¡Sorpresa!, fue la propia General Motors la que pagó 1.3 millones por el CERV I
Sorprendentemente, quien pujó 1.3 millones de de dólares por el prototipo Chevrolet CERV I fue la misma General Motors. De esta manera, el primer prototipo Corvette de motor central regresa a casa, varias décadas después de ser donado por GM.
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Publicado: 28/01/2017 20:00
Uno de los lotes más destacados de la pasada subasta de Barrett-Jackson en Scottsdale era el Chevrolet CERV I, el célebre prototipo de pruebas que la marca desarrolló a finales de la década de los cincuenta como banco de pruebas móvil para poder ofrecer a sus ingenieros un mayor abanico en lo que a posibilidades dinámicas se refería.
El CERV I era subastado procedente de una colección privada, donde ha permanecido poco tiempo, desde que fuera vendido en Monterey 2015, por 1.3 millones de dólares, exactamente el mismo precio que alcanzaba la pasada semana en Scottsdale.
Lo que nadie se esperaba es que tras esa puja se encontrara nada menos que General Motors, la propietaria original del prototipo.
Desde 1986 ha estado en manos de particulares, cuando cerraba el Museo Briggs Cunningham, institución que lo había recibido como donación de la propia General Motors. Y aunque pudiera parecer lo contrario, GM no ha perdido con estas extrañas transacciones.
Donarlo para luego tener que comprarlo es realmente lo mejor que le ha podido pasar a la corporación con sede en Detroit, ya que de no haber sido donado en su día, hoy el CERV I no habría existido.
Hasta hace unos años, la política de muchas corporaciones como General Motors era la de no conservar y almacenar las docenas de prototipos, concepts, unidades de pruebas y preserie que generaban cada año. Por lo que una vez empleadas o eran vendidos en algunos pocos casos o simplemente eran achatarrados. Y así es como han desaparecido cientos o quizás miles de prototipos y vehículos únicos.
Este era el destino del CERV I, que estuvo en servicio durante varios años, siendo incluso empleado en competiciones - de manera no oficial pues GM prohibía cualquier tipo de participación oficial en competición - tan pintorescas como el propio Pikes Pike HillClimb, por lo que no tuvo precisamente una vida sencilla. Gracias al propio Zora Arkus-Duntov, que fue el encargado de convencer a la directiva, el prototipo fue donado al citado museo.
Hoy, ya restaurado, pasará a formar parte del GM Heritage Museum, y podrá ser disfrutado durante unos cuantos años más.