Amores de juventud: el BMW M635 CSI
Esta bestia vestida de Armani era un prodigio de prestaciones, lujo e ingeniería. BMW supo combinar con éxito su herencia deportiva y distinción con el M635. La familia M dio la bienvenida a este modelo en 1984, pero su rendimiento aún fascina.
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Publicado: 16/02/2020 13:00
A la hora de definir al BMW M635 CSI, uno puede optar por muchas palabras -pues cuenta con tantos atributos que bien lo merece-, o en cambio, limitarse a una sola: majestuoso. Y es que la marca alemana creó un vehículo que hace honor a la definición gramatical del adjetivo: grandioso, superior, autoritario. También serio, severo en el semblante y en las acciones.
Así es la versión más deportiva de un BMW que dio inicio a la serie 6 en los años 70 y que, sin lugar a dudas, cuenta con unas prestaciones grandiosas, un aspecto severo y exige seriedad -mucha- a la hora de conducirlo.
Orígenes
La serie 6 de BMW vio la luz en el Salón de Ginebra de 1976 y permaneció en el mercado sin apenas cambios hasta 1989. Durante ese tiempo, la marca muniquesa vendió un total de 86.216 unidades tras haber encargado la fabricación de la carrocería a Karmann en un principio, pasando posteriormente a encargarse personalmente en las instalaciones de BMW.
Con una carrocería de dos puertas, los serie 6 E24 nacieron como sucesores de los serie 2000 E9, pero con la base del Serie 5 como punto de partida a nivel mecánico. La carrocería, que añadía el pilar B ausente en la Serie 2000, fue diseñada por Paul Bracq, iniciándose la producción en 1976 con el 630 CS y el 633 CSI.
Dos años más tarde comenzaba a venderse el 635 CSI, que serviría como base para el tercer modelo de la historia de la Serie M de BMW: el M635 CSI. Un modelo que fue introducido en el Salón de Frankfurt de 1983 y que entregaba 286 CV de potencia a través de un motor de seis cilindros en línea. Al cesar su producción en 1989, un total de 4088 unidades habían sido puestas en el mercado, más de un tercio de ellas en el norteamericano bajo la denominación M6.
Un Señor de la carretera
El M635 CSI huía de las tendencias de la época de colocar los motores en posición central o trasera y disponía de un enorme capó en el que alojar su imponente motor 6L. Este coupé de cuatro plazas y dos puertas irradiaba elegancia y sofisticación, pero en su interior escondía una furia que el conductor podía optar por sacar a relucir o no, pero en el caso de hacerlo debía estar preparado para ello.
La cuestión no era que el comportamiento dinámico del M635 CSI fuera salvaje y difícil de controlar, sino que sus descomunales prestaciones y el gran aplomo de su carrocería tendían a provocar que el conductor se confiara y no fuera realmente consciente de la velocidad a la que circulaba.
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¿Sabes eso que se dice a menudo de los buenos coches que en ellos vas mucho más rápido de lo que parece? Ese era el caso de nuestro protagonista, que hacía honor a su estatus y no permitía que su propietario quedara en ridículo en la comparación con otros vehículos, pero como contrapartida exigía su correspondiente nivel de atención al volante. Ni que decir tiene que portar la M de BMW es un privilegio que conlleva cierta responsabilidad y el 635 CSI se lo tomaba muy en serio.
Ahora bien, una vez el conductor tenía claro lo que llevaba entre manos, circular con el M635 CSi podía ser perfectamente un ejercicio de conducción tranquila, principalmente gracias a su estabilidad y un motor elástico prácticamente hasta el infinito. A pesar de sus 286 CV, el 6L de BMW entregaba potencia en todo el rango de revoluciones.
La dirección servoasistida de manera brillante permitía un control preciso y firme a alta velocidad y, para rematar el conjunto, la suspensión rebajada en 1 cm con respecto al 635 CSI «convencional» estaba tarada de manera que ofrecía el equilibrio justo entre firmeza y confort.
Un interior de lujo
Por fuera el M635 CSI era sobrio, pero con un halo de poderío innato. Por dentro la sensación era similar, con unos acabados a la altura del prestigio de BMW y un nivel de ergonomía sobresaliente. Un habitáculo propio de una lujosa berlina que huía de estridencias y sólo cedía ante la deportividad en el volante de tres radios y los impecables asientos de piel, que sujetaban el cuerpo a la perfección. Ni siquiera la instrumentación ofrecía elementos característicos de sus rivales como el manómetro del aceite o el voltaje de la batería.
Encontrar la posición de conducción era algo delicioso gracias a la innumerable cantidad de controles electrónicos a disposición del ocupante, mientras que el cuadro de mandos dejaba a mano cualquier dispositivo gracias a su buena disposición y a la orientación de la consola central hacia el conductor.
Atrás, los asientos quedaban algo hundidos con respecto a los delanteros, pero seguían siendo igualmente cómodos y, lógicamente, ofrecían un espacio reducido para las piernas. Obviamente, como también era habitual en los coches alemanes de la época, el nivel de equipamiento era espectacular, pero también su precio.
Perfecto compañero de viaje
Aunque sólo para propietarios privilegiados, pues su precio era realmente exclusivo, el BMW M635 CSI se erigía en el perfecto complemento para un conductor acostumbrado a largos o habituales viajes. Poderoso, elástico, cómodo, lujoso, este digno miembro de la familia M consumía además mucho menos de lo que cabría esperar en un vehículo de sus prestaciones y no era demasiado amigo de los tramos revirados, para lo cual no ayudaba su casi tonelada y media de peso.
En cambio, era perfecto para la autovía o las carreteras de amplios virajes y velocidades constantes, tanto por sus prestaciones como por su aplomo, que le conferían un rendimiento espectacular y noble al mismo tiempo.
Por supuesto, también había defectos. Al precio y el peso ya mencionados, se le sumaban un embrague duro, un claxon de chiste por su escaso volumen y una caja de cambios también dura en sus marchas cortas cuando aún estaba fría, aunque de disposición abierta y con relaciones muy inteligentes.
Prestaciones, comportamiento, comodidad, equipamiento, elegancia… el BMW M635 CSI, todo un Señor de la carretera.
CARACTERÍSTICAS GENERALES
Tipo | Gran Turismo |
Carrocería | Coupé de dos puertas |
Configuración | Motor delantero longitudinal y tracción trasera |
Largo | 4755 mm |
Ancho | 1725 mm |
Altura | 1365 mm |
Distancia entre ejes | 2630 mm |
Transmisión | Manual de cinco velocidades |
Suspensión delantera | Independiente tipo McPherson. Muelles helicoidales descentrados, amortiguadores hidráulicos telescópicos de gas y barra estabilizadora. |
Suspensión trasera | Independiente de ruedas tiradas por brazos de eje de oscilación oblicuo. Muelles helicoidales, amortiguadores hidráulicos telescópicos de gas y barra estabilizadora. |
Frenos | Delanteros de discos ventilados de 300 mm de diámetro. Traseros de discos sólidos de 284 mm de diámetro. |
Coeficiente aerodinámico (Cx) | 0,41 |
ESPECIFICACIONES TÉCNICAS
BMW M635 CSI | |
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Cilindrada | 3453 cm3 |
Potencia máxima | 286 CV a 6500 rpm |
Par máximo | 340 Nm a 4500 rpm |
Peso | 1500 kg |
Velocidad máxima | 255 km/h |
Aceleración 0-100 km/h | 6,4 segundos |
Consumo mixto | 11,3 l/100 km |
Fotos: Wheelsage.org