Compartir coche y cobrar a pasajeros es legal, siempre y cuando no te lucres
La normativa que establece la diferencia entre lo que es un viaje compartido y un servicio de transporte (que necesita autorización administrativa) es clara, no puede haber ánimo de lucro y lo que se cobre debe ser una parte de los gastos.
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Publicado: 24/10/2019 22:30
Una de las noticias del día ha sido el pequeño escándalo que se ha producido en Andalucía, a cuento de que un diputado autonómico compartía coche con terceros mientras estaba cobrando dietas por desplazamiento. El interfecto se llama Andrés Samper (Ciudadanos) y ya ha dimitido.
El diputado fue "pillado" por un tuitero, @VillaDiestra, que le encontró en la web de viajes compartidos de Blablacar. Inicialmente Andrés se hizo el sueco y dijo no ser él, pero acabó admitiendo la incompatibilidad. O se cobran dietas por desplazamiento, o se comparten gastos, pero ambas cosas a la vez no son posibles. Devolverá las dietas cobradas cuando compartió los trayectos.
El diputado en cuestión percibía 3.749,21 euros netos por su trabajo, además de 410 euros de dietas a la semana (lo que le corresponde por más de 300 km) para poder cubrir sus desplazamientos desde Almería hasta el parlamento andaluz, sito en Sevilla. Obviamente los viajes en Blablacar no suponían una forma de sobresueldo con semejante poder adquisitivo y un Mercedes-Benz Clase C Coupé como vehículo.
Podemos aprender de este caso para no cometer errores similares. Cuando se trata de un vehículo propio, sin que cobremos dietas por desplazamiento o de otro tipo, el importe de los gastos variables del viaje son los que se reparten entre los pasajeros. Las aportaciones, sumadas, no pueden exceder dichos gastos.
Por lo tanto, no se puede imputar a los pasajeros lo que cuesta el seguro, la revisión anual del coche, la ITV o el impuesto municipal (IVTM), eso íbamos a pagarlo igual, viajásemos o no. Sí se puede prorraterar el consumo de combustible, los peajes y cosas así. Blablacar y su principal competidor, Amovens, permiten elegir el precio del viaje dentro de una horquilla.
El señor Andrés no cobraba 24,50 euros por trayecto, ya que ahí se incluye la comisión de Blablacar y el IVA de la misma, seguramente el precio que estableció fue de 18-20 euros, difícilmente se saca un buen sobresueldo así. Pero Blablacar no es la mejor opción, ya que el importe mínimo en ese trayecto es de 12 euros (comisión aparte), como hemos comprobado.
El diputado alegó que su hijo le dio de alta en la plataforma para que no viajase solo, ya que en un viaje de esa distancia, más de 400 kilómetros, corría el riesgo de sufrir somnolencia y lo hizo por tener compañía. Aceptamos barco como animal acuático, le concedemos el beneficio de la duda.
¿Qué debería haber hecho Andrés? Compartir viaje por Amovens, ya que esta plataforma sí permite poner un precio simbólico de 1 euro por viaje, del que el conductor percibe 90 céntimos y el resto la plataforma. Bastaría con invitar a cada pasajero en una parada intermedia a un café para cumplir con la legalidad, si nos ponemos estrictos.
Y sin café, basta con considerar el aumento de consumo del vehículo por llevar pasajeros (calculemos 75 kg adicionales de media por persona). Sería legal, vamos
Veamos otros casos. Supongamos que alquilamos un coche y hacemos un viaje, y queremos compartir plazas para que sea más económico. El coste del alquiler, la franquicia y la reserva no son imputables como gasto variable, solo el combustible y los peajes. Lo recomendable es tomar el precio que sugiere la plataforma, ya que está dentro de la media.
¿Qué pasa si nos aprovechamos de un alquiler a precio simbólico, 1 euro, como ofrece la plataforma Driiveme? El razonamiento es análogo al anterior, si se dividen los gastos variables del viaje, es totalmente legal. Es más, la propia plataforma Driiveme recomienda a sus usuarios hacer eso, aprovechar "el porte" para llevar gente y ahorrar en combustible.
En el caso de los vehículos con más de cinco plazas útiles, hay gastos superiores, sí, pero también se reparten entre más gente, así que se puede rebajar el precio respecto a lo recomendado. Pensemos en, por ejemplo, un ocho plazas, incluyendo conductor. Lo correcto sería compartir cinco plazas máximo (dos por cadas fila trasera y copiloto), evitando rellenar todas las plazas por motivos de confort.
Por cierto, tanto Blablacar como Amovens recomiendan no llenar el coche, ya que en la mayoría de los casos -salvo monovolumen o furgoneta- las plazas centrales no son tan cómodas y en un viaje largo es más incómodo para los pasajeros. Y si se llena, es cortés ponerlo en la descripción y ofrecer al que va en la plaza central un descuento o invitarle a algo. Eso ya es cosa de cada uno...