Descubierta una colección secreta de Plymouth y DeSoto escondida en una mina de sal
Este impresionante barn find ha tenido lugar en Kansas City, donde ha sido descubierta una enorme colección de raras piezas de Plymouth y DeSoto, curiosamente, todas ellas pertenecientes al año 1932, que habían sido escondidas durante décadas por su propietario. No fue hasta su fallecimiento que la familia descubrió la enorme colección escondida en una mina de sal, que ahora han procedido a subastar.
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Publicado: 11/11/2020 13:00
No han sido pocas las ocasiones en las que hemos dicho que hay tantos tipos de colecciones como tipos de coleccionistas hay. De la misma manera, también son muy distintas las circunstancias que pueden dar pie a una colección, pues no todos los aficionados se comportan igual ni tienen los mismos gustos, de ahí que a veces nos encontremos con garajes muy peculiares, como es el caso de este extraño hallazgo que ha tenido lugar recientemente en Kansas City.
Paul Adair era un banquero de Kansas City que tenía una afición muy particular, los modelos clásicos de 1932, sobre todo los de las firmas Plymouth y DeSoto, pues logró amasar una más que respetable colección compuesta por cerca de dos docenas de ejemplares, de los que la gran mayoría pertenecen a esta firmas y a ese preciso año. Aunque su curioso gusto por los modelos de 1932 no es la característica más extraña de su colección, pues al parecer, Adair adquirió todos estos vehículos completamente en secreto. Ni sus propios familiares conocían la existencia de dicha colección, que no descubrieron hasta el reciente fallecimiento del banquero, lo que tuvo lugar en noviembre de 2019.
Fue en ese momento cuando descubrieron que Adair tenía esa extraña afición y que mantenía su colección con suma discreción. Lamentablemente, debido a su secretismo, Adair se ha llevado a la tumba la gran mayoría de la información y los detalles relacionados con sus vehículos. Incluyendo los motivos por los que solo quería unidades con esas características y además, aparentemente con el único fin de esconderlos, pues estos realmente no eran usados ni tampoco mantenidos debidamente.
Lo que no hace sino más sospechosa esta secreta colección, pues aparentemente no usaba los vehículos. Tan solo los adquiría y escondía. ¿El motivo?, lamentablemente, parece que no llegaremos a saberlo nunca.
La colección ni siquiera era conservada en las propiedades de Adair, pues este decidió emplear las instalaciones de una mina de sal embargada para almacenar sus vehículos. A tenor del estado que presentaban cuando fueron descubiertos, se sospecha que no solo llevaban años almacenados, sino que habían estado décadas sin uso ni mantenimiento de ningún tipo. Lo que ha provocado que algunos se hayan deteriorado mucho con el paso del tiempo.
Los herederos de Adair han decidido poner a la venta la colección y la casa VanDerBrink Auctions ha sido la escogida para subastar todos los ejemplares de esta misteriosa colección. La gran mayoría de ellos se corresponden con modelos Plymouth y DeSoto de 1932, aunque también podemos encontrar un Dodge, también de 1932, réplicas del Auburn Boat tail Speedster y el Cord Roadster, fabricadas en 1970 y 1979, respectivamente, además de un Mercedes 280cSEde 1970 y un pick-up Chevrolet especialmente modificado para el transporte de vehículos que precisamente era el modelo que se encontraba en mejor estado del lote. Por lo que suponemos que se trata del sistema que empleaba Adair habitualmente para trasladar o recoger los modelos de su colección.
Salvando el hecho de que este banquero de Kansas City mantuvo en secreto la existencia de esta colección hasta su último día, lo cierto es que esta no es la primera vez que nos encontramos a un coleccionista obsesionado con una marca, modelo, color o un número en particular. Hace unos años descubrimos la historia de Keith Busse, un estadounidense que se obsesionó con los Corvette, las ediciones especiales Pace Car del deportivo estadounidense y el número 35.
Este contaba con la única colección completa de Corvette Indy 500 Pace Car Edition completa que se conoce, incluyendo los ejemplares que nunca llegaron a ser puestos a la venta, pero además, poseía otra colección paralela relacionada con el Corvette y el número 35 o terminados en esa cifra. Esta se componía de muy diversos ejemplares del modelo que contaban con el número de bastidor 35, incluyendo uno de los raros Corvette C1 de 1953 e incluso uno de los ladrillos conmemorativos procedentes de la factoría original de Flint, la primera donde se ensambló el Corvette, que por supuesto también contaba con el número de serie 35.
Por el momento se desconoce el posible valor de la colección Plymouth/DeSoto de Paul Adair, pero podemos esperar que la suma de todos los vehículos sea una cantidad muy respetable, a pesar del mal estado que presentan algunos ejemplares. Lo que nos hace pensar en el posible valor que habría tenido la colección si en lugar de amasar vehículos en secreto y no mantenerlos nunca se hubiera conformado con menos modelos pero correctamente mantenidos durante todo este tiempo.