Volkswagen, Ford y Toyota en alerta, BYD y Geely se imponen en China y ahora quieren conquistar Europa

El mercado chino de la automoción burbujea. En poco tiempo se ha convertido, no solo en el mayor de todos por beneficios, en el más intenso, variado, llamativo y en muchos aspectos, hasta innovador. En el año 2022 los chinos compraron 27.5 millones de coches, que es más que la suma de los dos grandes mercados automovilísticos más importantes del mundo, Estados Unidos y Europa. Si los yanquis adquirieron 13.7 millones de coches, los europeos protagonizamos uno de los peores años desde 1985, con 11.31 millones de coches matriculados.

La razón por la que las marcas de coches establecidas temen la pujanza del automóvil chino en su propio terreno es lógica. Pero la razón por la que tiemblan ante la tesitura de ver cómo les adelantan en terreno contrario se debe al volumen. Si el principal mercado es ya el chino, y allí no venden, es que van a perder espacio comercial en todas partes, y en especial en el mayor de todos.

Los sospechosos habituales

Según datos del Centro de Tecnología e Investigación Automotriz de China, las marcas locales han alcanzado más del 50% de las ventas totales de automóviles en julio. En China hay desatada una locura de marcas, a cada paso que se da, aparece una nueva en una especie de «Fiebre del Oro» automovilístico. A pesar de que BYD y Geely se llevan los bocados de mayor calibre, hay decenas de firmas que brotan como setas.

11 de las 20 marcas más vendidas en China son de empresas locales

Este ascenso ha sido a costa de fabricantes alemanes, estadounidenses y japoneses. En la lista de damnificados se encuentran gigantes como Volkswagen, Ford y Toyota. Los analistas del banco de inversiones suizo UBS han advertido recientemente que las automotrices occidentales podrían perder hasta una quinta parte de su cuota de mercado. La principal causa es la creciente popularidad de los coches eléctricos chinos más asequibles.

A medida que los consumidores chinos aumentan su preferencia por las marcas nacionales, los fabricantes extranjeros aceleran su retroceso en el mercado. Hyundai ha puesto a la venta instalaciones de producción de vehículos, Ford ha reducido empleos y Stellantis cerró su única fábrica de Jeep en China el año pasado. El director ejecutivo de Mazda, Masahiro Moro, expresó abiertamente su preocupación después de asumir el cargo sobre la tendencia del mercado automovilístico del país. «China está avanzando a una velocidad sorprendente», afirmó en unas declaraciones recientes.

Prueba en vídeo del BYD Dolphin, el coche eléctrico más asequible de BYD en el mercado español

BYD en solitario posee una participación del 11% en el mercado chino. Su estrategia básica es la de ofrecer una amplia variedad de vehículos eléctricos a diferentes rangos de precio. En su catálogo hay desde modelos económicos como el Seagull y el Dolphin, hasta opciones de gama alta. Actualmente, 11 de las 20 marcas más vendidas en China son de empresas locales.

El amigo americano

Las estadounidenses, como Buick, Ford y Chevrolet, han visto su participación de mercado disminuir al nivel más bajo desde que las autoridades chinas comenzasen a ofrecer datos en 2008. Y si no fuera por Tesla, que abrió su fábrica en Shanghái en 2019, la situación sería aún peor.

Las marcas alemanas se están enfrentando a la situación con asociaciones con marcas nativas, y aunque mantienen una posición un poco más sólida, presentan fisuras. Volkswagen perdió su título como la marca de automóviles más vendida de China ante BYD a principios de este año, principalmente debido a la falta de modelos eléctricos. Incluso Mercedes se ha visto afectada por la acusada guerra de precios en el país.

Para recuperar terreno, Volkswagen anunció en julio una inversión de unos 650 millones de euros para adquirir una participación del 5% en Xpeng, una empresa de vehículos eléctricos que de momento pierde dinero, aunque pegó una subida de un 41 % en su estreno en bolsa. De forma paralela acordó fabricar al menos dos nuevos modelos eléctricos bajo la marca Volkswagen de manera específica para el mercado chino.

La «grandeur» francesa se queda en poco

Por otro lado, los fabricantes de automóviles franceses, como Citroën, Peugeot y Renault, han experimentado una caída significativa en su popularidad y ahora tienen menos del 1% de participación en el mercado chino. Esto ha llevado a Stellantis a cambiar su estrategia en China, optando por abandonar fábricas y depender más de socios, lo que dará como resultado un negocio más llevadero en costos y cargas. La fiebre amarilla ataca con dureza y las marcas de siempre tendrán que reaccionar en dos vías bien visibles y donde los chinos arrasan: precio y electrificación. No les queda otra.