"Híbrido y turbo es estúpido", el creador del Bugatti Tourbillon lanza un recado a toda la industria
Las cada vez más exigentes normas de emisiones obligan a buscar fórmulas para ofrecer motores potentes y, al mismo tiempo, eficientes. Un dúo que empieza a ser cada vez más difícil, y al que Mate Rimac se ha referido en unas declaraciones. Al jefe de Bugatti no le gustan algunos Frankestein...

En el argot de la industria del automóvil y, especialmente, en el de las fotos espía, el término «Frankestein» se refiere a aquellas mulas de pruebas que son mezclas de diferentes conceptos y piezas, haciendo imposible determinar de qué coche se trata realmente. Una palabra que le vive como anillo al dedo a Mate Rimac para calificar los motores de algunas marcas, pues el croata no entiendo las concepciones que se están poniendo de moda.
Las exigencias de Europa en materia de emisiones obliga a los fabricantes a buscar fórmulas para seguir desarrollando motores con un elevado rendimiento, tanto en prestaciones como en eficiencia. Dos cualidades que están involucrando cada vez más a las marcas en la electrificación, una tecnología en la que cada fabricante busca su sello, identidad y la salvación.

Motores eléctricos y turbos no encajan para Rimac
En definitiva, hacen honor al dicho español de que «cada maestrillo tiene su librillo». Porque, en verdad, es así. Pero es algo que al jefe croata de Bugatti le disgusta enormemente, porque no entiende algunas soluciones; como la de los híbridos turbo.
Esta es una combinación que podría haber sido explosiva en el nuevo Tourbillon, pero el responsable se encargó de descartarla, porque una de sus primeras condiciones era rebajar el peso del tremendo motor. Quitarle los cuatro turbos al bloque de 16 cilindros en V y de 8.3 litros fue un logro, como también el de eliminar la arquitectura de W. Pero lo que no entiende es por qué combinar un motor eléctrico con un turbocompresor, si ambos elementos vienen a cumplir la misma función.
Rimac afirma que «el componente eléctrico complementa a la perfección el carácter del motor atmosférico», pero quizás sea esta la forma de encontrar el rendimiento extra que se busca.
El Tourbillon tiene 3,5 veces más autonomía que un AMG PHEV
El ejemplo más claro es el del propio Tourbillon. Rimac ha confesado que eliminar los cuatro turbos supuso rebajar el peso en poco más de 250 kilos, pero también prescindir de nada menos que 600 CV, que se recuperaron -con creces- con tres motores eléctricos que suman 800 CV.
Dicho de otra forma, como «Tienes el rendimiento de 800 CV eléctricos con 1.000 de combustión. No hay nada igual, y no necesitas el motor para acelerar rápido. Esa es la ventaja. En el Tourbillon, si te da pereza no bajar de marcha o simplemente quieres ir más rápido, hay tanta potencia eléctrica que no tienes que hacerlo. ¿Para qué otra razón llevar todo ese peso y complejidad?».
Por supuesto, Rimac también ha tenido oportunidad de enviar un dardo a Mercedes. A los de la estrella no les ha salido nada bien su «super híbrido», el de cuatro cilindros, y el que han decidido pasar a mejor vida para sustituirlo por un V8 de toda la vida. El de la marca francesa les ha recordado que la batería del Tourbillon, con 24,8 kWh. Permite recorrer hasta 70 kilómetros en modo eléctrico, frente a los menos de 20 kilómetros de los alemanes...
