Coches eléctricos: ¿plataforma estándar y adaptada o una dedicada?
La gran ofensiva y apuesta por la electrificación es casi una realidad que desembarcará a los grande en el mercado a partir de 2020. Pero los fabricantes enfocan la estrategia de dos formas diferentes. Te explicamos cuáles son y las analizamos.
6 min. lectura
Publicado: 30/10/2017 16:00
El avance en la movilidad eléctrica está siendo enfocado por los fabricantes de diferentes formas. Concretamente de dos formas: adaptando plataformas para combustión o desarrollando específicas.
En este sentido, las plataformas modulares convencionales permiten ahorrar costes con la estandarización de componentes pero, al mismo tiempo, suponen un problema cuando se trata de desarrollar un coche eléctrico y que radica en las baterías, ya que las plataformas modulares convencionales no se diseñaron desde un principio para alojar baterías.
Esta cuestión ha afectado a todos los fabricantes, pero se agrava el problema debido al peso y tamaño de las baterías: a mayor peso, menor rendimiento del motor y, por ende, el comportamiento dinámico cambia. El fabricante puede realizar mejoras pero esa dinámica nunca será la misma que un modelo de combustión. Y podemos agravar un punto más este problema con el tamaño: cuanta más autonomía pretende un fabricante, mayor será el tamaño y restará espacio al habitáculo o al maletero.
Por esta razón, Volkswagen ya tiene su nueva plataforma MEB, al igual que Hyundai o la nueva plataforma FSAR de BMW, todas dedicadas únicamente para eléctricos alimentados por baterías o fuentes de combustible alternativas como el hidrógeno, ofrecen autonomías superiores a 500 kilómetros y, al mismo tiempo, modulares para desarrollar cualquier tipo de modelo.
Volvo también es una de estas marcas que ha apostado por una plataforma modular dedicada denominada MEP (Plataforma modular electrificada) con una batería capaz de ofrecer una capacidad de 100 kWh y motores eléctricos que rendirán potencias de entre 100 kWh y 450 kW; o lo que es lo mismo, entre 140 CV y 600 CV, justamente la cifra anunciada para el Polestar 1.
En el caso de éstas y con el fin de lograr casi una perfecta distribución de pesos, la batería se instalará en el suelo del coche no restando espacio a los pasajeros o al equipaje eliminando el túnel central ya que no son necesarias complejas transmisiones. Prometen autonomías de entre 250 y 500 kilómetros con solo una carga.
Y, tanto Hyundai como Volkswagen también prometen que el precio de sus modelos será tan competitivo como el de un modelo de combustión que, en gran parte, se debe al descenso continuado en los precios de las baterías a pesar de mayores capacidades, todo lo contrario que los Mercedes EQ desarrollados sobre la nueva plataforma específica EVA.
¿Realmente compensa una plataforma dedicada?
La respuesta la tienen los fabricantes que estiman unas cifras de ventas muy elevadas con un horizonte temporal hasta 2025. Es decir, la mayor parte lanzará una ofensiva eléctrica a gran escala a partir de 2020 y aunque en sus planes figura que el objetivo se cumplirá en 2030 confían en que lograrán su objetivo cinco años antes.
Es cierto que una vez desarrollados los trenes de potencia, si de verdad la estrategia se aplica a diferentes tipos de carrocería -recordamos que el SUV es hoy día el tipo de modelo más vendido- es muy probable que logren el objetivo de ventas y sean capaces de igualar los costes a los de una plataforma convencional, pero siempre teniendo en cuenta que los costes de una plataforma dedicada son mucho mayores porque, a día de hoy, no es una fabricación de volumen.
Un enfoque diferente es el desarrollar modelos eléctricos utilizando arquitecturas convencionales y un fabricante que mantiene esta tesis es Ford, que todavía no cuenta con arquitecturas modulares como la mayor parte de sus rivales, sino que continúa utilizando plataformas antiguas realizando adaptaciones.
Ford considera que las plataformas adaptadas ofrecen unas cifras de autonomía para los eléctricos muy suficiente, con lo que no entiende necesario invertir en una base nueva y es posible continuar desarrollando modelos electrificados sobre sus plataformas globales de mayor volumen, ya que aumenta las economías de escala.
De hecho, su primer modelo completamente eléctrico que llegará en 2019 y al que llama Model E compartirá plataforma con la cuarta generación del Ford Focus, una base mecánica que data de 2003 y que se ha ido actualizando sucesivamente hasta hoy.