China, un mercado automovilístico maduro que muestra síntomas de debilidad

China ya no es lo que era. Por lo menos en lo que al sector automovilístico se refiere. Los tiempos en los que para las marcas extranjeras era suficiente con estar presente han pasado. Los datos de ventas de coches en China en los dos últimos años ratifican este cambio de tendencia. Los crecimientos de dos dígitos han pasado a la historia y muy previsiblemente no regresarán.

La industria automotriz china ha madurado. Y está preparada para hacer frente a los fabricantes tradicionales de automóviles fuera del gigante asiático. En regiones como Sudamérica o el Sudeste Asiático numerosas muchas marcas chinas rivalizan con las firmas occidentales por hacerse con una importante cuota de mercado. Tanto en el segmento generalista como en el premium.

A pesar del cambio de tendencia que está experimentando China, a día de hoy, y con mucha diferencia, puede presumir de ser el primer mercado automovilístico del mundo. En su momento, los analistas más optimistas aseguraron que, en caso de llegar a atisbarse en el horizonte un enfriamiento de la demanda, desde Pekín se pondría en marcha estímulos para darle la vuelta a la situación. Y lo cierto es que las medidas llegaron, pero no fueron suficientes.

Las ventas de coches en China cerraron 2019 con 25.8 millones de unidades comercializadas, lo que supuso un retroceso del 8,2% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Una caída que ha arrastrado a la industria automotriz mundial y su amplia cadena de suministro. Y es que, a día de hoy, a nivel económico, «si China estornuda el resto de mundo se constipa». Esto ha dejado a los fabricantes de automóviles en una especie de limbo.

Son muchas las marcas de coches cuyos resultados económicos dependen directa o indirectamente de China. El enfriamiento de la demanda interna ha sacado a relucir la imagen real del mercado chino en momentos de problemas. Por primera vez en décadas, las ventas de coches de ocasión han superado a las de coches nuevos. Los consumidores chinos están siendo más exigentes a la hora de hacerse con un automóvil nuevo.

Unas de las medidas que están implementando los fabricantes para mejorar sus resultados en China tienen que ver con el diseño y la comodidad. El tipo de demanda evolucionará de igual manera que ha ocurrido en otros mercados como Estados Unidos o Europa. Los conductores más jóvenes están más inclinados a usar nuevas opciones de movilidad urbana. Sin embargo, China tiene aún muchísimo margen para la venta de coches.

Los fabricantes han decidido virar y apuntar a la China semiurbana. China es un país de contrastes. Y tenemos inmensas urbes con millones de habitantes que contrastan con las zonas rurales del país. Es ahí donde el sector del automóvil tiene muchas oportunidades de crecimiento. Sin embargo, es poco probable que las matriculaciones superen los 20 millones de unidades.

También debe contemplarse la posibilidad de que el mercado chino esté sobre abastecido. La nueva era en la que entra el sector automovilístico chino causará que muchas marcas se queden en mitad del camino. Los fabricantes más grandes son los mejores posicionados para seguir adelante. Toyota es un buen ejemplo de ello, que tras aumentar su gama de modelos, ha conseguido incrementar su cuota de mercado. Algo similar están haciendo Honda y Volkswagen.

Fuente: autonews