La cabra (GOAT) tira al 'Monte' y Sébastien Loeb lo ha demostrado

Dice el refranero español que la cabra tira al monte para mostrar la querencia que tiene el ser humano de volver al sitio de origen. Por ello, esta expresión castellana define a la perfección la octogésima victoria de Sébastien Loeb en el WRC. El alsaciano ha regresado al Campeonato del Mundo de Rallies y lo ha hecho con triunfo, octavo en su cuenta particular en el Rally de Montecarlo. El juego de palabras entre cabra, en inglés GOAT y a su vez acrónimo de 'greatest of all times' (mejor de todos los tiempos), y 'Monte' como abreviatura del rally hacen el resto.

Tenía todo en su contra, pero eso no importa cuando se habla de Sébastien Loeb. El francés ha estado año y medio lejos del WRC y su preparación no ha sido especialmente óptima. Loeb ha vuelto al Mundial de Rallies con un cambio normativo de por medio, con un nuevo equipo como M-Sport y con un Ford Puma Rally1 que todavía no conoce a la perfección. Su participación en el Dakar, en el que terminó segundo, le ha impedido realizar la misma cantidad de test que sus rivales y compañeros, además de obligarle a vivir un mes de enero bastante ajetreado.

De hecho, Seb aterrizaba en Francia el sábado 22 de enero tras subir al podio del Dakar apenas 24 horas antes. Un día después ya estaba probando el Ford Puma Rally1 en los Alpes franceses de cara a un Rally de Montecarlo que arrancaba sus reconocimientos el lunes. A partir de ahí, todo es historia. Sébastien Loeb lograba seis scratch con el Ford Puma Rally1 para alcanzar la victoria contra su tocayo y compatriota Sébastien Ogier, lastrado por un pinchazo en el punto clave del rally.

Con un Ford Puma Rally1 que ha nacido con buenos argumentos, Sébastien Loeb ha logrado su octagésima victoria en el WRC, octava en el Rally de Montecarlo. Un triunfo muy especial por la forma en la que se ha dado y por los ingredientes que la componen, ya que Loeb no había ganado un rally del Mundial con un vehículo distinto a un Citroën. Tampoco Sébastien sabía lo que era subir a un podio del WRC con un copiloto distinto a Daniel Elena, su eterno amigo y compañero de 'aventuras'.

Mención aparte merece Isabelle Galmiche. La copiloto francesa ha sido compañera de Loeb en este nuevo éxito y aunque algunos titulares han decidido remarcar por encima de todo que es profesora de matemáticas, su labor ha sido brillante. Copiloto independiente desde hace más de veinte años, Galmiche ha sido 'ouvrier' del propio Loeb en Citroën y Hyundai, además de competir en Francia. Y aunque en 2007, 2013 y 2017 paso de puntillas junto a Dominique Rebout, Quentin Gilbert o Jean-Michel Raoux, la copiloto de 50 años ha hecho historia con su triunfo junto a Loeb, ya que desde 1997 no había un triunfo de una mujer copiloto en el WRC.

Fotos: M-Sport