¿Cae la demanda de coches eléctricos o hay que ajustar márgenes?

Durante el año pasado, el problema de la inflación de las materias primas, que arrastró a los coches nuevos y usados, se agravó bastante con la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia. Los precios de los coches se convirtieron en una locura, lo cual derivó en varios efectos adversos y distorsiones de mercado.

Sin embargo, las aguas se están calmando, y a lo largo de este año hemos visto varios ajustes de precios a la baja por parte de fabricantes afincados en China, y eso incluye a Tesla. Sin embargo, los fabricantes europeos o dirigidos desde Europa no siempre han ajustado precios a la baja, con la excusa de ser más previsibles o de no destruir valores residuales.

Tesla ajustó precios según se iban secando sus libros de pedidos -lo de «libros» es un decir, pero se entiende-, pues Tesla no se puede permitir el lujo de reducir la producción de sus fábricas. Como sus márgenes eran enormes, podían hacerlo, y lo hicieron. Pero otros fabricantes no tienen tanta holgura para reducir precios a ese nivel.

Proceso de construcción de la fábrica de Volkswagen en Emden (ARCHIVO)

Recientemente os contamos que Volkswagen ha tenido que reducir el ritmo de producción en Emden (Alemania), por lo que se alargarán las vacaciones en una semana, y 300 de 1.500 trabajadores temporales se irán a la calle. La demanda está un 30% por debajo de lo previsto.

Volkswagen es del grupo de fabricantes que prefieren tener los precios más estables, pues las rebajas cabrean a los que han comprado su coche con las tarifas anteriores, y también afectan a los valores de los usados, ya que se reduce la distancia usado-nuevo, y los nuevos se hacen más deseables que los usados si la disponibildad es similar.

Pero la caída de la demanda de Volkswagen se tiene que analizar también en el contexto de la reducción o eliminación de ayudas a la compra en algunos mercados de la Unión Europea, véase Suecia, Alemania, o Francia. España va al revés con la última deducción del IRPF por compra de coche eléctrico nuevo, pero el impacto de esa medida en este asunto es cero.

Tesla Model S, Model X y Model 3

Tarde o temprano, los fabricantes europeos van a tener que activar las palancas de la demanda, esto es, reducir precios -y ajustar sus márgenes-, o proporcionar ventajas equivalentes a la clientela, como más equipamiento, o la inclusión de servicios o suscripciones digitales que aporten valor -en vez de cobrarlos-.

Hasta hace poco, los CEO seguían teniendo sueños húmedos sobre márgenes de rentabilidad de doble dígito, pongamos del 10% al 20%, y seguir engordándolo aunque las fábricas no estén precisamente al máximo. La reducción de volúmenes por narices les llevó a intentar maximizar las ganancias, incluso por encima de la inflación.

El departamento contable de Volkswagen tendrá que decidir qué le sale más rentable, si apretar sus márgenes cobrando menos, o que se los coman los costes fijos entre un número de unidades más bajo. Ah, y tengamos en cuenta que no siempre despedir plantilla es gratis, que eso también cuesta dinero, así como una semana más de vacaciones (que es un gasto a cambio de productividad nula).

Audi Q4 e-tron

Que las aguas vuelvan a su cauce es bueno para el consumidor. Podemos tomar como símil perverso la voladura de la presa de Nova Kahovka en Ucrania, ya que una vez termine el desastre, se alcanzará una situación estable del nivel del agua. Que los fabricantes se vean obligados a competir más y mejor implica que los precios se vayan volviendo a colocar a niveles pre-2022.

Si miramos los datos europeos, los coches eléctricos lograron en abril su máxima cuota histórica, el 13%, así que la caída de la demanda es más bien por barrios que a nivel global. Por otro lado, en abril el Volkswagen ID.4, ese que se fabrica en Emden, mejoró su volumen un 125% respecto al año pasado y fue el segundo más vendido. A nivel de segmento, se matricularon 126.009 eléctricos, un 49% más que en abril de 2022. Ojo, que abril fue un mes pésimo en matriculaciones por los efectos de la guerra.

Tal vez el festival de los beneficios y los márgenes elevados de los Excel corporativos tengan que bajar un poco a tierra, ya que la demanda del consumidor es elástica, y cuando se percibe que se paga de más (distorsión valor/precio) «por nada», las decisiones de compra se retrasan, o se van a la competencia.