Mi coche eléctrico no carga, ¿qué ocurre?
Uno de los problemas más serios con los que nos podemos encontrar en nuestro coche eléctrico es que no permita realizar la recarga. Vamos a analizar las posibles causas y soluciones de este tipo de problemas.
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Publicado: 02/10/2021 17:30
Los tiempos cambian y cada vez son más los coches eléctricos (BEV, FCEV, EREV) o híbridos enchufables (PHEV) presentes en el parque móvil español. Incluso, las últimas cifras de ventas hablan de un notable incremento de las ventas de este tipo de vehículos en Europa, superando por primera vez en la historia a las de los diésel (aunque siguen aún muy lejos de los gasolina, que rozan el 60% de las ventas totales).
Así las cosas, los habituales problemas derivados de un motor térmico siguen presentes en el día a día de cada usuario, pero a estos se le suman los nuevos que corresponden específicamente a las mecánicas eléctricas.
Y uno de los más problemáticos es que un coche eléctrico no recargue su batería, pues resulta imposible utilizarlo. ¿A qué se debe? Varias pueden ser las causas.
Por qué no carga mi coche eléctrico
Cada vehículo tiene unas necesidades concretas de potencia y carga. Lo mismo ocurre con los puntos de carga o Wallbox, que ofrecen diferentes potencias y prestaciones.
Si bien los coches suelen configurarse de una única manera para todos los mercados, las condiciones de carga varían en función del país, la región o incluso el modelo de Wallbox, por lo que se hace necesario que ambos elementos, el coche y el punto de carga, cuenten con dispositivos de seguridad que impidan que una anomalía que estropee el sistema eléctrico.
Esa garantía de seguridad es la que puede generar que la recarga no sea posible en un momento determinado, pues el sistema impide la acción para evitar una avería. ¿Quieres saber más sobre los tipos de carga de un coche eléctrico? No te pierdas este artículo elaborado al respecto.
La instalación eléctrica
Si nos centramos en la instalación eléctrica que debe cargar nuestro vehículo, esta debe cumplir con ciertos requisitos para ser considerada apta:
- Debe poseer neutro (sistema de alimentación B2).
- Diferencia de potencial entre neutro y tierra menor de 10 voltios (V).
- Resistencia a tierra menor de 50 Ohmnios.
- Distorsión armónica según normativa UNE 61000-2-1.
- Nivel de ruido inferior al 4% de voltaje entre fase y neutro.
Este último punto es el que suele generar que el diferencial de la instalación salte, cortando el suministro e interrumpiendo la carga del vehículo.
Otros problemas
Aunque un mal funcionamiento o estado de la instalación eléctrica suele ser el principal inconveniente, existen otros.
Uno de ellos es el incorrecto funcionamiento de la aplicación asociada al punto de carga, pues en la actualidad muchos de ellos necesitan de una para ser utilizados. En ocasiones, la tecnología nos juega malas pasadas y no siempre es posible optar por una carga manual.
De igual modo, con el paso del tiempo las baterías envejecen, perdiendo capacidad de carga de manera progresiva. Según los fabricantes, esta debe ser reemplazada cuando ya no es capaz de llegar al 70% de su capacidad inicial. Si no es así, llegará un momento en el que ya no sea posible realizar una carga adecuada. El modo de uso es determinante a la hora de alargar la vida útil de la batería y una de las claves es no abusar de la carga rápida.
Otro problema, por desgracia muy habitual en España (un 50% del total, según la empresa Wallbox), es que el punto de carga público que queramos utilizar esté averiado o inutilizado. Esto es especialmente recurrente en las carreteras y zonas alejadas de las ciudades. También es habitual que durante la carga se produzcan parones derivados de la escasa fiabilidad de muchos de los puntos de carga instalados.
¿Eres usuario de un coche eléctrico o híbrido enchufable y has experimentado este u otros problemas al cargar el vehículo? Cuéntanos tu experiencia.
Fotos: Pixabay