Cómo usar los frenos del coche correctamente: 7 situaciones en las que debes saber cómo utilizarlos
Saber frenar correctamente con el coche es sumamente importante para nuestra seguridad y para los que nos rodean. La DGT nos expone siete situaciones en las que todos debemos saber cómo debemos usar el pedal del freno de nuestro vehículo.
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Publicado: 23/02/2024 12:00
Una conducción segura (y eficiente) requiere también saber cómo utilizar los frenos de nuestro coche. El sistema de frenado nos permite detener el vehículo, adaptar la velocidad y mantener la importante distancia de seguridad con el resto de vehículos.
En cualquier situación durante la conducción, saber cómo usar correctamente el pedal del freno es fundamental para circular seguro. Por norma general, deberemos usar los frenos en su justa medida, sin excesos, con suavidad y aplicando la presión necesaria.
Y cómo no, es importante también que el equipo de frenos del vehículo esté en perfecto estado. Según datos de la DGT, el 13 por ciento de los defectos graves detectados en las ITV en el año 2021 se correspondían con el mal funcionamiento del sistema de frenado.
Situaciones en las que debemos saber cómo utilizar los frenos
Una conducción tranquila y equilibrada nos ayudará a no cometer excesos con los frenos. Evitando grandes acelerones y frenazos no solo haremos una conducción más eficiente y cómoda, también evitaremos que el equipo de frenos se sobrecargue. De ahí la importancia de saber cómo frenar en función de las circunstancias.
La propia DGT nos comparte siete situaciones en las que es importante saber cómo utilizar el pedal del freno para llevar a cabo una conducción segura. Toma nota.
Cómo detenernos y afrontar las curvas
- Detenciones: Si debemos detener el vehículo por completo, la clave está en anticiparse y adaptar nuestra velocidad justo antes. Si vemos un semáforo en rojo, una señal de Stop, un paso de cebra, en atascos… lo mejor es saber anticiparse, dejar de acelerar y pisar el freno de forma progresiva. Y siempre llevando la marcha adecuada para evitar los molestos tirones del motor. « Procuraremos ir en el régimen más adecuado del cuentarrevoluciones», explica Juan Ignacio Serena, jefe de Sección del área de Formación de Conductores de la DGT.
- Afrontar las curvas: Un punto clave que, de no saber gestionar, puede llevarnos a ver cómo nuestro vehículo se descontrola. Deberemos tener siempre dos cosas en cuenta: nuestra velocidad y cómo manejamos el volante. Como antes, adecúa tu velocidad frenando antes de llegar a la curva, con anticipación, manteniendo una velocidad constante y moviendo el volante con suavidad. Cuando veas el final de la curva, podrás empezar a acelerar suavemente para ganar estabilidad. «En una curva lo mejor que podemos hacer es no frenar y sí llegar a la velocidad adecuada. Porque si abordamos una curva con exceso de velocidad tendremos que frenar dentro y es muy probable que nos salgamos».
- Saliendo de autovías y autopistas: Antes de frenar en nuestro propio carril, lo mejor será tomar el carril de desaceleración desde el principio y reducir nuestra velocidad aquí, así evitaremos poner en riesgo a los vehículos que vengan por detrás de nosotros. Observa y cumple la señalización, ya que luego podemos encontrarnos curvas cerradas, semáforos, peatones… en la incorporación a la nueva vía.
La distancia de seguridad, intersecciones y pendientes
- La importancia de la distancia de seguridad: Circular pegado al vehículo de delante provocará que, si este tiene que frenar, se pueda producir el efecto acordeón, que no es otra cosa que un accidente en cadena por alcances. Si estás en esa situación, puedes usar la luz de freno para avisar del peligro al conductor de detrás: «Con toques suaves y reiterados del pedal, sin disminuir la velocidad, apoyando el pie lo necesario para encender las luces de freno, ese conductor va a percibir el riesgo de alcance y a frenar instintivamente para distanciarse», asegura Serena.
- Ojo a las intersecciones: Podemos tomar al pie de la letra las indicaciones del primer apartado, el de las detenciones. Por ejemplo, al acercarnos a una rotonda o a un cruce, debemos aumentar las precauciones y adaptar nuestra velocidad antes de realizar la maniobra. Observa las condiciones de circulación con antelación, incluso los vehículos que vienen por detrás. Señaliza tu intención de girar y, solo cuando sea seguro maniobrar, empieza a reducir la velocidad de forma progresiva, bajando a marchas más cortas para favorecer el freno motor.
- No abusar del freno en pendientes: En carreteras de montaña, no es una buena práctica abusar del freno, ya que podemos sobrecargar el sistema de frenado y provocar que este pierda eficacia. Deberás saber cómo adaptar la velocidad, manteniéndola siempre en un rango adecuado para no abusar del freno. Observa la señalización y tu entorno para prever cómo será la próxima frenada. Las señales ayudan a identificar el peligro de las curvas y los tramos con más pendiente. «Acelerar en exceso exige frenadas fuertes, desgasta los frenos y dispara el consumo».
Frenada de emergencia
- Frenar sin dudar: Los avances tecnológicos en seguridad permiten que los coches de última generación detecten cuándo se pueda producir una colisión y aplicar los frenos de forma automática. Si no es así en tu vehículo, deberás saber cómo reaccionar para evitar una posible colisión contra otro vehículo, un peatón o un animal en la calzada. Es importante, en una situación de emergencia, pisar el pedal de freno a fondo (y el pedal del embrague si el coche es manual) y que no aflojes la presión, aunque sientas la vibración del sistema ABS sobre el pedal. «En una frenada sorpresiva debemos aplicar toda la potencia de frenado sin contemplaciones ni asustarnos», remata Juan Ignacio Serena.
Fotos: DGT