La producción del Bentley Mulsanne terminará en abril, adiós a la lujosa berlina
El Bentley Mulsanne cae. La marca británica cesará la producción de la lujosa berlina en abril, poniendo al nuevo Flying Spur en su lugar. El sucesor, un eléctrico que no llegará hasta mediados de la década. Un adiós que merece un repaso por los detalles del buque insignia, que lo hacen ser tan exclusivo.
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Publicado: 29/02/2020 12:00
Después de 40 años en producción en la factoría de Crewe, el Bentley Mulsanne morirá en el mes de abril. La berlina de lujo que se encaramó en el pináculo de la oferta y superando al Bentayga, ha llegado al final de su vida comercial.
En su lugar, como te anunciamos, el Flying Spur tiene una muy difícil misión, la de conquistar a los mismos clientes que apostaron por el hermano mayor. La última generación del modelo llegó al mercado en 2009 y se ha extendido durante 12 años, dos más de lo previsto porque en 2018 se tendría que haber presentado un relevo, un indicio de que la decisión estaba prácticamente tomada.
Y es que los análisis internos de Bentley no apuntaban claramente a un relevo, especialmente por el elevado coste que supone y con una ambiciosa estrategia para el lanzamiento de un eléctrico de gran lujo encima de la mesa, una más que importante inversión y, lo que es casi peor, por doble.
Pero ha habido un dato que ha pesado mucho: las 7.300 unidades vendidas desde 2009, una cifra muy baja a pesar de los más de 350.000 Euros que cuesta "básico" y que, en los últimos años, apenas se entregaban 100 unidades al año.
El Mulsanne se ha vendido en dos longitudes, llegando a los 5,83 metros de la versión de distancia entre ejes extendida, y con un poderoso motor de hasta 549 CV en la versión deportiva del Mulsanne Speed que, con 2.700 kilogramos de peso, alcanzaba los 305 km/h, parando el crono en 4,8 segundos acelerando de 0 a 100 km/h.
Bentley pierde un modelo de la gama que necesita de 400 horas de trabajo manual hasta que sale por la puerta de la factoría de camino a su propietario, cuya pintura cuenta con 125 capas una encima de otra hasta lograr el tono de color y acabado perfecto, con una docena de horas de pulido.
Y con un interior para el que se necesitan entre seis y ocho vacas para el tapizado íntegro. Para que te hagas una idea, si no te parece exclusivo aún, el manual del propietario, se cobra: cuesta 529 Euros y es en alemán. El Flying Spur, basado en el Panamera, para muchos, no podrá reemplazar a este modelo.