El CEO de Citroën redefine la estrategia de la marca, con pocos coches en la gama, rentables y centrados en dos únicos segmentos

Si analizas con detenimiento las marcas del grupo Stellantis, parece que cada una tiene bien asumido su rol y que su estrategia en el corto y medio plazo está bien definida. Por ejemplo, Opel sabe que solo desarrollará coches eléctricos nuevos a partir del año 2025. Citroën, por su parte, está reorientando su estrategia.

La marca francesa, como decíamos hace apenas unos días, ya no teme las comparaciones y apunta directamente a Dacia como su principal rival en el mercado, dejando claro que el precio será un factor importante en sus coches.

El CEO de Citroën, Thierry Koskas, ha realizado un ejercicio de análisis realmente interesantes en las declaraciones que recoge el medio británico Autocar. La marca del doble chevrón tiene muy claro el camino a seguir y cuál es su principal objetivo: centrarse en la rentabilidad de sus coches. Así lo conseguirá.

Citroën venderá coches en solo dos segmentos

El responsable de Citroën ha dejado claro cuáles serán los segmentos en los que su marca centrará sus esfuerzos. «Citroën necesita estar en los segmentos B y C, ya que son el corazón de la marca y que representan la gran mayoría del mercado europeo. Ahí es donde debemos estar».

Un movimiento lógico tomando solo como ejemplo el mercado español. En lo que va de año, los utilitarios acumulan el 18,3 por ciento de las ventas y los compactos el 15,5 por ciento. Por su parte, los SUV pequeños se llevan el 20,5 por ciento del pastel y los SUV compactos, los reyes del mercado, un 31,7 por ciento.

El 86 por ciento de las matriculaciones españolas se centra en estos dos segmentos B y C, en una tendencia similar al resto de Europa.

Citroën descartará tanto los modelos más pequeños como los más grandes en su futura gama: «Debemos estar en los segmentos principales, no en nichos», lo que significa que el Citroën C1 no será reemplazado, por la dificultad de hacerlo rentable, así como el más grande C5 X del segmento D. «No está funcionando mal, pero está en un segmento que no existe», asegura Thierry Koskas.

Gama pequeña, pero rentable y atrevida

Para Citroën la rentabilidad será un factor clave, aunque parece que el Ami, el más pequeño de todos, parece que tendrá el «indulto» de la marca para seguir ofreciendo un estilo de movilidad diferente y será la excepción a esta regla.

El Citroën C3, que llegó renovado recientemente y, además, con el pie derecho, será el modelo de acceso, siendo el C5 Aircross el que cierre por arriba una gama que no debería ser muy numerosa. «No hay un número mágico, pero con cinco o seis modelos bien posicionados, realmente atractivos para los clientes, estaría contento», reconoce el CEO de Citroën.

La nueva plataforma multienergía Smart Car que ya utiliza el C3 será clave para llenar la gama de modelos asequibles para el cliente, rentables para la marca y que pueda mantener los costes bajos. «Si te metes en el segmento A (por un sustituto del C1) esperaría que el cliente pague menos que por el segmento B, pero los costes de producción para nosotros son los mismos».

Los próximos Citroën serán también coches más atrevidos en cuanto a diseño, más allá de apostar por hatchbacks o SUV convencionales: «En el ADN de Citroën está sugerir cosas nuevas, nuevas formas que no existen. Asumiremos riesgos, necesitamos sacudir el mercado y Citroën puede hacerlo».

Coches eléctricos, pero también de combustión

El CEO de Citroën también dejó dos mensajes más interesantes: el primero, su apuesta por los coches eléctricos no será exclusiva, aunque esperan que protagonicen la mayor parte de sus ventas para el año 2030. Aun así, las versiones de combustión e híbridas todavía tienen un papel importante que jugar, como en el C3.

«Como marca popular, necesitamos ofrecer movilidad asequible para todos». El fabricante francés seguirá apostando también por la simplicidad en sus coches y, como decíamos al principio, por los coches baratos: «Tenemos claro lo que somos: coches asequibles, sencillos y cómodos. No somos árboles de Navidad tecnológicos», remata Koskas.

Fuente: Autocar