Europa cae en otra trampa más de China de la que nadie habla, los PHEV se convierten en el próximo gran problema
Nadie habla de ello pero Europa se ha metido en otra gran trampa propiciada por China. Las marcas de coches europeas se han visto abocadas a apostar por los PHEV para salvar la crisis de los eléctricos. Una tecnología que entraña más problemas para los fabricantes que para los clientes.
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Publicado: 25/08/2024 18:00
Hace poco más de diez años que la electrificación comenzó a cobrar vida. Las marcas establecieron una estrategia al comprar coches en la que el primer paso debía ser los híbridos, el segundo los enchufables y el tercero los eléctricos. Sin embargo, China empezó a pisar los talones y las marcas europeas se saltaron el segundo escalón.
Era el momento de empujar a los clientes a un mundo completamente nuevo y que se ha venido abajo por completo. El desinterés ha ido en aumento hasta acabar con el gran sueño, obligando a las marcas a confiar en los PHEV para salvar los muebles por su eficiencia demostrada, pese a que la actitud de ciertos clientes juegue en contra.
La autonomía de un eléctrico básico ya es una realidad en coches PHEV en China
Mercedes ha sido uno de los fabricantes que, a día de hoy, mantiene una doble estrategia con los híbridos enchufables utilizando tanto gasolina como diésel en el lado térmico. Además, las cada vez más sofisticadas baterías han aumentado su capacidad y, por tanto, autonomía, llegando ya hasta los 150 kilómetros con una sola carga.
Pero esta es la nueva trampa en la que ha caído Europa. China ya ha conseguido uno de sus grandes objetivos, introducir sus eléctricos en el continente europeo, a pesar de la presión de los aranceles, y ahora su caballo de batalla son los PHEV. Marcas chinas como BYD ya anuncian autonomías sin repostar que superan los 2.000 kilómetros, y algunos de los más capaces ofrecerán hasta 300 kilómetros en modo eléctrico.
El doble que los europeos. Semejante cifra es la de un coche eléctrico barato como el Renault 5 con la batería más económica, lo que nuevamente es un reto a superar por los europeos. Como quien dice, «una pescadilla que se muerde la cola» y una espiral de la que es imposible salir porque el reto está nuevamente servido.
La cosa pinta mal, Europa nunca saldrá de la espiral de China
La competitividad entre China y Europa obliga a «nuestras» marcas a igualar semejante cifra, y eso pasa por baterías más potentes, bien a través de químicas más sofisticadas que aumenten la densidad de energía o aumentar el tamaño de las baterías, por lo que hablamos de palabras mayores: añadir un pes extra de 300 kilogramos, como mínimo. Pero eso también supone que los coches PHEV serán más caros.
La fórmula, por ahora, de compensar el gasto extra en baterías más potentes, es la de equipar cargadores de a bordo que soportan grandes velocidades de carga, por lo que pueden recargar energía -como los eléctricos- en un tiempo récord. El último Volkswagen Tiguan es un claro ejemplo de esta gran mejora, pero es cuestión de tiempo que los fabricantes europeos tengan que luchar por mejorar enormemente la autonomía de los PHEV.