Análisis CES 2020: la inteligencia artificial se impone a la conducción autónoma

Acaban de cerrarse las puertas de la edición 2020 del CES, la más grande de las ferias de electrónica del mundo, con un resultado que deja un sabor de boca diferente al de años anteriores, quizás porque en esta esperábamos seguir con la tendencia de novedades dirigidas especialmente a la conducción autónoma de nivel 4 o 5.

Y toca hacer análisis. Los fabricantes han apostado por algunos concept car más futuristas presentando estudios de diseño que avanzarían un estilo que superaría la existencia en este mundo de muchos de nosotros -caso del Mercedes Vision AVTR Concept- aunque también hemos visto asistentes inteligentes y soluciones de información y entretenimiento más racionales, donde la inteligencia artificial se impone.

El caso es que otros fabricantes como BMW lo que nos han enseñado ha sido cómo serán los interiores del futuro, en los que la conducción autónoma total será la estrella, pero esta vez no ha tenido el protagonismo que años anteriores. Al menos, los bávaros todavía consideran que podemos disfrutar de un viaje mientras alguien -humano- conduce.

Cabe la posibilidad de que los fabricantes más grandes hayan sucumbido a las tesis de ZF, el líder de las transmisiones automáticas, cuyos estudios sobre la conducción autónoma concluyen que superar los obstáculos que hay en el camino, incluidos los legislativos, hacen inviable continuar trabajando para alcanzar el máximo nivel, y el 3 sea el más aconsejable en esta década.

Los organizadores de la gran feria de Las Vegas, que han percibido estas sensaciones, también defienden que el CES no es un salón del automóvil al uso donde se presentan novedades de coches, sino tecnología y soluciones que mejoran la conducción, el entretenimiento, la seguridad o el confort de los pasajeros.