La brillantez de Joan Barreda es única, aunque siempre hay un pero en la ecuación

Joan Barreda está ante su último Dakar en moto. Así lo confirmó cuando parecía que no iba a ser parte del mismo. 'Desterrado' del equipo oficial de Honda, sin noticias del castellonense y con la lista de inscritos ya publicada, Barreda sorprendía con un proyecto de autor. A los lomos de una Honda CRF450 Rally casi idéntica a la de los pilotos oficiales, pero con un equipo propio adaptado a sus necesidades. Un todo o nada de manual.

Con estos ingredientes y sabedor de estar ante su última oportunidad de ganar el 'Touareg' en motos, Joan ha comenzado el Dakar con muy buenas sensaciones. Se ha movido en ritmo de los mejores en el prólogo y en la primera etapa, además de superar con nota alta la segunda especial, una de las jornadas más duras desde que el Dakar pisó Arabia Saudí. Sin embargo, con el castellonense siempre hay un pero.

«Hemos visto que el dedo está fracturado. Lo único que podemos intentar es dar con algún vendaje que me permita cambiar e ir bien encima de la moto»

Tras alcanzar meta con apenas 2 minutos y 32 segundos perdidos sobre el ganador del día, el estadounidense Mason Klein, el rostro de Joan Barreda no destilaba la satisfacción que podía tener tras salvar una jornada en la que muchos de sus rivales han sufrido. El castellonense reconocía que había logrado escapar de la etapa sin caídas, pero que llegaba con la pierna izquierda dormida tras golpear una piedra en el lecho de un río.

Las pruebas a las que se ha sometido Barreda tras la etapa arrojaban la peor noticia posible para el valenciano. Joan Barreda sufre una fractura en la falange distal del dedo gordo del pie izquierdo. Una zona muy delicada porque la parte delantera del pie es la que usan los 'motard' para activar el cambio, más allá de que el pie es la zona de apoyo que permite a los pilotos mantener la estabilidad encima de la moto.

La secuencia del accidente

El propio Joan Barreda explicaba el percance que le ha provocado esta lesión: «Ha sido un día muy sólido, pero a cien kilómetros del final he cogido una piedra que me ha descolocado un poco encima de la moto. He sacado los pies de las estriberas para equilibrarme y he impactado con una roca de las miles que había. En ese momento he notado que el impacto era muy fuerte».

«Los primeros kilómetros tras el golpe apenas sentía el pie, así que tenía que mirar para ver si estaba del golpe que me he dado. Por suerte he podido acabar la etapa bastante bien. Hemos visto que el dedo está fracturado y lo único que podemos intentar es bajar la inflamación y dar con algún vendaje que me permita cambiar e ir bien encima de la moto» señalaba un Barreda bastante contrariado por el contratiempo que supone esta lesión.

El pero eterno de Joan

«Mañana no será fácil porque al final un hueso roto siempre genera molestias, hinchazón. Será una limitación, pero intentaremos compensarlo de alguna manera. Daremos el máximo, más que nunca, no hay otra. Quizá hoy había demasiada piedra. Al final hay que hacer todo tipo de terrenos, pero hemos pasado por zonas que no había pasado nadie. Meter una fuera pista con piedras o con caminos pedregosos está bien, pero esto no» ha asegurado Joan.

Uno de los grandes peros de Joan Barreda han sido las lesiones, aunque eso ha llevado una y otra vez al castellonense a lidiar con el dolor. Ya en 2022 tuvo un Dakar realmente duro en el que finalizó la carrera con hasta dos fracturas, una en la clavícula y otra en la pelvis. Ahora, el 'motard' español deberá gestionar el dolor de nuevo en la zona del pie y aplicar un pilotaje más fino para intentar sobrevivir y ver cómo evoluciona la fractura.

Fotos: Dakar