Colonia pregunta cuánto miden los coches para fijar el precio para residentes del aparcamiento regulado, lo que no deseas que llegue a la ORA

Si eres un amante de los grandes viajes y conocer las grandes capitales europeas con tu propio coche, puedes tener problemas en tu bolsillo si decides pasar por la capital del Sena. El gobierno local ha sido el primero en gravar con un impuesto especial a los SUV, una tasa que se paga en función del peso del vehículo estacionado. Una medida que afecta más a los visitantes que a los locales.

Una medida muy radical pero con la que esperan sacar a estos modelos de las calles, independientemente de que se trate de un modelo de combustión, híbrido o eléctrico. En este último caso es peor porque, mientras que por un lado no contamina, por el peso añadido de la batería tendrá que desembolsar más por aparcar. Está claro que el modelo de París se extenderá a otras ciudades europeas en los próximos años, pero los alemanes de Colonia tampoco se han quedado cortos.

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El aparcamiento regulado ha ido un paso más allá para los vecinos alemanes que solicitan la tarjeta de residente en una zona para poder aparcar sus coches cerca de casa. La gran diferencia entre la medida francesa y la germana es que esta última se aplica a todo tipo de coches, ya que las normas federales impiden aplicar aplicar tarifas de aparcamiento más altas solo a los SUV, y que el peso no es el factor clave en su vara de medir, sino la longitud.

El ayuntamiento de Colonia ha establecido un baremo de pagos en función de la superficie que ocupan los coches: si mide un máximo de 4.109 milímetros, un utilitario, el propietario pagará 100 euros al año, si mide entre 4.110 y 4.709 milímetros, la tarifa asciende diez euros más y 120 euros para los que miden entre 4.710 y 5.600 milímetros. El aumento es ridículo, pero los que no tienen cabida son los que miden 5,6 metros o más.

El aparcamiento regulado, la nueva vaca a explotar por los ayuntamientos

Tampoco le hará falta al dueño de semejante «barco» aparcar en la calle, a buen seguro que el propietario de un Bentley Flying Spur tiene un lugar más seguro para mantener a la lujosa berlina británica a resguardo de la intemperie y de los envidiosos, como también a los dueños de un Rolls-Royce Phantom Extended Wheel Base que mide 5,98 metros de largo, por poner un ejemplo. El cometido de la medida es el de evitar los coches grandes en las calles y que haya más sitio para los pequeños, lo que también abre la puerta a su implantación en otras ciudades en los próximos años.