Los cinco pecados capitales al volante
Todos pensamos que la velocidad, o los excesos de alcohol y drogas son las principales causas de accidente en nuestro país. Sin embargo cada día cometemos pequeñas acciones que llegan a ser igual de peligrosas. Estos son los cinco pecados capitales al volante.
7 min. lectura
Publicado: 21/05/2015 09:00
Todos sabemos que las temeridades y los despistes al volante pueden llegar a pagarse realmente caros. Sin embargo no hace falta llegar a límites extremos para que se produzca una situación de peligro, sino más bien todo lo contrario. Son las pequeñas acciones las que pueden llegar a marcar el devenir de un accidente. Ante esto te mostramos los cinco pecados capitales que se producen tras el volante.
1. No circular bien por las rotondas
Todos hemos acortado alguna rotonda a lo largo de nuestra vida como conductores. No es una práctica correcta ni mucho menos, pero acostumbrarnos a hacerlo puede llegar a suponer un verdadero peligro, más si cabe cuando afluencia de tráfico es bastante elevada. El código de circulación es bastante claro al respecto, hay que salir de las rotondas por el carril exterior, el interior solo está para circular prolongadamente.
Obviamente la necesitad de indicar tus acciones puede ser muy ventajosa para el resto de conductores. Cuántas veces hemos visto alguna situación de peligro, sino algo más grave, cuando un conductor espabilado ha recortado la trayectoria y ha acabado chocando con otro que circulaba bien. Si esto es ahora, no queremos ni imaginarnos qué pasará cuando el uso de las turbo rotondas se extienda por nuestro país.
2. No poner el intermitente
Que sí, que los coches cada día vienen más cargados de tecnología, tecnología que ayuda en nuestra seguridad, pero ¿sabemos realmente aprovechar dichos sistemas? Muchos conductores piensan que el resto tenemos ciertos poderes mentales para adivinar y predecir las maniobras que van a realizar, pero nada más lejos de la realidad, ni tú, ni yo ni siquiera alguien que crea tener dichos poderes lo sabe.
Los intermitentes están para usarlos, para facilitar la vida de todos, y estos siempre deben acompañarse de la oportuna mirada a los espejos retrovisores. De nada sirve poner el intermitente sin mirar, no se genera una especie de agujero negro ni nada por el estilo. Ponlo siempre, además es una manera de ahorrase problemas ante colisiones u otras situaciones.
3. Atender al Whatsapp o el móvil
Obviamente la tecnología a la que antes hacíamos referencia no ha llegado solo a los coches, sino que la tenemos disponible en todo momento y en todo lugar en nuestros amigos inseparables, los teléfonos móviles. Son de gran ayuda, eso no lo vamos a negar, pero también pueden llegar a ser nuestra perdición. Desde que podemos disponer de mensajería instantánea y acceso al email en ellos los accidentes han aumentado.
La DGT avisa contundentemente que manejar el móvil mientras se conduce es peligroso y que si te pillan te va a caer una buena multa. Si atendemos a nuestros teléfonos mientras conducimos perdemos de vista la carretera durante unos segundos que pueden llegar a ser valiosos. Así que mejor no tocarlo, y si es necesario o urgente hacerlo detén tu coche en un sitio seguro y hazlo, pero no mientras conduces.
4. Circular por donde no se debe
No es que sea peligroso, que puede llegar a serlo, es más bien molesto. Circular por donde no se debe es una de las acciones más repetidas por los conductores españoles. La escena más típica hace referencia a circular por el carril de en medio o el de la izquierda en una carretera con más viales disponibles. En otros países de la Unión Europea esta actitud no es solo sancionable, sino que también es reprochable por el resto de conductores.
Aquí también, pero la verdad es que no estamos acostumbrados a circular por el carril de la derecha, tal y como nos enseñan en la autoescuela. Siempre que podamos debemos circular por él, así facilitaremos la circulación general. Aunque no os lo creáis muchos atascos se producen por este hecho. No hay problema en no correr, todo lo contrario, pero si circulas por debajo de la velocidad máxima hazlo por la derecha.
5. No respetar las señales
Las señales están para algo, tanto las verticales como las horizontales. Atenderlas es esencial, el no hacerlo puede provocar que acabemos en una situación de alto riesgo, como adelantar cuando no se debe, hacer un ceda ante una señal de stop, o saltarse un semáforo en rojo. Todas estas acciones son peligrosas, además de suponer una multa y una retirada de puntos bastante cuantiosa.
Lo mismo pasa con los giros indebidos o las maniobras mal hechas, como las del aparcamiento. Estas aunque no supongan un riesgo para nuestra salud, sí que puedo serlo para nuestros bolsillos, en muchos casos las multas por mal aparcamiento superan económicamente a otras, así que atención a los carga y descarga o a las señales de prohibido aparcar y estacionar.