Carlos Tavares (Stellantis) lanza un reto difícil de asumir para el resto de marcas de coches en Europa, con millones de euros en juego

Los fabricantes automovilísticos en Europa se enfrentan a un enorme reto. Y no hablamos de hacer frente a las cada vez más peligrosas marcas chinas, que también, sino a la drástica reducción de emisiones de CO2 que deben afrontar de cara al año que viene.

Aunque el retraso de la normativa Euro 7 hasta el año 2030 ha supuesto un gran alivio para todas las marcas en el Viejo Continente, estas todavía tienen que hacer frente a una reducción año a año de las emisiones de CO2 medias de sus flotas de vehículos.

Para que te hagas a una idea: en 2021, tuvieron que lidiar con un límite de 116 gr/km, mientras que para este próximo 2025 la reducción llega a los 93,6 gr/km de CO2. Algunos gigantes automovilísticos como Ford o Volkswagen están en serios apuros.

Sobre todo, porque hay que tener en cuenta que por cada gramo de CO2 que se excedan, tendrán que afrontar unas multas económicas considerables. Ya en 2021, cuando los límites eran mucho más elevados, la industria tuvo que afrontar el pago de 550 millones de euros en forma de sanciones.

Stellantis no quiere más retrasos para el 2025

Aunque los últimos gráficos apuntan a que Stellantis, en conjunto con todas sus marcas, cumple ya las emisiones medias que se requieren a los fabricantes para el 2024 (pero no aún los límites del 2025), su CEO no quiere más concesiones.

Carlos Tavares, en declaraciones para la Agence France Presse, dijo lo siguiente: «Todo el mundo conoce las reglas desde hace mucho tiempo y ha tenido tiempo para prepararse, así que ahora es el momento de hacer una carrera. Sería surrealista cambiar las reglas ahora».

El CEO de Stellantis ha lanzado un enorme reto al resto de marcas, lo cual puede generar un posible enfrentamiento con sus homólogos de otros grupos automovilísticos. Sin ir más lejos, Renault, cuyo CEO es también presidente de la Asociación de Fabricantes europeos (ACEA); grupo al que, por cierto, no pertenece Stellantis desde el año 2022.

ACEA pidió retrasar la normativa de la UE

Hace pocos días, ACEA emitió un comunicado en el que solicitaba a la Unión Europea que se reconsiderase la normativa de emisiones de CO2 para el 2025 y que se implantase una regulación de emergencia para retrasar estos objetivos dos años más adelante.

Los principales motivos que sustenta la asociación para llevar a cabo esta petición están, principalmente, enfocados a la ralentización de la demanda de coches eléctricos en Europa, lo cual pone en serios apuros a toda la industria de la región.

«Si los vehículos eléctricos se mantienen en el nivel actual, la industria europea podría tener que pagar 15.000 millones de euros en multas o renunciar a la producción de más de 2,5 millones de vehículos. La aceleración de la producción de modelos eléctricos es la mitad de la que necesitaríamos para alcanzar los objetivos que nos permitirían no pagar multas».

Otros motivos son ya ampliamente conocidos, y suponen un dardo a Europa y a sus dirigentes: «La UE aún carece de condiciones cruciales para la adopción masiva de automóviles y furgonetas cero emisiones: infraestructura de carga y de repostaje de hidrógeno, así como un entorno de fabricación competitivo, energía verde asequible, incentivos fiscales y de compra, y un suministro seguro de materias primas, hidrógeno y baterías».

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Carlos Tavares ha vuelto a elevar la voz y generar el debate en la industria europea. Ya lo hizo en su enfrentamiento contra los gobernantes italianos, a cuenta de sus intereses propios en el país transalpino, y ahora lanza un órdago al resto de marcas y rivales en el mercado europeo, que creció ligeramente en ventas de coches apenas un 4,4 por ciento durante el primer semestre del año, perdiendo los coches eléctricos cuota de mercado respecto al 2023.