¿El coche eléctrico? No, la gran amenaza para la industria automovilística española viene de Marruecos
La creciente industria automotriz de Marruecos, impulsada por bajos costes de producción y energía, amenaza la posición de España en Europa. El país africano se consolida como una alternativa competitiva para grandes fabricantes, ampliando su influencia en el mercado europeo.
La industria automotriz española se enfrenta a una amenaza creciente y muy cercana. Y no viene del norte a través de Francia o Alemania, sino del sur. La razón es que Marruecos se está posicionando como un serio rival en la fabricación de vehículos, y su expansión no parece detenerse.
En apenas cinco años, el país africano ha logrado ser el principal productor de coches de África, con un volumen de 700.000 unidades al año.
Pero sus ambiciones van mucho más allá: Marruecos planea multiplicar sus exportaciones de vehículos y componentes, proyectando un aumento de facturación de los 14.000 millones de euros en 2023 a más de 85.000 millones en 2030. Un desafío que pone a la industria española en alerta.
Tánger Med incluye la «Automotive City», un complejo que actualmente gestiona más de 500.000 coches anuales
Inversiones estratégicas y el respaldo de grandes fabricantes
Marruecos ha captado la atención de gigantes automotrices como Renault y Stellantis, que han encontrado en el país una combinación atractiva de mano de obra competitiva y costes energéticos reducidos.
Renault lleva operando en la planta de Tánger desde 2012, donde fabrica modelos Dacia en un volumen anual de entre 300.000 y 400.000 unidades. Esta planta se prepara ahora para afrontar nuevos retos en la producción de vehículos híbridos, con el lanzamiento del modelo Dacia Jogger.
Además, Renault gestiona la planta de Somaca en Casablanca, donde fabrica otros modelos clave, como el Sandero y el Logan, con una capacidad de alrededor de 100.000 vehículos anuales.
Por su parte, Stellantis ha instalado una moderna planta en Kenitra con una capacidad actual de 400.000 unidades y la ambición de alcanzar el millón de vehículos producidos en 2030.
Esta fábrica, como la de Renault, produce vehículos convencionales, pero también está apostando por modelos híbridos, un paso crucial hacia la movilidad sostenible y el futuro del sector.
La llegada de los fabricantes de baterías y la apuesta por la electrificación
El impulso industrial de Marruecos no se limita a la fabricación de automóviles; el país también se está posicionando en la industria de la electrificación, atrayendo a fabricantes de baterías clave para el futuro del coche eléctrico.
La empresa china Gotion está construyendo una planta en Rabat, con una inversión superior a los 1.200 millones de euros, y planea iniciar la producción en 2026.
Estas baterías, destinadas principalmente al Grupo Volkswagen, abrirán las puertas a una nueva era de coches eléctricos «Made in Marruecos».
Un movimiento que, además de demostrar el atractivo del país como centro de fabricación de bajo coste, exhibe su potencial para convertirse en un proveedor clave de la industria 3.0.
Qué ofrece Marruecos que no tiene España
Marruecos ofrece una ventaja crítica en términos de costes: una mano de obra que cobra entre un tercio y la mitad de la española.
Mientras que un trabajador de fábrica en España no percibe menos de 1.500 euros mensuales, el salario de un empleado marroquí oscila entre los 500 y 1.000 euros, dependiendo de su capacitación.
Esto, sumado a un coste energético competitivo gracias a las fuentes de energía renovable locales, convierte al país en un competidor formidable.
Esta realidad ha llevado al CEO de Stellantis, Carlos Tavares, a instar a las fábricas españolas a no mirar tanto a las potencias del norte, como Alemania y Francia, sino a las emergentes en el sur del Mediterráneo, que ya están «pisándoles los talones».
Tánger Med, la joya logística de Marruecos
Otro factor clave en esta expansión es la infraestructura logística de Marruecos, que está alcanzando un nivel de sofisticación que permite mover grandes volúmenes de productos hacia Europa de forma rápida y eficiente.
El puerto de Tánger Med, con una extensión de 520 hectáreas y en proceso de duplicar su capacidad a 1.190 hectáreas, se ha convertido en el centro logístico por excelencia de la industria automovilística marroquí.
Este complejo incluye la «Automotive City», una zona específica para almacenar y distribuir vehículos, que actualmente gestiona más de 500.000 coches anuales y espera superar el millón en los próximos años.
Esta infraestructura moderna facilita la exportación a Europa de vehículos ensamblados en Marruecos, lo que ha convertido a Tánger Med en un recurso estratégico de primer orden para el país africano.
En un momento en que las fábricas europeas buscan reducir sus costes logísticos y de producción, esta cercanía y capacidad para mover grandes volúmenes con rapidez supone una ventaja clave para Marruecos.
El reto para la industria automotriz española
La industria automovilística española, que en 2023 produjo 1,8 millones de vehículos y ocupa el segundo lugar en Europa detrás de Alemania, asume ahora el desafío de competir con un país que ofrece salarios más bajos y una energía menos costosa.
España cuenta con ventajas, como la abundancia de energías renovables, pero las diferencias en costes laborales y la cercanía de Marruecos a Europa están desplazando la balanza hacia el sur.
La presión de Marruecos como competidor en ascenso plantea un reto importante: España deberá reestructurar sus estrategias de producción, mejorar la eficiencia de sus plantas y reforzar su infraestructura logística si quiere mantener su posición en el mercado europeo.
Marruecos se presenta así como un nuevo «caballo de Troya» para la industria europea, respaldado por una estrategia industrial ambiciosa y un entorno laboral altamente competitivo.
Fuente: El Debate | El Confidencial | El Economista