BMW no sabe qué hacer con los M3 y M4 (porque la decisión no es nada fácil)

BMW tiene un problema con sus M3 y M4. La nueva generación de estos dos modelos debería llegar en un plazo aproximado de entre 4 y 5 años, y aún no tienen nada claro que tipo de motorización llevarán. La decisión no es nada fácil y en el punto de mira está la electrificación total.

BMW no sabe qué hacer con los M3 y M4 (porque la decisión no es nada fácil)
El futuro del BMW M3 y del BMW M4 estará ligado a la electrificación

7 min. lectura

Publicado: 21/07/2023 14:15

Es una encrucijada. La Bayerische Motoren Werke tiene una papeleta encima de la mesa, y parecen no tener demasiado claro por dónde tirar. Los BMW M3 y sus derivados dieron mucho a la marca. La subieron de nivel, crearon un aura de altas prestaciones en coches de uso diario, y siempre fueron un referente en cuanto a deportividad. Pero con la electrificación, las regulaciones medioambientales y un mercado que pide otro tipo de producto, se puede llegar a un mal destino si no se toman las decisiones correctas.

La marca está asumiendo con celeridad los cambios en la industria. Tiene excelentes productos electrificados en varias de sus familias y algún modelo, como el espectacular BMW i4 M50, lleva la letra M estampada en su capó trasero. Pero en el caso de los BMW M3 y M4 previstos para 2027 o 2028, hay informaciones algo contradictorias con respecto a su futuro. Estos modelos tendrán que seguir siendo de gasolina o eléctricos, pero no podrán disponer de estas dos mecánicas en paralelo.

BMW M3 Competition
BMW M3 Competition, una bestia sobre ruedas con 510 CV

El papel de la electrificación en el futuro de los BMW M3 y M4

El jefe de desarrollo de los bávaros, Frank Weber, dijo a principios del año pasado que el nuevo M3 podría pasar a ser exclusivamente eléctrico. Sin embargo, el responsable global del mítico departamento BMW M, Frank van Meel, declaró la semana pasada al medio australiano Drive que electrificar plenamente los M3/M4 es una opción, pero la compañía solo consideraría el cambio si esto significase una mejora ante la arquitectura saliente.

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Van Meel declaró que «El próximo M3 o M4 tiene que ser mejor que el actual. Y si eso se puede hacer de forma eléctrica, entonces probablemente será eléctrico. Si no, seguiremos con el motor de combustión. Es bastante fácil. Pero, por supuesto, intentamos que sea eléctrico puro». De paso tiró un jarro de agua fría sobre la idea de que los hermanos M pudieran ofrecerse con una variedad de propulsores, incluyendo gasolina, híbridos enchufables o eléctricos. «No creo que (tengamos) las tres opciones. Eso sería ir demasiado lejos. En realidad, nos gustaría ofrecer solo una. Pero nunca se sabe».

Los costes industriales de ofrecer todas esas opciones, con una tendencia hacia la desaparición de los motores de combustión puros, no entra dentro de sus cuentas. Por eso BMW se topa de cara con algo similar a la llamada «Dilema del Innovador». Un nuevo producto, que ofrece dudas, pero que es más avanzado que el previo, puede dar al traste con algo que posee y le reporta beneficios reconocibles. No es exactamente así, pero se le parece bastante.

BMW M4 Competition Cabrio
El BMW M4 Competition está disponible en carrocerías Coupé y Cabrio

El futuro de BMW M está ligado a la electrificación

La familia M de BMW tiene la costumbre, es lo habitual, que cada generación supere y mejore a la anterior en prestaciones y capacidades. Se habla de propulsiones eléctricas de hasta 1.000 CV en un futurible M2, así que en este aspecto debería ser fácil superar las cifras de los actuales motores térmicos. A algo así le sería fácil dejar atrás a los 510 CV y 650 Nm del motor de gasolina de seis cilindros en línea biturbo y 3.0 litros de los actuales M2, M3, y M4. El problema vendría más bien por la distribución de pesos, masa móvil, e inercias.

Gran parte del espíritu deportivo de los BMW M no procede solo de la fuerza bruta, sino del comportamiento dinámico de sus diseños. Pocos coches se mueven como un BMW de altas prestaciones, y el peso de unas baterías podría modificar estas características hasta el punto de hacerlos irreconocibles. Un buen ejemplo de esto es el Porsche Taycan. El superdeportivo eléctrico —un vehículo excepcional— te deja sin respiración en sus fulgurantes aceleraciones, pero es uno de los primeros Porsches de la historia que en un exceso puede llegar a subvirar, irse de delante, cuando tradicionalmente lo han hecho de atrás. Es producto de las más de dos toneladas que mueve y de la ausencia del motor en la zaga.

Subirse a un M3, o cualquiera de sus hermanos de la familia BMW M, es hacerlo en algo muy especial, y toda esa magia puede perderse. Si en otras ediciones, como los M2, dirigidos a un público más joven, o los M5, hacia personas de más edad, o con familia, el alma de los M3 y M4 puede sufrir. La clientela de este tipo de producto sabe muy bien lo que quiere y la actual arquitectura se lo ofrece; que versiones eléctricas puedan ofrecer algo similar no está tan claro. Lo que sí está claro es que será otra cosa, y esto es lo que llena de dudas al fabricante alemán. La clave, el eje de toda la jugada, es crear algo nuevo sin que sus coches pierdan el alma que insufla la letra M.

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