Nos dijeron que los coches autónomos ya llegaban, pero se enfrentan a una realidad que ni siquiera la IA puede resolver

Los expertos avisan y con contundencia al respecto de los vehículos con conducción autónoma. Llevamos años viendo avances al respecto, pero tendrás que esperar unos cuantos más para ver hacerse realidad esta tecnología en nuestro día a día en las carreteras.

Nos dijeron que los coches autónomos ya llegaban, pero se enfrentan a una realidad que ni siquiera la IA puede resolver
Esta es la realidad a la que se enfrentan los coches autónomos en la actualidad.

7 min. lectura

Publicado: 12/09/2024 15:00

Los coches autónomos están lejos de hacerse realidad. Es la conclusión a la que llegan expertos mundiales en la materia. Los esfuerzos actuales de las marcas se centran en dar el salto al nivel 4 de conducción autónoma, pero aún queda mucho camino por recorrer.

No va a haber conducción autónoma a corto y medio plazo, al menos en lo que se refiere a los vehículos autónomos dirigidos al gran público. En Estados Unidos ya hay pruebas piloto en ciudades como San Francisco, pero estas se limitan a zonas muy concretas.

Una de las esperanzas para el desarrollo de esta tecnología está puesta en la Inteligencia Artificial; sin embargo, los expertos consideran que esta IA no está preparada para resolver los muchos problemas y retos tecnológicos que tienen que superar los coches autónomos.

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Y mientras tanto, recordemos, Tesla está a menos de un mes de presentar su Robotaxi, con el que pretende dar un salto adelante en materia de conducción autónoma. Poco se sabe de las intenciones de la compañía norteamericana con el Cybercab, así que estaremos muy atentos.

Los retos de la conducción autónoma son todavía numerosos.

Por qué la actual IA no sirve para los coches autónomos

Según la experta Mary L. 'Myssy' Cummings, asesora de seguridad en la NHTSA norteamericana, la Inteligencia Artificial actual plantea problemas que deben ser tomados en consideración.

Por ejemplo, que «el código es increíblemente propenso a errores. La IA no elimina el papel del error humano en los accidentes de tráfico, tan solo se ha trasladado su papel del final de la cadena de eventos al principio, la codificación de la propia IA».

Estos fallos, según Cummings, son «extremadamente difíciles de predecir. Por ejemplo, un coche autónomo puede comportarse de forma muy distinta en el mismo tramo en diferentes momentos del día, debido a los ángulos variables del sol». La IA, en este caso, no funciona bien en decisiones bajo incertidumbre y en las que la información es imperfecta. «Les falta el juicio frente a la incertidumbre»-

Los retos con la IA no se quedan en su creación, ya que requerirá «entornos dinámicos como la conducción y actualización constante para reflejar nuevos patrones, nuevas zonas de construcción, etc.». Esta tecnología también depende de la conectividad inalámbrica: «Qué sucederá cuando se pierda esa conexión».

Las primeras pruebas con coches autónomos en entorno real ya se están produciendo en EE.UU.

Los principales problemas de la conducción autónoma

La tecnología actual de los vehículos autónomos se enfrenta a muchas limitaciones y, según los expertos, su impacto está «mucho más allá de los retos en los que se están enfocando los ingenieros actualmente».

Los principales retos que tienen por delante los desarrolladores de la tecnología autónoma son estos:

  • La tecnología actual tan solo funciona en una determina zona geolocalizada. Se espera que en el futuro puedan abarcar ciudades enteras, pero las operativas actuales se limitan a unos pocos barrios, por lo que su horizonte queda marcado por los límites territoriales… de momento.
  • Según Cummings, existe una «falta de comprensión técnica alarmante» en la industria y el gobierno sobre la Inteligencia Artificial en la conducción autónoma. «Ninguna IA puede entender la situación, el contexto o cualquier factor no observado que una persona consideraría en una situación similar». El grave problema está en que un fallo de la IA en un vehículo autónomo se podría traducir en un accidente de tráfico.
  • El error humano nunca se va a eliminar, ya que siempre va a haber personas implicadas en todo el sistema. En los sistemas de conducción autónoma de nivel 4 y 5, la responsabilidad no recae sobre el conductor. Pero detrás de la ingeniería de software, de las operaciones necesarias para que estos vehículos funcionen, etc. hay muchas personas detrás.
  • El desarrollo de esta tecnología implica una gran cantidad de recursos económicos, ya no solo para sacar adelante la tecnología, sino también para mantener la infraestructura, la base del código… Además, los expertos aseguran que el modelo de ingresos de esta tecnología de conducción autónoma todavía no está definido.
  • La falta de una legislación que regule estas tecnologías sigue siendo un vacío importante que cubrir, tanto a nivel internacional como local.
  • Además, el público todavía no está preparado para aceptar que sea una máquina la que pueda ser responsable de un accidente grave, lo que plantea enormes debates éticos.
  • Pocas ciudades están viendo los coches autónomos funcionar ya en sus calles, pero los experimentos realizados en San Francisco, por ejemplo, están generando un gran rechazo del resto de conductores y peatones. Y es que estos vehículos autónomos, liderados por empresas como Waymo (Google) o Cruise (General Motors), están generando multitud de problemas que ponen en riesgo al resto de conductores: frenazos inesperados, provocar atascos, inseguridades…
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