Nuevas claves de los futuros reyes del WEC, los hypercars

El reglamento que definirá a los hypercars y por ende a la categoría reina del WEC a partir de la temporada 2020-21 va tomando forma. Si en la edición de 2018 de las 24 Horas de Le Mans se dieron las primeras claves de lo que serán los futuros reyes de La Sarthe, ahora se ha pautado de una manera más clara lo que se espera de estos nuevos coches. Con el fin de atraer a un gran número de marcas, FIA y ACO han fijado un presupuesto máximo por temporada de 20 millones de euros para los equipos de fábrica y de 16 millones para los equipos privados.

Dentro del techo de gasto de 20 millones de euros -20% menos del presupuesto inicial- se incluye parte de los costes de diseño de los nuevos hypercars, su construcción y su puesta en competición. Los equipos oficiales tendrán la obligación de alinear dos coches con un personal maxímo limitado a 40 personas. Por su parte, los equipos privados tendrán un presupuesto máximo de 16 millones, donde se incluye el coste de la compra del vehículo al fabricante o preparador, que en este caso asumirá los costos de diseño y desarrollo. Con el objetivo de evitar una escalada de costes, se han pautado estrictos límites técnicos y de homologación.

Se mantiene la idea de usar motores de combustión de unos 700 CV de potencia, así como un sistema eléctrico asociado al eje delantero de 200 kW -270 CV-. Se pautará una cantidad de consumo de energía específico y se limitará el número de motores por temporada. En esta línea, se usará una ECU estándar y habrá un único proveedor de neumáticos y estos serán comunes para todos los hypercars. Con todo, una de los detalles clave es que la carga aerodinámica será establecida por reglamento. Todas estas limitaciones técnicas permitirán que los fabricantes no saquen ventaja, aunque superen el techo presupuestario.

Además de todas estas medidas que dibujarán una ventana de rendimiento que no se podrá superar, FIA y ACO han pautado que las homologaciones de los hypercars sean por cinco años. Sólo se permitirán modificaciones por motivos de seguridad y fiabilidad o para cubrir un déficit de rendimiento demostrable respecto a los rivales, si bien también se permitirá que las marcas puedan cursar una nueva homologación durante la vida de cada modelo -y entre temporadas- si la nueva silueta del vehículo busca adaptar su diseño a un cambio de imagen del modelo de producción.

Por último, se ha pautado un límite de diez días de test por temporada. Seis de estas jornadas serán en tres sesiones de test colectivas de dos días cada una, mientras que los cuatro días restantes serán de ejecución libre. Con todo, estará los fabricantes y equipos privados que compitan con hypercars no podrán completar una jornada de test mientras el campeonato esté lejos de Europa. Esto se traduce en que las sesiones de pruebas estarán prohibidas entre octubre y marzo del siguiente año, aproximadamente.

Fotos: ACO