BMW compra Alpina, el especialista alemán en tuning se suma al grupo bávaro

Desde 1978, ALPINA ha estado poniendo su toque más deportivo y lujoso a los modelos de BMW. Casi cada modelo lanzado por la marca alemana ha tenido una réplica en el que el preparador con sede en Allgäu ha dejado su impronta con un extra de potencia y con una terminación más lujosa, una combinación de estas dos cualidades pero siempre sin pisar el terreno de los modelos más extremos de la división deportiva.

Ahora, tanto el preparador como el grupo BMW han anunciado la adquisición de todos los derechos de la primera, por lo que pasa a formar parte del conglomerado de marcas de los de Múnich. Lo cierto es que el propósito de esta adquisición tiene otros objetivos para la firma de Buchloe, cuya transformación no ha supuesto nunca la pérdida de garantía para los clientes. La adquisición del grupo BMW desmonta la reciente renovación del acuerdo de cooperación que ambas partes firmaron el pasado mes de diciembre, y que finalizará el 31 de diciembre de 2025, un acuerdo que permite valerse de la licencia de BMW en los modelos actuales, por lo que los futuros modelos ya tendrán el sello de BMW ALPINA.

ALPINA pierde su independencia a cambio del importante apoyo de BMW

Pieter Nota, director de ventas de ALPINA, ha manifestado que «Al adquirir los derechos de marca, daremos forma a la existencia a largo plazo de esta marca tradicional de una manera orientada al futuro», sin desvelar detalles del acuerdo en términos financieros y señalando que las acciones de la compañía no serían adquiridas. Del acuerdo lo que ha trascendido es que, a partir de 2026, BMW introducirá una mayor oferta en la gama de productos del preparador, por lo que éste ampliará su negocio más allá de la combustión tradicional.

Sus modelos salían de las instalaciones de producción y se trasladaban a la sede ALPINA para adoptar las mejoras propuestas por el preparador, conservando la estética original exterior e interior, y siempre complementada con paquetes de mejoras aerodinámicas que aportan mayor agresividad y un mayor lujo al interior, mientras que en el plano mecánico, una nueva unidad de control del motor con mapas de inyección específicos y retoques técnicos permitían aumentar las prestaciones generosamente. Ahora, con la inyección de BMW por detrás, se asegura el futuro del preparador con la entrada en la era de la electrificación total, y se ofrecerá un extra de refinamiento.

A pesar de las circunstancias especiales que rodean a la economía mundial, y a la producción de coches nuevos en particular, ALPINA puede presumir de que un negocio familiar con 300 empleados convirtiese en objeto de deseo nada menos que 2000 unidades, siendo el pasado 2021 el año más exitoso de su historia. Un acuerdo que ya se venía gestando, especialmente a la vista de la última puesta a punto recibida por el ALPINA B8, cuyos prototipos de la berlina deportiva de lujo salieron a la calle prácticamente al mismo tiempo que los de la propia BMW, y con presentaciones prácticamente simultáneas, respetando tiempos.