Cae en Valencia una red europea de venta de coches que defraudaba el IVA, por lo menos 14 millones de euros

La Operación «Cavallino», realizada por agentes de la Guardia Civil y la Agencia Tributaria, ha dado como resultado la caída de una red que estafaba el impuesto de valor añadido (IVA) en operaciones de venta de coches en Europa. La cantidad defraudada supera los 14 millones de euros.

De momento, la Guardia Civil informa de 23 personas detenidas, 75 vehículos incautados, 44 cuentas bancarias y 17 propiedades intervenidas. Estos bienes se podrán utilizar para la compensación del daño a la Hacienda pública, si se determina el fraude en los términos adelantados.

La mecánica del fraude era realizar operaciones entre empresas instrumentales (empleadas para un fin delictivo o elusivo) o «truchas», que hacían trampas con el sistema intracomunitario del IVA. Este mecanismo evita que se produzca la doble imposición y que dos países diferentes apliquen IVA sobre bienes o servicios.

La organización desarticulada empleaba estas sociedades instrumentales para adquirir los vehículos a un único proveedor, situado en Alemania, y que se daban de alta en el Registro de Operadores Intracomunitarios (ROI) de forma fraudulenta. De esta forma, las sociedades revendedoras estaban defraudando el IVA.

¿En qué afectaría esto a los compradores? Pues que al estarse defraudando el IVA, se podrían ahorrar cantidades importantes de dinero, especialmente en el caso de coches caros (de mayor base imponible), ya que se estaría causando un perjuicio a Hacienda. En otras palabras, podrían competir deslealmente con las empresas que sí cobran correctamente los impuestos. También podrían inflar sus márgenes.

Cuando se compra un coche de Europa a profesional, no se paga el IVA en España porque ya se supone pagado en otro país. Ahí estaba la trampa

De los 75 vehículos inmovilizados, su valor de mercado supera los 7 millones de euros. Una porción de los mismos, 18, superan los 2 millones de euros, como es el caso el McLaren de la fotografía. Una cuenta rápida nos dice que la parte alta eran más de 111.111 euros de media, y que en general saldrían más de 93.000 euros de media por coche.

Todo comenzó en 2021, cuando la Oficina Nacional de Investigación de Fraude (ONIF) y la Dependencia Regional de Inspección de la Agencia Tributaria en Valencia, conjuntamente con la Guardia Civil, se dieron cuenta de que en Valencia había una red de sociedades sospechosa con testaferros que introducían coches en España.

De los 23 detenidos, son de nacionalidades española y rumana, 18 hombres y cinco mujeres. Las detenciones, que podrían aumentar en número, se han repartido por las poblaciones de Valencia capital, Torrent, Bétera, Llíria, Pobla de Vallbona, Marines y Olocau. Les imputarán delitos contra la Hacienda Pública, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal.

Se produjeron entradas y registros en dos docimicilios, tres negocios de compraventa de vehículos y tres naves industriales donde se estaban guardando y custodiando los vehículos. Las cuentas bancarias de 14 personas y 30 empresas se han intervenido, bloqueando 1.350.000 euros. Además del bloqueo de las propiedades, 3 millones de euros, otros 100.000 se han incautado en relojes, ordenadores y teléfonos móviles.

Del resultado de esta investigación pueden caer más particulares y empresas, pues el Instituto Armado habla de una abundante documentación requisada, tanto en formato físico como digital. Y puede haber más actuaciones a nivel europeo, ya que la Operación «Cavallino» se ha coordinado por la Fiscalía Europea y ha colaborado Europol.

No es la primera ni será la última vez que se coordinan delincuentes de países de la eurozona para cometer fraudes, ya sea a los propios clientes (que pagan coches inflados de precio con menor kilometraje del real, o que directamente adelantan dinero por coches que nunca van a ver) o a Hacienda por fraude de impuestos.

Un consejo genérico a la hora de comprar coches usados con precios fuera de mercado es no albergar dudas, porque si las hay, puede haber algo raro, y contactar con las autoridades puede ser útil. Si no es fácil conocer la trayectoria de la empresa que vende el vehículo, o tener acceso físico al coche, hay que sospechar de inmediato, y no adelantar dinero desde luego.