Brembo se corona en el mundo del motor con la compra de Öhlins y desafía a sus rivales

Nada hacía presagiar que Brembo, uno de los grandes líderes en la industria de los frenos y otros componentes para coches nuevos de producción en serie, muy deportivos y motos, se iba a hacer con el control de uno de los grandes especialistas en suspensiones en todo el mundo. Los suecos de Öhlins ya tienen nuevo dueño, mientras los de Tenneco se han llenado los bolsillos desprendiéndose de una filial de lujo.

La firma sueca, que ha puesto toda su experiencia en el chasis del nuevo Alpine A110 R Ultime, es uno de los grandes líderes también en la máxima competición, siendo proveedor de los principales equipos de Fórmula 1 y MotoGP, entre otras competiciones, donde tampoco falta la casa italiana más experta en sistemas de frenos. Los de Bérgamo han comparado todo el capital de la firma sueca experta en suspensiones de alto rendimiento, al desembolsar nada menos que 405 millones de dólares.

Brembo y Öhlins crean un gigante en tecnologías de chasis

Al cambio actual, supone la friolera de 370 millones de euros. Una operación que ya ha sido firmada con los de Tenneco pero que está pendiente de la aprobación obligatoria por parte de los organismos de regulación que darán el visto bueno a principios de 2025. La macrooperación convierte a los italianos en un gigante que pone contra las cuerdas a otros especialistas en las mismas materias y campos.

Matteo Tiraboschi, presidente ejecutivo de Brembo, ha señalado que «Öhlins es una opción perfecta para Brembo. Es una marca de renombre mundial, con un negocio sólido y una reputación inigualable, tanto en la pista como en la carretera. Una gran oportunidad para ampliar nuestra oferta para el mercado automotriz y en la que aprovecharemos las sinergias entre las tecnologías clave en el ámbito del vehículo».

Öhlins fue fundada en 1976 y mantiene su sede central en Estocolmo, a pesar de contar con un centro en Tailandia y sucursales de distribución y prueba tanto en estos dos países como en Estados Unidos y en Alemania. De hecho, Brembo también dispone de una fábrica de frenos para motos en el exótico país asiático desde el pasado mes de febrero, además de controlar el capital de un fabricante de llantas de aleación como es Franchesini, muy conocido en el mundo de las dos ruedas.