Cae la popularidad del motor Diesel
Se está perdiendo interés en los diésel nuevos y seminuevos El consumidor se protege ante medidas restrictivas que no existen todavía Los fabricantes liquidarán muchos motores con la llegada de Euro 6c y la medición real de emisiones (RDE) en ciclo WLTP
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Publicado: 10/08/2017 14:00
Faltan escasas semanas para que se cumpla el segundo aniversario del escándalo de las emisiones de los motores diésel Volkswagen, que ha acabado desencadenando un problema contagiado a otros fabricantes. Los mitos sobre el diésel se vienen abajo, y con ellos la confianza del consumidor sobre ellos.
Varias claves justifican que en muchos países europeos los diésel hayan sobrepasado la frontera del 50% del mercado, por encima de los gasolina. Se pueden resumir en un combustible generalmente más barato (hay excepciones), gran autonomía, prestaciones similares a los gasolina, economía a largo plazo, fiabilidad... Pero ya no es necesariamente así.
El principal problema que afrontan los diésel es su pobre reputación medioambiental. Las normas Euro no han servido para frenar la contaminación urbana ya que los fabricantes no han cumplido esas normas más que en el papel. Alguna excepción hay, pero por lo general no se respetan los límites legales, diseñados para laboratorios.
Como los problemas de toxicidad del aire de grandes núcleos urbanos están estallando en la cara de los alcaldes, varias ciudades amenazan con limitar o prohibir la circulación de los vehículos más contaminantes en episodios de alta polución. Algunos alcaldes meten en el saco a todos los diésel, o todos menos los más modernos.
Esto está provocando en el consumidor una gran aprensión, incluso si las ciudades en cuestión no le pillan ni le pillarán de paso. Crece el miedo a no poder circular, a que suban los impuestos al combustible, las ITV se vuelvan más duras o que se añadan impuestos "verdes" que eleven la fiscalidad ya elevada sobre el automóvil.
El portal británico Auto Trader, el más voluminoso de Reino Unido, aporta datos esclarecedores. El interés por los vehículos usados diésel ha caído del 71% en noviembre de 2016 hasta el 54% en mayo de 2017. Interés sigue habiendo, pero ha caído bastante. Por otro lado, el precio medio de los diésel usados crece por debajo de lo que crece el mercado, efecto de que haya más seminuevos en oferta.
De los países nórdicos, Estados Unidos o Japón podemos sacar varias conclusiones. En esos territorios hay más interés por los vehículos alternativos que donde hay un status quo fiscal o de movilidad. En otras palabras, donde los alternativos no tienen ventajas sobre gasolina y diésel son menos atractivos, pero si se favorecen, el consumidor se lanza a por ellos.
El mismo día que se anunció la prohibición de matricular nuevos gasolina (incluyendo híbridos) o diésel para 2040 en Reino Unido, el 26 de julio, se dispararon las búsquedas de usados eléctricos (+680%), de bioetanol (+257%), de híbridos (+170%) o compatibles con gas (+129%). En ese momento el consumidor deja atrás momentáneamente sus prejuicios sobre movilidad alternativa ante el miedo a quedarse directamente sin ella.
En honor a la verdad, hay que dejar las cosas claras. Las limitaciones a la circulación tienen condiciones, no son indiscriminadas. Por ejemplo, en Madrid se tienen que dar varias horas consecutivas de alta polución, por encima de los niveles aceptables para la gente. Las restricciones más fuertes, como son las de París, afectan a los modelos más antiguos y en un horario determinado.
Es posible que los diésel afronten problemas a medio y largo plazo, pero no va a ser igual en todas partes. Cualquier diésel moderno, recién matriculado o con pocos meses, cumple Euro 6b, la normativa vigente, y esos serán los últimos en tener problemas dentro de su género. Seguramente las ciudades medianas o pequeñas no les pongan ninguna pega en años, y en carretera abierta menos.
El motor diésel no está muerto, sigue siendo una alternativa válidad para el cliente adecuado para ellos. No obstante, sigue siendo buena idea contemplar alternativas, tanto pegas como ventajas. Por ejemplo: los eléctricos no sirven para viajar lejos, no se puede repostar gas en cualquier lado, apenas hay híbridos con cambio manual, etc.
Según los datos del mercado español, la gasolina está recupernado popularidad, y la seguirá recuperando. Antes de 2020 varias mecánicas diésel desaparecerán por falta de rentabilidad, poco a poco el consumidor las irá dejando de lado. Parte del efecto se entenderá por la psicosis que están provocando algunos alcaldes, el resto bien se puede explicar por toda esa gente que se ha dado cuenta de que no necesitaba un diésel.