En defensa del coche diésel: un estudio afirma que no contamina más que el eléctrico
En los últimos años, el coche con motor térmico ha sido perseguido por instituciones y organismos de todo tipo, especialmente el diésel. Sin embargo, no todo es tan sencillo y determinadas circunstancias pueden hacer que el eléctrico contamine incluso más.
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Publicado: 23/12/2021 16:00
En las ciudades, el coche eléctrico es imbatible como contribuyente a una mejor calidad de vida en las calles. Es obvio, pues no emite gases ni partículas contaminantes durante su uso y ello redunda en entornos urbanos mucho más agradables.
Pero, si hablamos del ciclo completo de cada tipo de vehículo a lo largo de su vida, es decir, desde que comienzan a extraerse las materias primas para su fabricación hasta el momento en el que se reciclan o achatarran sus componentes, la cosa cambia.
«Los diésel que cumplen las normas medioambientales europeas vigentes ofrecen muy buenas prestaciones en todo tipo de trayectos»
Así lo afirma un estudio más, en este caso el elaborado por la Comisión de Transportes del Colegio Oficial de Ingenieros presidido por José Ramón Perán, colegiado por Valladolid, director de Cartif y profesor emérito de la Universidad de Valladolid.
Perán, que es doctor en Ciencias Físicas por la Universidad de Valladolid, doctor ingeniero industrial e ingeniero industrial en las especialidades eléctrica y mecánica por la Politécnica de Madrid y licenciado en Ciencias Físicas y Ciencias Económicas por la Complutense, no es ajeno al mundo de la automoción, pues durante su dilatada trayectoria profesional ha sido director de la fábrica de Carrocerías de Renault en Valladolid (entre 1972 y 1988), de Aprovisionamiento de España y Portugal (entre el 88 y el 1990) y de la Fábrica de Mecánica de Valladolid (entre el 90 y el 93).
El coche eléctrico está verde
Dicho informe llega a una conclusión que ya es sabida por todo entendido en movilidad eléctrica: que la tecnología es aún demasiado inmadura como para convertirse en la fuente principal de movilidad colectiva e individual y que la proveniencia de la energía es clave para determinar el nivel de contaminación de cada vehículo.
Y es que, a pesar de que durante su uso el coche eléctrico contamina exclusivamente a través del desgaste de elementos como los frenos o los neumáticos, es durante su concepción cuando la balanza se desequilibra a favor del coche diésel, que actualmente ha alcanzado una madurez notable a nivel tecnológico.
Según el profesor Perán, el análisis técnico que ofrece el informe pone de manifiesto las limitaciones más importantes del coche eléctrico. Algunas de ellas son la dificultad para encontrar diversas materias primas como el litio y otros componentes de las baterías, así como la escasa autonomía de los modelos fabricados en Europa, «en los cuales una conducción deportiva puede condicionar hasta un 50% la ya reducida autonomía nominal».
El informe también pone de manifiesto las dudas surgidas en relación al reciclaje de las baterías, señalando también que los vehículos de pila de combustible de hidrógeno tampoco están en disposición de convertirse en una alternativa seria.
Finalmente, el informe estima que hasta dentro de diez años no se producirá previsiblemente una utilización masiva del coche eléctrico en cualquiera de sus modalidades, y que los costes de fabricación y venta serán superiores en al menos un 25% al de los modelos similares de los actuales vehículos convencionales.
Por su parte, las mecánicas diésel que actualmente se fabrican y cumplen las normas medioambientales europeas vigentes, «ofrecen muy buenas prestaciones en todo tipo de trayectos. Y es que, según el proyecto LIFE GySTRA que midió las emisiones reales de diferentes vehículos en el área metropolitana de Madrid, los verdaderamente contaminantes en circuitos urbanos son los vehículos antiguos o los modernos mal mantenidos.
Fuente: Comisión de Transportes del Colegio Oficial de Ingenieros