BMW tendrá una nueva fábrica en Europa: Debrecen, Hungría
El gigante Premium alemán continúa expandiendo su red de fábricas mundial con una nueva planta que se construirá el año que viene en Hungría. Relativamente cerca de Alemania, producirá tanto modelos convencionales como eléctricos, y puede aliviar los impactos del proteccionismo.
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Publicado: 31/07/2018 21:00
Actualmente BMW tiene 30 fábricas repartidas por 14 países, y la más grande está en Spartanburg (Carolina del Sur, Estados Unidos). Dentro de unos meses serán 31, ya que se va a construir un nuevo emplazamiento en Debrecen (Hungría), sita a 200 kilómetros de Budapest.
BMW invertirá en la planta 1.000 millones de euros
Europa es -todavía- el primer mercado mundial para BMW, cuando otras marcas Premium ya tienen el grueso de sus ventas en China. En 2017 el 45% de las ventas -1,1 millones de unidades- encontraron hogar en Europa. Con los datos de junio cerrados, van 560.000 entregas en el viejo continente, es decir, un 1,2% más que entre enero y junio de 2017.
En un contexto de grandes ventas y desafíos productivos, BMW quiere que sus fábricas sean capaces de dar salida a modelos convencionales y eléctricos en las mismas cadenas de producción. La planta de Debrecen responderá a ese paradigma. BMW llevaba sin levantar una fábrica en Europa desde finales de el año 2000, cuando se inauguró la planta de Leipzig.
La nueva planta se empezará a construir en el segundo semestre de 2019. Tendrá una capacidad de 150.000 vehículos al año y precisará de unos 1.000 trabajadores para funcionar. Ahora mismo Hungría tiene fábricas de Mercedes-Benz (Daimler), Audi y Suzuki. El país roza el pleno empleo -tasa de desempleo del 3,6%- y algunos puestos son difíciles de cubrir.
Además, PSA tiene una fábrica de motores para Opel. El año pasado el sector automovilístico generó 8,08 billones de forintos húngaros, al cambio 25.219 millones de euros. Según los datos oficiales, eso corresponde con la quinta parte del PIB húngaro. Países de su órbita también han recibido notables inversiones de los fabricantes europeos.
No sabemos qué modelos se van a fabricar en Debrecen. Sabemos que BMW pretende hacer un "balance" entre sus plantas europeas, americanas y asiáticas, lo cual sugiere que BMW podría aumentar en Europa la producción destinada al mercado doméstico. Eso es un aviso para navegantes, o para Donald Trump y los votantes de Carolina del Sur.
A día de hoy la planta americana de Spartanbug fabrica los BMW X3, X4, X5 y X6, así como sus correspondientes versiones M. En el caso de que la guerra comercial fuese inevitable entre Estados Unidos y Europa, y pasasen a ser gravados los coches de producción estadounidense, Debrecen podría aliviar parte del problema.
Por otro lado, otra posible salida de BMW a ese problema consistiría en importar coches fabricados en China, ya que los X3 y X4 de última generación ya se producen localmente. Es más, el BMW iX3, totalmente eléctrico, se producirá allí. Otra posible utilidad de Debrecen es minorar los efectos de un "Brexit" duro, sin acuerdo comercial.
BMW tiene también fábricas en el Reino Unido. En el caso de que los británicos abandonen el mercado común, habrá un incremento arancelario en coches y componentes del 10% en ambos lados del Canal de la Mancha. Eso se puede esquivar desviando producción a Hungría, y dejar las fábricas británicas más centradas en atender el mercado doméstico del archipiélago.
Como podemos ver, los grandes fabricantes tienen cierto margen de maniobra para esquivar las políticas proteccionistas que tanto amenazan al comercio mundial, donde Estados Unidos es el principal protagonista: no ha firmado ciertos acuerdos (TTIP con la UE y TTP con naciones del Pacífico), pone en peligro los existentes (NAFTA/TLCAN) y ha dinamitado el status quo con China y la Unión Europea.
Los fabricantes suelen sincronizar la producción de un modelo en una planta con un restyling o una nueva generación, no es lo habitual que en mitad de un ciclo -o medio ciclo- se cambie un lugar de fabricación. Eso nos puede dar una pequeña pista sobre qué modelos pueden llegar allí: susceptibles de recibir motorizaciones eléctricas y con refrescos o renovaciones totales a la vista.
Otra moraleja de la historia es que en la industria automovilística el dinero huye de los problemas. Si Estados Unidos y el Reino Unido se vuelven inestables como socios, hay que curar en salud. 1.000 millones de euros es mucho dinero, pero tener que amortiguar parcialmente aranceles de importación sobre cientos de miles de coches no sale precisamente barato. Igual, hasta les salen las cuentas.