El choque de trenes entre China y Europa por los coches eléctricos va más allá de las marcas, el daño colateral que pagaremos tú y yo
China y Europa han entrado en una guerra sin cuartel con el reciente anuncio de la imposición de los aranceles a los coches eléctricos de sus marcas. Una espiral que se va a rizar mucho más, pues los asiáticos ya amenazan con recurrir a las más altas instancias del comercio mundial. Sin embargo, Europa está entre la espada y la pared, y las marcas no son el único problema.
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Publicado: 15/06/2024 18:00
Tras conocerse los resultados de las elecciones europeas, se anunció inmediatamente la imposición de los aranceles aduaneros a las marcas chinas de coches eléctricos, una decisión que no ha gustado nada de nada en el gobierno del gigante asiático que ha amenazado con denunciar a la Unión Europea ante la Organización Mundial del Comercio.
Esto es sólo el principio de una contienda que se antoja muy larga, a pesar de los esfuerzos de China por buscar apoyos entre los europeos, como España. El próximo otoño está prevista una votación entre todos los miembros. Pero, para que los aranceles sean definitivos o invalidados, tienen que estar de acuerdo el 55 por ciento de los países, que representan al menos el 65 por ciento de la población de la UE. Si no hay mayoría, en un sentido u otro, decide la Comisión Europea.
No sólo las marcas de coches están implicadas en los aranceles de la UE a China
La situación no es, en absoluto, fácil, pues no sólo la industria del automóvil está implicada. Si bien las marcas de coches europeas fueron las primeras en pedir medidas para protegerse de la invasión de eléctricos chinos, para después retractarse de ellas porque sabían que China se lo iba a cobrar a su forma, un estudio realizado por el Instituto de Economía Alemana ha revelado que más del 80 por ciento de las grandes industrias germanas -proveedores de componentes y materias primas- apoya la medida.
Es decir, que Europa se encuentra con el apoyo de un elevado número de empresas no automovilísticas y el rechazo directo de las marcas, lo que deja a la UE en una situación comprometedora. Porque no puede ponerse de una parte y dejar de lado a las otras, aunque es realmente lo que ha hecho al entender que los coches eléctricos chinos perjudican a los europeos.
Stellantis se queja pero le benefician los aranceles a las marcas chinas
El estudio apunta que dos tercios de las empresas competidoras de China se han visto obligadas a rebajar sus precios en más de un 30 por ciento para no perder clientes, un tercio tiene previsto mudarse a países del Este para reducir costes y casi la mitad de las que apoyan la medida también se ven obligadas a realizar despidos.
Carlos Tavares ha dado una de cal y otra de arena, pero lo cierto es que la imposición de aranceles a las marcas chinas beneficia mucho más a Stellantis que a las alemanas. Estas son las grandes perjudicadas, pues las ventas en China pesan mucho en sus resultados fiscales, todo lo contrario que en el gigante franco-italiano. Sin embargo, no son las marcas las grandes perjudicadas, sino los clientes.
Los clientes, los grandes damnificados con los aranceles
Y está claro que Europa no ha pensado en ellos. Los coches nuevos fabricados en Europa son cada vez más caros, por lo que la competencia china en segmentos como el B o el C abre a los interesados la posibilidad de hacerse con coches más baratos. No seamos ilusos, las marcas europeas no van a bajar los precios en estas categorías al no estar presentes los chinos, no lo han hecho en los últimos años y no lo van a hacer ahora. De hecho, todo lo que puedes esperar es lo contrario, que sean más caros.
Los fabricantes se mueven por las cuentas de resultados y los beneficios, y si se reducen sus ventas en el gigante asiático, ¿Cómo crees que los van a tratar de compensar? Sí, subirán los precios, aunque por mucho que lo hagan nunca compensarán las pérdidas en China pero algo sacarán. El país oriental sabe perfectamente que la UE le ha pillado, que ayuda a sus grandes marcas, y aunque no lo reconozca, la realidad es que ambas potencias están condenadas a entenderse.