A BMW le molesta que llamen gordo al nuevo M5, aunque hay muchas razones de peso para hacerlo
Los coches son cada vez más grandes y más pesados, contraviniendo cualquier regla contra la física. La nueva generación del BMW M5 ha crecido en todos los aspectos, incluido a la hora de asomarse a la báscula.
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Publicado: 15/10/2024 07:00
A la hora de diseñar un coche nuevo los ingenieros se enfrentan a varios retos. Todo el mundo espera que una generación nueva sea mejor que la saliente. Más potente, más equipada, con mayor calidad y con mejores cualidades. Sin embargo, las nuevas generaciones de vehículos tienen que tener en cuenta otros factores como la sostenibilidad. La electrificación tiene enormes beneficios, pero también está acompañada de un número importantes de inconvenientes. El mejor ejemplo es el último BMW M5.
El pasado mes de junio se presentaba la generación G90 de uno de los coches más afamados, queridos y admirados por todo el mundo, el M5. Hay que retroceder hace ahora 40 años para datar los orígenes de la que todo el mundo considera como la berlina más deportiva del mundo. En 1984, tras haber dejado atrás la década de los 70 y sus crisis de combustibles, BMW presentó al mundo el primero M5 (E28). El resto es, como suele decirse, historia. Hoy ya son 7 las ediciones que hemos conocido, incluyendo las extraordinarias sagas E39 y E60.
El M5 CS anterior aceleraba medio segundo más rápido que el M5 actual
El motor siempre ha sido un foco principal de evolución. Los ingenieros de la Bayerische Motoren Werke han ido ampliando el tamaño del motor y con él las prestaciones. Desde un bloque de seis cilindros en línea a un V8, pasando por el impresionante V10 que coronó la generación E60. El tamaño también ha ido escalando con el paso de las décadas. La primera edición apenas alcanzaba los 4,62 metros de largo, lo que hoy viene a ser un Serie 3. La última de las versiones, la presentada este 2024, alcanza los 5,096 metros de largo. Ya no es una berlina del segmento D, sino del F, categoría que antiguamente estaba reservada exclusivamente al BMW Serie 7.
Casi medio metro más de acero y aluminio que en esta generación G90 viene acompañada de un notable incremento de peso procedente del sistema híbrido enchufable que por primera vez luce el M5. Un requisito moderno para un coche que debe cumplir con los clientes y los estándares más exigentes del mundo del motor. Si bien la potencia es ahora más alta que nunca, hay algo que no ha gustado nada a los clientes, el peso. Apodado como 'el gordo', a BMW no le gusta absolutamente nada que encasillen a su berlina más extrema. «No deberíamos juzgar el coche basándose en una hoja de Excel con las especificaciones técnicas».
Frank van Meel, el jefe de la división BMW M ha admitido que la reacción negativa con respecto al peso del M5 le molesta un poco, «hemos puesto mucha pasión en él y tomamos la decisión de forma consciente». Nadie duda sobre la consciencia de esa decisión, lo que muchos seguidores y acólitos del M5 dudan es si era necesaria. El M5 es un coche de poca producción, apenas unas cuantas decenas de miles de unidades en cada generación, siendo generosos. Su influencia en la cota de emisiones de BMW es prácticamente nula, pero aún así en Alemania han preferido dar el salto a sistemas electrificados avanzados.
Si bien el rendimiento ha ascendido hasta los 727 caballos y los 1.000 Nm de par motor, 92 caballos adicionales y 250 Nm extra, el peso del conjunto se ha disparado hasta los 2.510 kilogramos de peso. Más de dos toneladas y media cuando la generación anterior, el M5 CS, apenas registraba 1.900 kilogramos sobre la báscula. Teniendo en cuenta la relación peso potencia, cada caballo del viejo M5 CS tenía que mover 3 kilogramos de masa. Con el nuevo la relación es peor, cada caballo tiene que se encarga de movilizar 3,45 kilogramos de coche. Eso siempre y cuando haya energía en la batería.
El problema de los híbridos enchufables es que una vez se agota la vida de la batería el coche tiene que moverse exclusivamente con el motor de gasolina con el inconveniente de tener que arrastrar la pesada carga de la propia batería. De una generación a otra el M5 ha sumado 600 kilos adicionales, o lo que es lo mismo, viajar con siete pasajeros más en el coche. Está claro que no debemos juzgar un libro por la portada, pero con las cifras en la mano, el peso del nuevo M5 puede suponer un problema, por mucho que en Alemania se hayan inventado todo tipo de soluciones para camuflarlo.
Fuente: Bimmer Today