¿No quieres coche eléctrico? Daimler propone una subida anual del precio de la gasolina para castigarte
Martin Daum, directivo de Daimler, propone aumentar el precio de la gasolina en 10 céntimos cada año para forzar a los conductores a comprar coches eléctricos, una controvertida medida que ha generado indignación por su enfoque punitivo hacia los consumidores.
En un contexto en el que el sector automotriz lucha por adaptarse a las exigencias medioambientales y la creciente demanda de sostenibilidad, las declaraciones recientes de Martin Daum, un veterano directivo de Daimler, han generado un revuelo considerable.
Durante su intervención en el videopodcast Zur Sache intensiv, Daum propuso una medida drástica: aumentar el precio del combustible en 10 céntimos cada año, una idea que busca obligar a los conductores a abandonar los vehículos de combustión y optar por coches eléctricos.
Esta controvertida sugerencia ha sido percibida por muchos como una imposición más que como una solución equilibrada.
«Después de tres o cuatro años, este incremento se sentirá tanto que los consumidores no tendrán otra opción»
Un castigo al consumidor, no una solución
Daum, de 64 años, que hasta hace poco era el responsable de Daimler Truck, defendió que la subida anual del precio del combustible provocaría un cambio inevitable hacia los coches eléctricos.
Según el directivo, después de los primeros años, el aumento sería tan notable que los conductores frecuentes se verían forzados a adquirir un coche eléctrico en lugar de uno de gasolina.
«Después de tres o cuatro años, este incremento se sentirá tanto que los consumidores no tendrán otra opción», comentó Daum, sugiriendo que esta presión económica aceleraría la transición hacia una movilidad más sostenible.
Aunque puede parecer una solución sencilla para reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO₂), el problema radica en las consecuencias sociales y económicas de una medida de este calibre. Daum mismo reconoció que la mayoría de la población probablemente rechazaría esta propuesta.
Y no es para menos: con los altos precios actuales de la energía y las dificultades económicas, un incremento anual del precio del combustible sería visto por muchos como un castigo, afectando sobre todo a aquellos que dependen de sus vehículos para trabajar o viven fuera de las grandes urbes sin alternativas de transporte público adecuadas.
¿Subsidios o presión económica?
Daum también mostró su descontento con las políticas de subsidios estatales para la compra de vehículos eléctricos, argumentando que el apoyo financiero sólo debería haberse aplicado en las primeras fases de desarrollo de nuevas tecnologías.
Desde su perspectiva, la prioridad gubernamental debería centrarse en mejorar la infraestructura, como las redes de carga y la generación de energía, en lugar de subvencionar los vehículos eléctricos directamente.
Sin embargo, mientras algunos, como Volkswagen y la cancillería alemana, apoyan una prórroga de los subsidios para estimular la compra de coches eléctricos, Daum se posiciona en contra, sugiriendo que estas ayudas ya no tienen sentido en una industria que ha superado su fase experimental.
Un sector en crisis y en busca de soluciones
La industria automovilística alemana no atraviesa su mejor momento. A pesar de los esfuerzos por reducir las emisiones de CO₂, el sector del transporte sigue siendo responsable de más de un 20 % de las emisiones totales del país.
Además, el mercado de coches eléctricos, a pesar de su crecimiento, sigue siendo relativamente pequeño, representando únicamente el 3 % del total de las ventas al inicio de 2024.
Mientras tanto, las marcas buscan soluciones para afrontar las multas multimillonarias de la Unión Europea por exceso de emisiones.
Las opiniones están divididas: mientras algunos fabricantes piden más incentivos para la compra de eléctricos, otros, como el propio Daum, abogan por dejar que sea el consumidor quien, bajo la presión de los precios del combustible, decida cambiar.
Fuente: SWR.de