Coches eléctricos y archipiélagos, una combinación ganadora
Millones de personas que viven en islas pueden beneficiarse de las ventajas de los coches eléctricos aunque no conduzcan ni posean uno, ya que reducen los costes de insularidad y favorecen el aprovechamiento de las energías renovables. Veremos algunos ejemplos.
6 min. lectura
Publicado: 12/08/2018 21:30
Los coches eléctricos son una opción realmente interesante para unas zonas concretas del mundo, las islas pequeñas o medianas, que por lo general no son autosuficientes y tienen que importar casi todo del exterior, como la energía, y fundamentalmente de origen fósil. Esa factura energética se divide entre los habitantes.
La proliferación de coches eléctricos podría ayudar a la autosuficiencia energética, ya que con un mayor consumo de electricidad, tiene más sentido utilizar energía solar -en lugares como el Caribe son unos 220 días al año de pleno sol-, eólica, mareomotriz, geotérmica, etc.
Por cuestiones geográficas elementales, en las islas no hay grandes distancias que recorrer, por lo que la autonomía no es un factor importante. Entonces queda el tema del precio de adquisición y de la infraestructura de recarga decente para animar a más personas a dar el salto.
Las islas pequeñas tienen que importar todos los vehículos que llegan, y como son volúmenes bajos, los costes son elevados. Al haber una menor circulación de unidades, los valores residuales de los que se quedan son buenos a menos que hablemos de modelos muy poco fiables, con tendencia a sufrir corrosión o sin una postventa decente.
Algunas islas tienen unos aranceles de importación altos, incluso más altos para los eléctricos que para modelos de combustión caso de Barbados (Caribe). En el extremo opuesto tenemos a las Islas Canarias, que desde este año los eléctricos no tienen IVA.
Entre todas las islas del Caribe se juntan unos 45 millones de personas
El IGIC, equivalente insular al tributo sobre el consumo, pasó del 3% al 0%, por lo que casi salen a precio de fábrica, porque tampoco pagan impuesto de matriculación. De hecho, los coches eléctricos más baratos del país se pueden comprar en Canarias, eso sí, no tiene sentido traerlos de nuevo a la Península en barco. Baleares apuesta fuerte por una red de recarga pública, sobre todo en Ibiza y Formentera.
Dadas las externalidades positivas de los coches eléctricos -limpieza, silencio, ahorro energético...- algunos gobiernos locales empiezan a poner facilidades para la proliferación de coches eléctricos en sus jurisdicciones. Es aplicar la misma fórmula que los noruegos: facilidades y ventajas para compensar su todavía precio de adquisición superior.
A mediados de la próxima década los costes de las baterías habrán bajado lo suficiente como para que un modelo a combustión cueste lo mismo que su equivalente eléctrico, por lo que las cuentas salen automáticamente a favor del eléctrico. En España, moverse con un eléctrico es 4-8 veces más económico que usando zumo de dinosaurio.
Si hay energía solar en abundancia, tiene más sentido incentivar la recarga diurna, que es cuando sobraría energía en el sistema
Si en una isla se generaliza el uso de coches eléctricos, no solo se reduce la factura de importación de combustible, también se anima el ecosistema de producción eléctrica renovable. Es más, los coches pueden absorber los excedentes de producción, y en caso de huracanes y cortes de suministro pueden alimentar muchos hogares con la energía que almacenan. En el Caribe saben mucho de pérdidas de suministro eléctrico por las iras del tiempo.
En las Islas Hawaii prevén que en 2045 haya más eléctricos que convencionales rodando por las islas. Con un mantenimiento adecuado, y sin abusar de las cargas rápidas, los eléctricos pueden aguantar más años sin dar problemas, gastan menos repuestos y son más fiables. Otra ventaja a tener en cuenta, las piezas y recambios también hay que importarlos, y eso también cuesta dinero.
Las autoridades locales también pueden incentivar la demanda con una nutrida red de recarga, es fácil poner a pocos kilómetros de cada residente un cargador, y con pocas distancias a recorrer, tampoco es imprescindible que cada propietario tenga un punto de recarga propio. Hay más margen a compartirlos. Empresas de alquiler de coches compartidos -car sharing- pueden explorar la viabilidad del negocio, funciona bien en áreas delimitadas y en las islas fácilmente el 75% de la población es urbana.
Como podemos ver, los coches eléctricos son capaces de resolver problemas que no tienen solución fácil con otras tecnologías. Es antinatural que las islas estén importando petróleo obtenido a decenas de miles de kilómetros de distancia, pudiendo alimentarse con energías renovables. Estamos hablando de progreso.