¿Tienen los coches eléctricos un lado oscuro? Un polémico estudio siembra dudas y sólo la Euro 7 tendrá la última palabra
Los coches eléctricos siempre han estado en el ojo del huracán. Su mayor o menor autonomía y los tiempos de carga de las baterías son factores que les afectan negativamente pero también si son tan eficientes o no como se les atribuye. Ahora, un nuevo informe apunta a un detalle que les hace menos limpios que los de combustión.
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Publicado: 05/10/2024 18:00
En los últimos tiempos, cuando los coches eléctricos empezaron a llegar con más fuerza a todos los segmentos y categorías del mercado y el plantel ha sido cada vez más amplio, se han tenido que enfrentar a las críticas. El término «limpio» se le ha atribuido solamente por el hecho de que su funcionamiento no depende de los combustibles fósiles, pero eso no significa que estén exentos de emisiones contaminantes.
Europa sabía que los eléctricos no eran tan limpios, por lo que decidió cambiar sus normas de homologación y, en cuestión de unos años tendrán que superar una cuestión clave: las emisiones de polvo fino producto de la abrasión de los neumáticos y los frenos. Un nuevo estudio ha echado más leña al fuego revelando que los eléctricos generan más partículas en suspensión que los de combustión.
Los neumáticos y frenos de los coches eléctricos, en el punto de mira
Hay que tener en cuenta que los coches eléctricos pesan más que los de combustión por la batería, lo que obliga a las marcas a instalar neumáticos con los flancos reforzados a conciencia para soportar el enorme lastre, al mismo tiempo que contener materiales especiales para reducir la fricción con el asfalto y aumentar la eficiencia contribuyendo a alargar la autonomía.
Sin embargo, estos dos factores tienen consecuencias más negativas que positivas, como así apunta este último estudio, que también se refiere al desgaste de los frenos provocado por el peso. En conjunto, tanto los neumáticos como los frenos sufren hasta 1.850 veces más daño que en los modelos de combustión, lo que genera enormes cifras de partículas en suspensión.
La Unión Europea ha instado a los fabricantes a reducir de alguna manera, y para lo que algunos proveedores de automoción están diseñando filtros especiales que recojan estas emisiones de polvo fino, ya que cuanto mayor es el peso, mayor es el desgaste y más partículas se generan.
La Euro 7 determinará si los eléctricos son más contaminantes, igual o menos
El informe es cuanto menos polémico al no hacer referencia alguna a un método de medición en concreto, lo que ha suscitado respuestas. Industry Project ha señalado que el estudio, directamente, no «se ajusta a los principios básicos de la ciencia». Desde Emissions Analytics tampoco están de acuerdo con tal conclusión, apuntando que el desgaste de los neumáticos emite 1.850 veces más polvo fino que las emisiones de escape.
Incluso, la referencia a la abrasión de los frenos es inconclusa, pues los coches eléctricos destacan por hacer un menor uso de ellos, siendo los motores eléctricos retienen el vehículo nada más soltar el pedal del acelerador y se puede graduar la intensidad de la retención para aumentar la recuperación de energía.
A decir verdad, por mucho que los fabricantes de neumáticos se esfuercen en mejorar los compuestos, no cabe duda alguna de que la abrasión de la goma nunca se podrá evitar. Hasta que entre en vigor la nueva norma Euro 7 en 2026, no tendremos datos reales de emisiones de polvo fino causadas por los coches eléctricos. Será entonces cuando podamos saber si contaminan más o no que los coches térmicos.