China responde a Europa por su investigación y abre una brecha entre ambos continentes
La guerra comercial entre oriente y occidente podría estar dando sus primeros pasos. China asusta a Europa por su potencial para conquistar el mercado eléctrico. Las conversaciones están en marcha, pero por ahora no parece haber un entendimiento.
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Publicado: 06/10/2023 12:00
La llegada de la movilidad eléctrica ha cambiado el statu quo de la industria del automóvil a escala global. Los principales actores como Japón, Europa y Estados Unidos, dominaban el escenario mundial con sus productos y marcas. Sin embargo, la irrupción de China ha modificado el panorama hasta tal punto que muchas regiones buscan limitar el impacto del gigante asiático. Europa ya ha dado los primeros pasos y ahora los chinos responden de forma oficial mientras elevan el tono de unas conversaciones que podrían poner en peligro toda la industria.
Hace unas pocas semanas, la Comisión Europea, a través de su máxima responsable, Ursula von der Leyen, anunció que el Viejo Continente iba a emprender una investigación para determinar si China está alterando las reglas del libre comercio y la competitividad con el coche eléctrico como principal protagonista. Los políticos europeos creen que el Gobierno chino está promoviendo subvenciones e inyecciones de capital que desvirtúan el estado natural de la industria con el fin de favorecer a sus marcas y sus precios bajos.
Esta maniobra política se sitúa en contra de lo que muchos CEO y altos ejecutivos de las marcas europeas querían. Los líderes de la industria siempre han reclamado más facilidades a Europa para poder luchar cara a cara con la incipiente llegada de rivales asiáticos. Nunca han solicitado gravar los productos chinos ya que esa escalada de sanciones y control podría afectarles negativamente en sus negocios en el China. Por el momento, Europa no ha decidido qué medida tomar a la espera de que la investigación concluya. No hay plazos para ello.
Si bien China había respondido previamente de forma suave y pacífica, ahora parece elevar el tono de voz ante una investigación que, según ellos, incumple los plazos de consulta y diálogo. Los chinos están dispuestos a negociar y a hablar, pero tras el lanzamiento oficial de la investigación, el Gobierno de Xi Jinping se ha mostrado muy insatisfecho porque carecía de las pruebas adecuadas y de que el procedimiento no se ajusta a las normas de la Organización Mundial del Comercio. Así mismo, China asegura que va a prestar mucha atención a los procedimientos de una investigación que podría causar efectos perjudiciales a muchos fabricantes europeos.
Todo este ambiente de tensión no favorece a una industria que está en pleno proceso de transformación. Europa muestra una gran dependencia con respecto a China. Asía se ha convertido en el principal productor de baterías para vehículos eléctricos y los fabricantes las necesitan para desplegar su oferta y así poder cumplir con los objetivos fijados por Europa. La Comisión Europea teme que en ese cambio el sector se vea atacado por marcas extranjeras capaces de ofrecer productos atractivos a un precio razonable. La cuota de mercado de coches chinos ya es del 8% y, según estimaciones, podría alcanzar el 15% en 2025.