IndyCarCarlin se pasa a la IndyCar en 2018 con Chilton y Kimball

El equipo británico aterriza con todo en la IndyCar, alineando dos monoplazas a tiempo completo. Chevrolet será su suministrador de motores, pese a la intención de Trevor Carlin de correr con Honda. Los dos ex pilotos de Ganassi son viejos conocidos de Carlin en Europa.

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Publicado: 12/12/2017 17:20

La IndyCar ha recibido este martes un gran regalo de Navidad con uno de los anuncios más esperados de los últimos años, la confirmación de que Carlin se unirá a la categoría a tiempo completo. El equipo británico, propiedad de Trevor Carlin se diferencia de los programas parciales con los que Juncos y Shank competirán en 2018, e ingresa en la IndyCar con dos monoplazas que disputarán toda la temporada, con motor Chevrolet. Sus pilotos serán Max Chilton y Charlie Kimball, ambos procedentes de una Ganassi que les dejó sin asiento al reducir su formación de cuatro monoplazas a dos.

Carlin, un equipo con un lustroso historial de éxitos en las categorías inferiores del Reino Unido y de Europa, dio el salto a Estados Unidos en 2015 para competir en la Indy Lights, con un programa de dos coches que se ha ido expandiendo hasta alinear cuatro monoplazas este año. Ed Jones, que será el segundo piloto de Ganassi en 2018, fue su principal figura, siendo subcampeón en 2015 y ganando el título en 2016. Aunque el 2017 de Carlin ha sido menos exitoso, tanto Matheus Leist como Zachary Claman DeMelo han terminado en el top 5 de la general, sumando cuatro victorias entre los dos, y el brasileño, que pilotará para Foyt el próximo año, ganó la Freedom 100 en el óvalo de Indianápolis.

Pese a que varias informaciones apuntaban que el acuerdo llevaba meses cerrado, el gran problema radicaba en el contrato de motores, ya que Carlin pretendía competir con las unidades de una Honda que, a su vez, ya había cubierto el cupo máximo de motores a suministrar en un fin de semana normal. Finalmente, Trevor Carlin ha formalizado su salto como el cuarto equipo con motores Chevrolet tras Penske, Carpenter y Foyt. Para el fundador del equipo, "es el resultado de una ambición a largo plazo del equipo. Estar acompañados en este aventura por pilotos con los que ya tenemos un historial ganador, como Max y Charlie, es mucho más de lo que podíamos esperar. Por supuesto, no subestimamos el desafío y la competición que nos espera, pero tengo una enorme fe en la pasión y la juventud del equipo que hemos compuesto".

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Tanto Chilton como Kimball han competido para Carlin en el pasado, con buenos resultados. Con ellos, el británico, de 26 años, fue cuarto tanto en la Fórmula 3 británica de 2009 como en la GP2 de 2012, en su segundo año con el equipo en esa categoría. Tras salir de la Fórmula 1, Chilton fue el segundo piloto de Carlin en su entrada en Indy Lights, y el ex de Marussia terminó en quinto lugar logrando un triunfo en Iowa, antes de fichar por Ganassi para 2016. Pero su relación con el equipo va mucho más allá, ya que su padre, Grahame Chilton, es copropietario de Carlin, además de propietario de Gallagher, la empresa aseguradora bursátil que figura como patrocinador principal de su hijo.

Pese a que Chilton mejoró notablemente en su segundo año de IndyCar, siendo undécimo en la general con seis top 10 y un cuarto puesto en las 500 millas de Indianápolis, el final de la relación con Ganassi fue tumultuoso, y el británico no estaba muy abierto a continuar en la categoría si lo de Carlin no salía: "Siempre he sido abierto sobre esto: la IndyCar no estaba en mis planes. Recuerdo decir hace cinco o seis años que nunca lo haría, y aquí estoy. Si este año no era con Carlin, habría hecho algo más cercano a casa. (...) En Ganassi, Dixon es su número 1, siempre lo será, y así debe ser, es el mejor piloto de la parrilla y uno de los mejores del mundo, pero es duro estar en un equipo en el que los focos están sobre un piloto. Ahora, voy a un equipo donde sé que tendré más de la atención que necesito".

Chilton también pone en valor las posibilidades de su nueva casa: "Que Carlin sea el primer equipo británico en competir en IndyCar en la era moderna es el resultado de mucho trabajo duro y ambición. Habiendo tenido mis años más competitivos con ellos, sé que podemos trabajar para conseguir grandes cosas. Encontrar el máximo en una categoría monochasis como esta es donde Carlin realmente sobresale".

La experiencia de Kimball es más escueta, pero algo más exitosa. El estadounidense, que cumplirá 33 años en febrero, firmó con Carlin el mejor año de su carrera en 2005, al lograr el subcampeonato en la Fórmula 3 británica con cinco victorias. Todo aquello ocurrió dos años después del diágnostico de su diabetes tipo 1, que paralizó su carrera en Europa cuando competía en la Formula Renault 3.5, pero que más tarde sería su panacea deportiva con el patrocinio de Novo Nordisk, una farmacéutica especializada. En su regreso a la competición en Estados Unidos, fue cuarto en Indy Lights en 2010, y acumula ya siete temporadas de experiencia en IndyCar, todas ellas formando parte de Ganassi dentro del llamado "equipo B" que conformaban el tercer y cuarto coche del equipo, a menudo con menos recursos. Con ellos, logró una victoria en Mid-Ohio en 2013, y ha sido noveno de la general en dos ocasiones (2013 y 2016), pero también se ha ganado una reputación negativa entre sus compañeros de pista por la excesiva dureza de sus defensas.

Tras pasar este año por su peor temporada del último lustro, en la que ha terminado 17º, y aventurándose en su primera empresa sin Ganassi desde su llegada a la IndyCar, Kimball espera que la mayor familiaridad y la dinámica de trabajo con Chilton contribuyan desde el principio: "Parece que todo ha encajado en el momento preciso para tener esta oportunidad de trabajar con Trevor y todo el equipo de nuevo. Tengo dos años de experiencia trabajando con Max como compañero, y creo que nuestras fortalezas y debilidades se complementan entre si. (...) Habrá mucha gente impresionada con lo rápido que podemos estar en cabeza. Si prestan atención, sabrán que Trevor lo hace como se debe".

La confirmación de Carlin garantiza que, en el peor de los casos, la parrilla conservará los 21 monoplazas a tiempo completo de 2017 para el próximo año, pese a las reducciones de Penske y Ganassi, y podría incluso ser un número mayor si Harding confirma su programa con Gabby Chaves, o un potencial segundo piloto. Añadiendo solo a Chaves y a Jack Harvey, que disputará un tercio del campeonato con Shank, la parrilla del primer evento en St. Petersburg rondaría los 23 pilotos. Además, esta operación no implica, en principio, la salida de Carlin de ningún campeonato, algo ratificado por su regreso a la Fórmula 2 del próximo año tras la caída de la Formula V8 3.5

Fotos: IndyCar Media

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