Blablacar irá a los tribunales, ¿pero acaso lo merece?

Hace varios meses, las empresas de autobuses protestaron ante las autoridades por lo que consideran competencia desleal por parte de Blablacar. El 1 de octubre la empresa de coche compartido se defenderá ante el juez, como ya pasó con Uber

8 min. lectura

Publicado: 09/08/2015 14:00

Vuelven las comparaciones entre Uber y Blablacar, aunque sean dos planteamientos muy diferentes. Mientras que Uber es básicamente un servicio de taxi a corta distancia usando conductores particulares y profesionales, Blablacar es un medio de conectar viajeros y conductores a media y larga distancia, o para recorridos habituales cortos (p.e. casa-trabajo).

El mismo tribunal que "cerró" Uber, el juzgado Mercantil nº 2 de Madrid, decidirá el 1 de octubre si tiene que pedir la suspensión cautelar de Blablacar, si no le convence la defensa legal de la empresa participada por Comuto Iberia y Comuto SA. Los demandantes aportan un estudio que refuerza los argumentos de su denuncia.

En la actualidad, Blablacar cobra una comisión mínima del 10% por cada trayecto a cada pasajero, más el 21% de IVA, en concepto de gastos de gestión. Si el viaje se reserva con poca antelación, la comisión sube, al igual que penaliza en el mundo del transporte en general no ser previsor. Ahora bien, ¿merece Blablacar sentarse en banquillo?

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Competencia leal, competencia desleal

El sector del autobús afirma que Blablacar no tiene una licencia de transporte de pasajeros, lo cual es cierto, y que algunos conductores sobrepasan la barrera del consumo colaborativo y pasan a percibir beneficios. Según la legislación española, compartir gastos es legal, el ánimo de lucro exige licencia y pago de impuestos.

Se han analizado 74 rutas que cubren Blablacar y las empresa de autobús

Algunas rutas tienen un número muy elevado de plazas disponibles, las principales son las que conectan el centro con Levante. Doy fe de que son rutas con mucha actividad, existe esa demanda, pero también os digo tras tres años compartiendo coche, que solo una mínima fracción de esos pasajeros consideran alternativa al autobús.

A nivel práctico, tanto Blablacar como el autobús pueden llevar a la gente de un sitio a otro. Sin embargo, los pasajeros no lo perciben igual, se quejan de la lentitud (el autobús no supera los 100 km/h, múltiples paradas...), de la falta de frecuencias, de la calidad del servicio, las huelgas de transporte, etc. Obviamente, estamos hablando ya de cosas diferentes.

Los pasajeros de Blablacar tienen una enorme libertad de elección de horarios, a veces pueden hasta elegir el color del coche que les va a llevar. En cuanto a la calidad, está el sistema de valoraciones para conductores y pasajeros, uno sabe con quién va a viajar, o si viajará con alguien "virgen" sin historial. Y respecto a las huelgas, es algo que no ocurre, directamente.

La comisión de Blablacar cubre sus propios gastos, no los del conductor

Blablacar no fija los precios del viaje, lo hacen los conductores. La plataforma conoce el precio medio por trayecto que se ha fijado anteriormente, e indica si es un precio normal (verde), por encima de lo normal (naranja), o exagerado (rojo). También existen mecanismos para detectar conductores que buscan el lucro, aunque no son perfectos, no hay inspectores para controlarlo.

Por ejemplo, un conductor puede ofrecer tres plazas para un trayecto, y plantarse el día de la recogida con un monovolumen grande y haber captado más personas a través de Amovens, la plataforma rival. Si no se reduce proporcionalmente el coste de las plazas, pues sería ánimo de lucro puro y duro. Blablacar se ha defendido varias veces en este sentido, dicen haber expulsado a quien no jugaba limpio.

Ruta Viajes ofrecidos Precio mínimo Precio en autobús
Madrid-Valencia 164 19 € 29,71 €
Madrid-Murcia 203 22 € 32,61 €
Madrid-Alicante 153 23 € 34,11 €

Ejemplo aportado por Confebús: actividad de Blablacar el 3 de mayo de 2015

Existen casos que se escapan a ese control. Pudimos verlo por ejemplo en el programa "El efecto Uber" de Equipo de investigación (La sexta), en el que pillaban in fraganti a un chico que hacía con su Ford Focus Madrid-Valencia ida y vuelta, todos los días, llevando a cuatro pasajeros por 15 euros cada uno. Sacaba "limpios" 15 euros al día. Los inspectores de transporte acabaron poniéndole una multa.

Compartir coche es perfectamente legal, si se dan las siguientes condiciones:

  • No puede haber ánimo de lucro: el conductor no puede imputar a los pasajeros un precio superior al coste total del viaje
  • No puede ser una actividad habitual: no es lo mismo hacer trayectos que íbamos a hacer igualmente, a hacerlos ex profeso varios días a la semana
  • No puede haber beneficios

Si consideramos la ley en su sentido más estricto, no se pueden llevar desconocidos en el coche, ya que no cumplen con la figura del allegado, que se define así: "familiares u otras personas que convivan o tengan con aquél una relación de dependencia personal o laboral de carácter doméstico, así como aquellos cuyo transporte se realice en base a una relación social de amistad o equivalente" (artículo 156 del ROTT).

¿Usas Blablacar? No tienes de qué preocuparte

Hasta la fecha, no se ha interpretado el artículo 156 del ROTT en su forma más estricta, y no hace falta ser amigo o conocido de los pasajeros antes de llevarles. Ahora bien, es importante que el precio fijado se corresponda a los gastos variables del viaje, porque no procede imputar el coste de la ITV, seguro, plaza de aparcamiento... que se iban a pagar igual.

Los viajes de Blablacar entran dentro de la figura de los transportes privados particulares, que no están sujetos a autorización administrativa ni requieren licencia de transporte de pasajeros. Tampoco hay que declarar nada a Hacienda, ni darse de alta en la seguridad social, ni contratar un seguro de responsabilidad civil especializado. Eso sí, Blablacar tiene coberturas adicionales con la aseguradora Axa, sin coste añadido.

Eso sí, las empresas de autobús podrán demostrar que la actividad de Blablacar les ha perjudicado. Lo que ya es más complicado de demostrar es que esos pasajeros habrían viajado en autobús de no existir esta u otras plataforma de viaje compartido. Ya os digo que por mi experiencia personal, abultada en esta plataforma, la mayoría de la gente no quiere saber nada de los autobuses, salvo que sea la última opción.

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