El Bugatti Chiron es único, pero sus dueños piden un accesorio tan básico que en un Dacia cuesta 40 euros
Cuesta lo que cuesta y no todos los propietarios del Bugatti Chiron estarán todo el día en la carretera, ni en circuitos. La dueña de uno de los ejemplares más caros del mundo le ha sacado los colores a la marca francesa por un detalle que es común en prácticamente todos los coches, pero que en un Dacia también es opcional.
Está claro que los Bugatti no son nada convencionales, pero sí está claro que no se trata de modelos con los que ir a trabajar todos los días a menos que su dueño tenga suficiente dinero para alimentar el combustible de semejante máquina del asfalto. Tampoco estará en los circuitos un día tras otro, ni afrontarán grandes viajes como cruzar un país de punta a punta.
Los Bugatti son más para lucirse en unos pocos kilómetros, y para experimentar sensaciones a bordo que ningún otro coche ofrece. Razones de peso para que los diseñadores del interior del exquisito Chiron decidiesen concebir un puesto de conducción poniendo en el foco estas cualidades, y prescindir de detalles más comunes como los huecos portaobjetos, el cenicero o los portavasos.
La falta de detalles prácticos en el Bugatti Chiron es un problema
Y eso es un problema para algunos clientes, que no dudan en transmitírselo a la marca francesa. Sin pudor alguno, y con todo el derecho del mundo porque para eso pueden presumir de tener un Chiron en su garaje, además de otros modelos tan exclusivos, la propietaria de un Chiron se ha puesto en contacto con el diseñador Frank Heyl, al que le ha transmitido la necesidad de contar con este elemento.
El propio diseñador le ha respondido mostrando un Chiron en un programa de diseño virtual y explicando que «El equipo de desarrollo ha estado muy ocupado para encontrar una solución y creo que la hemos cumplido», para añadir a continuación que «El lugar ideal para un portavasos sería el espacio de almacenamiento en la puerta, por lo que hemos diseñado uno que se puede fijar fácilmente en la puerta y con dos agujeros: uno para una botella de agua grande y otro para una de esas bebidas austriacas pegajosas», en referencia al objeto de la discordia.
Bugatti escucha a sus clientes, incluso para el detalle más vulgar
Heyl advierte al protagonista de esta demanda que los responsables de Bugatti deben aprobar este diseño antes de «crear un prototipo impreso en 3D y enviárselo para una prueba inicial en su automóvil. Feliz Navidad». Por un lado, es perfectamente comprensible que Bugatti Chiron carezca de este tipo de detalles pero, por otro lado, se echan de menos teniendo en cuenta que tampoco son un problema si van instalados, por ejemplo, en las puertas.
En un Dacia, un portavasos como este cuesta entre 40 y 50 euros y es también un opcional. Un precio que está claro que no va a ser el que cueste en el caso del hiperdeportivo francés, si es que pasa el corte de la marca que, como puedes ver, siempre están para satisfacer al cliente.