¿Va a ser más barato el coche eléctrico que el de combustión? Audi y Honda piensan distinto
La industria se mueve en arenas movedizas a consecuencia de la forzada transición al coche eléctrico y un entorno económico-logístico muy complejo. Esto hace que incluso los fabricantes de automóviles difieran en su interpretación de lo que les espera en el futuro.
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Publicado: 19/09/2022 11:00
«El coche eléctrico ha llegado para quedarse». Es una frase que hemos escuchado y leído en muchas ocasiones. Y es cierta, aunque no por ello necesariamente positiva.
Muchos analistas consideran que la forzada transición al coche eléctrico terminará por convertir al mismo en un artículo inaccesible para los ciudadanos con menos recursos, acabando con la democratización del coche que llevamos disfrutando desde hace décadas.
Y es que se da por hecho que el coche eléctrico siempre va a ser más caro que su homólogo de combustión interna. Hoy lo sigue siendo y con mucho margen. Pero, ¿cambiará eso en un futuro?
«La batería de estado sólido será lo que lo cambie todo, ya que permitirá vehículos eléctricos de menor precio»
Los coches cambiarán y el precio bajará
Esa es, a grandes rasgos, la conclusión a la que llega Fermín Soneira, vicepresidente sénior de Audi e-tron. El dirigente español afirma que en Audi tienen mucha fe en que sus planes de convertirse en una marca totalmente eléctrica en 2026 se sustentan en la rentabilidad.
«Estamos convencidos de que nuestros planes son de crecimiento, de expansión, de mayores beneficios con el vehículo eléctrico, que no es un detrimento, sino que es una mejora», afirma en declaraciones a El Español. «Depende de los mercados y también de los segmentos. Pero tenemos objetivos de rentabilidad muy ambiciosos, de crecer en rentabilidad, en escenarios en los que vamos al 100% eléctricos, por tanto, esto demuestra que sí es posible».
Soneira afirma que, actualmente, un coche eléctrico ya es más rentable que uno de combustión. «Para hablar del coche eléctrico y de su precio hay que tener en cuenta el coste total del cliente. Y con este coste total hoy no sólo es competitivo, sino que incluso puede estar debajo del vehículo con motor de combustión. No hablamos sólo del precio de compra sino también del precio de uso, energía, coste de mantenimiento. Hoy el coche eléctrico es competitivo; pero hay que hacer todas las cuentas».
Eso sí, Soneira considera que la clave del coche eléctrico económico no está tanto en reducir costes como en crear nuevos conceptos de vehículos que los hagan accesibles a todos los públicos. «Si la pregunta es si en un mismo segmento, los coches eléctricos bajarán de precio la respuesta es no. Lo que ocurre es que aparecerán nuevos segmentos, con coches más pequeños y asequibles en precio. Pero esto dependerá de cada marca».
El principal problema del coche eléctrico en la actualidad es la dependencia que tiene de materiales costosos y limitados, especialmente en lo que respecta a la fabricación de las baterías y motores. Los precios de las materias primas están marcando récords y eso repercute de manera especialmente intensa en el coste de fabricación y el precio de los vehículos eléctricos.
«Bueno, la geopolítica cada vez se complica más y es difícil saber cómo va a evolucionar esto de aquí a los próximos años. Pero muchos de los materiales que se necesitan para las baterías también están en regiones mucho más estables y hay acuerdos a largo plazo con esas regiones, con lo cual yo creo que no debemos tener ese miedo… Esto puede cambiar, pero no por ello debemos negar el camino», considera Soneira, sin embargo, mientras afirma que los recursos supuestamente limitados no lo son tanto.
«Sí, hay recursos de sobra. Es un poco similar a la discusión que teníamos con el petróleo, que se dice que lleva acabándose desde hace 50 años y sigue habiendo yacimientos nuevos. La tecnología avanza. Además, se sustituirán los materiales, los que hoy nos parecen imprescindibles para las baterías, seguramente dentro de 15 años serán otros», cree.
Las baterías de litio han llegado a su límite
Dave Gardner, vicepresidente de Negocios y Ventas de Honda América, tiene una visión distinta de la de Soneira, y centra su argumento en las baterías de iones de litio y los problemas que plantean a la industria automotriz en la actualidad.
«Nosotros realmente no creemos que la tecnología actual de iones de litio sea la solución a largo plazo. La batería de estado sólido será lo que cambie el juego para nosotros, ya que permitirá vehículos eléctricos de menor precio que un buen vehículo con motor de combustión. Pero las baterías de estado sólido no están a la vuelta de la esquina», lamenta en declaraciones a The Drive.
La industria automotriz está teniendo que lidiar con los mismos problemas que menciona Gardner. Si bien las baterías de iones de litio han pasado de la asombrosa cifra de 1200 dólares por kWh de energía almacenada a un precio mucho más razonable de 132 dólares por kWh durante la última década, las materias primas necesarias para construirlas han estado sujetas a problemas que podrían limitar o incluso revertir los avances que ya se han hecho en materia de precios.
Mientras tanto, algunos fabricantes creen que la verdadera paridad de precios entre los vehículos de combustión y los eléctricos no se alcanzará hasta que las baterías alcancen los 50 dólares por kWh, algo que parece imposible con la tecnología actual.
Una de las causas de ello es que muchos consideran que la tecnología de iones de litio está llegando a su límite de densidad energética y ahora sólo queda reducir costes mediante materias primas más económicas. Y eso, en este momento, parece muy complicado de conseguir.
Todo esto hace que la creencia de Gardner de que las baterías de estado sólido «serán el punto de inflexión en términos de cruzar ese umbral de asequibilidad» parezca probable. aunque se trata de un escenario aún impredecible. «Cuándo sucederá eso exactamente... no puedo decírtelo», admite el propio Gardner.
¿Quién tiene razón? Seguramente ambos, ya que en realidad muchos de sus argumentos son complementarios. El coche eléctrico ya es rentable bajo ciertas condiciones para quien puede permitírselo, pero nada parece indicar que a corto o medio plazo la industria vaya a ser capaz de ofrecer eléctricos asequibles de uso familiar o de largo recorrido a precios comparables a los de combustión.