Coches RarunosBMW Alpina 318i (1981), el BMW más eficiente de la historia

En 1981 Alpina consiguió establecer todo un récord de eficiencia con un BMW 318i E21. A través de medidas drásticas y una ingeniosa aerodinámica, el fabricante alemán logró una cifra de consumo que ha brillado durante más de tres décadas.

7 min. lectura

Publicado: 25/07/2015 09:00

Alpina es un fabricante alemán de automóviles que ha ganado su fama con automóviles basados en modelos de BMW. Decimos fabricante y no simplemente preparador porque en Alemania esta marca está reconocida oficialmente como fabricante de automóviles independiente y sus coches cuentan con sus propios números de serie.

Desde siempre, Alpina ha centrado todos sus esfuerzos en hacer que los vehículos de BMW sean más exclusivos, dotándoles de un mayor lujo y potencia. Siendo sinceros, hay que reconocer que el consumo de combustible suele mantenerse en un segundo plano, no es una prioridad.

Quizá por eso llama más la atención que Alpina se presentara en una exigente prueba de eficiencia, en la que obtuvo unos resultados sorprendentes. Corría el mes de julio del año 1981 y la prestigiosa revista alemana Auto Motor und Sport colaboró con la firma de lubricantes Shell para crear un desafío.

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Un BMW Serie 3 E21 de serie tenía este aspecto

El reto tuvo lugar en el circuito de Hockenheim

La idea era sencilla: recorrer un kilómetro de distancia en un circuito y ver qué coche gastaba menos. Así, en el Shell Kilometer Marathon, como se denominó el reto, estuvieron presentes cerca de 120 equipos participantes entre los que Alpina se hizo con el triunfo en su categoría y con el segundo puesto en la general con una marca espectacular en aquellos tiempos ¿Cómo lo consiguieron? Con un modelo digno de nuestra sección Coches Rarunos.

Dentro del catálogo de la marca alemana por aquella época, el BMW Serie 3 de la generación E21 era el coche más pequeño que se ofrecía y el modelo de acceso era el Alpina C1 323i, con motor 2.3 de 170 CV. Tenía un enfoque demasiado prestacional para una prueba de consumo así que buscaron alternativas.

Alpina eligió enfocarse en el BMW 318i, que tenía un motor de cuatro cilindros y 1,8 litros que desarrollaba una potencia de 105 CV. Resulta curioso que el especialista alemán no se decantara por versiones menos potentes como el BMW 316 de 90 CV o la recién estrenada versión de acceso BMW 315 que ofrecía apenas 75 CV.

El coche de Alpina captó todas las miradas con su presencia

Para maximizar la eficiencia del propulsor se tomaron medidas drásticas para exprimir al máximo cada gota de gasolina. Por un lado se permitió que trabajaran únicamente dos cilindros que enviaban el par a sólo una de las ruedas traseras. Por otro, se tomaron medidas para reducir la fricción de los elementos mecánicos.

El diseño aerodinámico era fundamental y el Serie 3 de Alpina sorprendió con un llamativo frontal con forma de cuña. En este apéndice tuvieron el detalle de mantener la silueta de la parrilla de doble riñón característica de BMW, los faros fueron carenados e incluso se dispusieron un par de bombillas a modo de intermitentes.

Hoy en día puede verse como un trabajo aerodinámico bastante rudimentario. La altura libre al suelo no fue reducida y los retrovisores exteriores se mantuvieron en su sitio sin ni siquiera reemplazarlos por otros con una forma más propicia. Tampoco se eliminaron los limpiaparabrisas.

El Alpina C1 durante la prueba

El frontal sólo era una carcasa, debajo se mantenía el morro original

Los chicos de Alpina no eligieron neumáticos más estrechos ni unas llantas con un diseño que ofrecieran menos resistencia al avance. Ni siquiera modificaron la zaga del vehículo un ápice, a pesar de que tan importante es el flujo de aire frontal como las turbulencias provocadas por detrás.

A pesar de que era muy mejorable desde el punto de vista actual, Alpina demostró la importancia de la aerodinámica: logró un consumo de combustible de 2,672 l/100 km. Si no te impresiona demasiado piensa que esto sucedió hace 35 años, cuando ese mismo coche de calle homologaba un consumo de 8,4 l/100 km.

No me cabe duda de que si una prueba de tal calibre como ésta se hiciera hoy en día tendríamos cientos de fotos y algún video. Quizá sea el producto del tiempo pero 34 años después apenas se pueden encontrar más imágenes del BMW Alpina 318i que las que tienes en este artículo. Quizá nadie le dio demasiada importancia a su hazaña en su momento.

El podio: tanto el Volkswagen Golf (1º) como el Mercedes 200D (3º) usaban motores diésel

Pero el tiempo es el que pone a cada uno en su sitio. El Alpina 318i ha sido durante más de tres décadas el BMW más eficiente jamás creado. Bien es cierto que sus extremas medidas de ahorro no eran extrapolables a los coches de calle, pero no ha sido hasta 2013 cuando la marca bávara ha conseguido un modelo más eficiente y para ello ha tenido que recurrir a la electricidad: el BMW i3.

Actualmente estamos en una época en la que vivimos una frenética lucha contra el consumo. Los motores pequeños sobrealimentados están plagando las gamas mecánicas de muchos modelos, se emplean sistemas de desconexión de cilindros, y se popularizan las parrillas activas que abren y cierran automáticamente el paso de aire.

No sólo eso, las nuevas tecnologías también permiten que los neumáticos ofrezcan una baja resistencia a la rodadura y que las transmisiones se desacoplen en marcha para aprovechar las inercias. Un sueño en 1981. Sin todo eso y con apenas unos conocimientos primordiales de aerodinámica, Alpina se hizo con un hueco en la historia del automóvil.

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