Mi coche pierde agua, pero no se calienta: ¿qué ocurre?
Una de las averías más temidas por los conductores es la fuga de agua, pues eso puede acabar propiciando el sobrecalentamiento del motor y una avería aún más grave y costosa. Pero no siempre un charco de agua bajo el coche es síntoma de algo grave.
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Publicado: 16/11/2020 15:30
Cuando acudimos al lugar en el que tenemos aparcado nuestro coche y vemos con pesar que hay un charco bajo el motor, lo primero en lo que pensamos es que algo se ha roto en el sistema de refrigeración y que arreglarlo nos va a costar un buen dinero. ¿Habrá perforado una piedra el radiador, se habrá roto un manguito? Pueden ser varias las causas de una fuga de líquido, pero no todas son necesariamente graves o preocupantes.
¿Por qué mi coche pierde agua y no se calienta?
Lo primero que debemos aclarar antes de entrar en materia es que los coches no utilizan agua para refrigerar el motor, sino un líquido refrigerante anticongelante que está específicamente diseñado para realizar su función sin provocar corrosión en los elementos internos por los que circula.
Es por eso que, cuando nos falte líquido refrigerante no debemos rellenar con agua y, si no hemos podido evitar hacerlo, deberemos sustituir todo el líquido por uno nuevo que cumpla las recomendaciones del fabricante para evitar males mayores en el futuro.
El aire acondicionado funciona a través de un sistema estanco por el que circula un gas que cambia de estado
Pero, independientemente de todo ello, ¿por qué mi coche no se calienta si está perdiendo líquido refrigerante? Bueno, son varias las razones y no nos referimos a que la fuga sea reciente o muy pequeña y el nivel de líquido no haya bajado lo suficiente como para no poder enfriar el motor.
El aire acondicionado
La primera y principal causa por la que un vehículo gotea por la zona del motor es el aire acondicionado, especialmente cuando lo usamos a diario en verano, claro está. La causa no es ninguna anomalía, sino un simple y sencillo fenómeno físico.
El aire acondicionado funciona a través de un sistema estanco por el que circula un gas que cambia de estado físico en función de la presión a la que es sometido. El compresor del circuito hace posible que el gas pase a estado líquido y viceversa, robando calor al ambiente y propiciando que los conductos se enfríen notablemente.
Ello hace que la humedad del aire a temperatura ambiente presente en el exterior de los tubos se condense al entrar en contacto con los tubos fríos, pasando a estado líquido y goteando. Por tanto, no se trata de una avería o algo que deba preocuparnos, sino de una simple consecuencia del uso del aire acondicionado.
Los lavafaros
La segunda causa habitual de goteo en la zona del motor que no propicia un sobrecalentamiento del motor reside en los lavafaros, sistema muy común en los vehículos dotados con faros de xenón.
Este tipo de alumbrado se hizo muy popular años atrás y para que sean efectivos se hace necesaria la inclusión de un sistema de limpieza que permita una mejor visión y un menor deslumbramiento.
Para ello, los faros incluyen un sistema de conductos procedente del depósito del líquido limpiaparabrisas por el que circula el mencionado agente limpiador. A consecuencia del uso, la suciedad, las vibraciones o los golpes, estos conductos pueden agrietarse o dañarse, generando en ese caso un goteo que puede llegar a confundirnos.
En este caso sí se trata de una avería que debemos subsanar para asegurarnos de circular con buena visibilidad y seguridad, pero no estamos ante un fallo grave o terminar en nuestro vehículo.
Sube la temperatura
En cambio, si notamos que el motor de nuestro coche se calienta en exceso y vemos una fuga de líquido refrigerante bajo el coche, entonces debemos preocuparnos y actuar con celeridad para evitar males mayores.
En este caso la causa puede ser el radiador, que es el elemento encargado de enfriar el refrigerante. Si existe una fuga o rotura, el líquido escapará y el sistema no realizará su función correctamente.
La bomba de agua es otra de las causas comunes de fuga que provocan sobrecalentamiento, pues su cometido es impulsar el líquido refrigerante por todo el sistema. La avería suele provocar que la junta de sellado no pueda cerrar herméticamente el conjunto, propiciando la fuga.
En este tipo de casos es vital acudir a un taller mecánico para solucionar el problema o de lo contrario es muy probable que la junta de la culata acabe sufriendo las consecuencias y el motor quede inutilizado.
Fotos: Pixabay