China vuelve a amenazar con sus propios aranceles a los coches europeos, y esta vez pueden hacer mucho daño
La disputa comercial entre China y la Unión Europea, a pesar de la rebaja de los aranceles comerciales contra los coches eléctricos procedentes del gigante asiático, no cesa. Desde allí llegan noticias de más posibles 'represalias' que podrían afectar a las marcas de coches europeas.
5 min. lectura
Publicado: 25/08/2024 16:00
Desde que el año pasado la Comisión Europea anunció su investigación contra los fabricantes chinos que exportan coches eléctricos a Europa, las críticas y amenazas vertidas desde el gobierno asiático han sido constantes.
Es cierto que las marcas del gigante asiático han conseguido que la UE rebajase los aranceles provisionales impuestos a comienzos del mes de julio, fruto de la «colaboración» que solicitaba la Comisión a modo de «negociaciones». Sin embargo, estas rebajas han sido nimias, casi testimoniales.
Ahora los países miembros de la Unión Europea tienen ante sí el 'marrón' de votar en octubre sobre si estos aranceles adicionales, que llegan hasta el 36,3 por ciento (adicionalmente al 10 por ciento ya existente), deben convertirse en definitivos.
Europa está dividida en dos bandos al respecto y China sigue presionando para salirse de la suya. La última amenaza tiene un serio componente automovilístico que a las marcas alemanas no les va a hacer ninguna gracia.
Los vehículos con motores térmicos grandes, amenazados
Como respuesta a los aranceles contra la importación de coches eléctricos procedentes desde China, el gobierno del país asiático respondió anunciando su propia investigación contra productos importados desde la Unión Europea contra productos relacionados con la carne de cerdo y el brandy, y más recientemente también los productos del queso, leche y crema.
Ahora, el Ministerio de Comercio de China asegura, según fuentes relacionadas con los funcionarios del país, que se están realizando reuniones con fabricantes de coches y asociaciones industriales para discutir una posible subida a los aranceles de importación sobre los vehículos de gasolina de gran motor. Es decir, aquellos con una cilindrada superior a los 2,5 litros.
El gobierno chino está «escuchando opiniones y sugerencias de la industria y expertos» al respecto, algo que lleva ya meses sonando que podría suceder.
De ser así, las grandes marcas alemanas serían las grandes afectadas: Audi, Porsche, Mercedes-Benz y BMW tienen en China su mayor mercado exterior, con un valor en exportaciones de este tipo de vehículos ascendió a 1.070 millones de euros el año pasado, según datos de las aduanas chinas.
China sigue presionando
Lo cierto es que China, más allá de amenazas de sus propios aranceles y de considerarlos «injustos desde un primer momento», se ha dedicado también a presionar a los estados miembros por separado para influir en la votación próxima que tendrá lugar en octubre. De los 27 miembros que votarán, se necesita una mayoría cualificada de 15, que representan el 65 por ciento de la población para que los aranceles se puedan llevar a cabo como definitivos.
En Europa hay dos bandos marcados: Alemania, Suecia y Finlandia representan a los detractores de los aranceles, al considerar que las consecuencias pueden ser todavía peores para sus negocios, ya que incluso estos aranceles afectan a algunas de sus marcas, como el Grupo BMW o el Grupo Volkswagen, al fabricar coches eléctricos allí como los MINI o el Cupra Tavascan.
Países como España, Italia o Francia están a favor de estas tarifas arancelarias, pero por otra parte siguen negociando, sobre todo en el caso de los dos primeros, con los fabricantes chinos para que establezcan sus nuevas fábricas europeas en sus regiones, algo que les permitiría sortear los aranceles contra los que están votando a favor.
Fuente: Reuters