado.
¿Qué tipos de baterías hay?
Baterías de celdas húmedas: Son las más comunes y las más extendidas. Su funcionamiento es sencillo pero a la vez complejo. Están compuestas por un número determinado de placas de plomo sumergidas en una solución de agua y ácido sulfúrico. De ahí que se denominen baterías húmedas. Presentan ventajas importantes como el bajo coste y el poco mantenimiento que requieren. Gracias a ello son las que nos encontramos más habitualmente bajo el capó de nuestro coche.
Baterías de iones de litio: A diferencia de las baterías anteriores, las pilas de iones de litio no son comunes encontrarlas en el sistema de arranque de nuestros coches. A día de hoy son la solución más extendida para impulsar a los coches eléctricos gracias a su elevada eficiencia de uso. Su principal inconveniente es el precio. Aunque cada vez resultan más baratas de fabricar, siguen teniendo un coste relativo alto.
Baterías de metal hidruro: Son muy similares a las anteriores, aunque en este caso se cambian los componentes que la forman. Tampoco se usan como batería de arranque, pero sí para encargarse de la movilidad de algunos de los muchos híbridos que existen en el mercado. Su principal ventaja es que aguantan un mayor número de ciclos de descarga y que tienen mayor potencia específica.
Baterías de calcio: Volvemos a baterías más convencionales. En este caso hablamos de un modelo muy similar al de celdas húmedas. La composición es la misma, pero en lugar de plomo para las placas se usa calcio. Presentan una vida útil mucho mayor gracias a su lenta descarga, pero por el contrario sufren serios daños en caso de sobrecarga, y de ahí que su uso no esté tan extendido. Sus precios son muy similares a los de las baterías de celdas húmedas.
Baterías VRLA: Su nombre deriva del inglés Valve Regulated Lead Acid. También se denominan baterías selladas o de libre mantenimiento. Presentan dos variaciones, de gel o AGM (Absorbed Glass Mat). Las primeras no se usan en sistemas de arranque al no ser tan útiles. Sin embargo las baterías AGM cada vez se usan más por su excelente durabilidad. ¿La pega? Pues que no sales tan baratas como las convencionales.
¿Cómo debo cuidar la batería de mi coche?
Como ya hemos dicho, la batería del coche es un elemento indispensable para que este funcione. Pero tiene una ventaja muy grande, y es que sus cuidados no requieren mucho tiempo y menos esfuerzo. Apenas hay que vigilar que tenga buena apariencia, evitar que se acumule suciedad o elementos encima de ella. De esta manera evitaremos una descarga más rápida, una pronta oxidación o lo que es peor, una sobretensión.
Los cuidados más habituales se centran en nuestros hábitos. Lo más recomendable es no dejar el coche en funcionamiento con el motor apagado. Si el coche va a estar mucho tiempo parado tampoco está de más desconectar la batería para evitar su descarga, aunque revisa primero el manual para ver cómo se hace. En épocas de frío no conviene encender tempranamente elementos que requieran muchos recursos eléctricos, como asientos calefactados, volante térmico o luneta térmica, espera a que el motor haya alcanzado su temperatura óptima. Ésta última es una de las muchas recomendaciones que ya te dimos en nuestro práctico de consejos para el arranque en frío.
De vez en cuando conviene revisar el nivel de carga de la batería. Con una rápida visita al mecánico podremos saber si el almacén eléctrico de nuestro coche se encuentra en buen estado, y en algunos casos se podrá recargar la batería si las condiciones lo permiten. Haciendo esto no conseguiremos alargar la vida de la misma de forma eterna, pero sí que conseguiremos adelantarnos a ese fatídico momento que suele sobrevenir cuando menos lo esperas.
Pero sintiéndolo mucho, aunque cuidemos al máximo la batería de nuestro coche llegará un momento en el que su vida útil se acabe. En ese trascendental momento debemos ponernos en manos expertas, tanto para la elección de una nueva pila como para el cambio de la misma.
A la hora de cambiar la batería tendremos que ser muy cuidadosos. Los coches modernos incluyen cada vez más sistemas eléctricos, y es fácil provocar el caos si no prestamos atención. Revisa el libro de instrucciones de tu coche, y ante la más mínima duda ponte en manos de profesionales. Podemos agravar mucho más un problema que no pasa de lo cotidiano.