5 razones para comprar un SUV… y otras 5 para no hacerlo

Tras el éxito de los crossover y todocamino en el mercado español, ha crecido el número de defensores y detractores de este tipo de modelos. Examinamos las ventajas e inconvenientes esgrimidos por cada uno de ellos para saber si la adquisición de un SUV es una compra racional o sólo un capricho.

9 min. lectura

Publicado: 14/09/2016 20:30

Desde su nacimiento han sido todo un éxito. Los todocamino se han ido ganando una buena cuota del mercado con el paso del tiempo, demostrando que no se trata de una moda pasajera sino que gozan del interés del público. Y cada vez más. Conscientes de su éxito, cada vez más marcas se apuntan al carro y lanzan modelos todocamino de todos los tamaños, características y gustos.

Para entendernos, los podemos llamar crossover, SUV o todocamino. Sí, hay pequeñas diferencias entre ellos, pero en este artículo vamos a obviar la delgada línea que los separan para referirnos de forma genérica a aquellos modelos urbanos o compactos con estética de todoterreno y una cierta altura libre al suelo mayor que la de los turismos convencionales.

La popularidad de los SUV ha convergido en una serie de defensores y detractores de este tipo de vehículos ¿Es una compra racional? ¿Sirven para algo o sólo para aparentar? Vamos a analizar las ventajas e inconvenientes de un SUV frente al utilitario, compacto o berlina equivalente.

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INCONVENIENTES

  1. Por mucho que uno sea fan de los todocamino, lo que está claro es que su adquisición resulta más costosa que la de un turismo convencional. Por poner algunos ejemplos, podemos comentar que un Peugeot 2008 es unos 2.600 euros más costoso que el 208 equivalente, un Seat Ateca cuesta en torno a 3.300 euros más que el León, un Renault Captur cuesta alrededor de 1.100 euros más que el Clio, o un Hyundai Tucson vale unos 900 euros más que el i40.
  2. Con los SUV no sólo nos rascaremos el bolsillo al adquirirlos, sino también al mantenerlos ya que generalmente tienen un mayor consumo, además de expulsar más emisiones contaminantes que los turismos. Gastan más combustible porque suelen ser más pesados y por la mayor altura de su carrocería, que repercute en la aerodinámica negativamente. Si además contamos con un sistema de tracción total, las diferencias de consumo pueden ser notables.
  3. Relacionado con lo anterior, no se puede obviar que los crossover cuentan con prestaciones más pobres y son menos ágiles. Esta consecuencia se debe a su centro de gravedad elevado y el mayor peso que incide en las inercias. En muchas ocasiones también se aprecia por unas suspensiones con un tarado que busca favorecer el confort al superar baches y obstáculos frente al aplomo en carretera.
  4. Probablemente no sean tan seguros como un turismo convencional. A pesar de la creencia popular, más grande no significa más seguro. En caso de accidente, los SUV no son más seguros que los turismos convencionales sino que en muchos casos sucede al contrario. Es cuestión de física: los SUV tienen más peso e inercias, por lo que la energía cinética a dispersar en caso de impacto es mayor, lo que puede resultar potencialmente dañino para los ocupantes.
  5. Muchos detractores de los SUV afirman que la compra de este tipo de modelos no está justificada en la mayoría de los casos porque suele realizarse sólo por imagen, siendo una mera cuestión de status social. Como el perfil habitual del comprador de un todocamino jamás saldrá fuera del asfalto, los críticos señalan que en la compra no se tiene en cuenta la funcionalidad y no se hace de manera racional, sino que se hace para obtener un cierto halo de exclusividad que, se supone, tienen los todoterrenos y de la que carece un monovolumen o un familiar equivalente.

Sea como fuere, si los todocamino se han mostrado tan exitosos entre el público es por ofrecer muchas ventajas, que también hay que valorar porque tienen tanto peso como sus inconvenientes.

VENTAJAS

  1. Sin duda, uno de los grandes valores de un SUV es el diseño atractivo. La estética es fundamental a la hora de conseguir los favores del público, por ello los crossover suelen contar con líneas agresivas, capós abultados, paragolpes voluminosos, pasos de rueda sobredimensionados, elementos cromados y ruedas de gran tamaño.
  2. Los todocamino cuentan con una mayor altura libre al suelo que le permiten afrontar rutas camperas sin preocuparse de rozar los bajos o de que las piedras golpeen la carrocería. Está claro que cualquier SUV es más efectivo fuera del asfalto que un turismo convencional equivalente gracias a sus suspensiones sobreelevadas. Útil en pistas de tierra, pero también para no dejaros los bajos en rampas empinadas de garajes e incluso en algunos de los desmesurados badenes (también llamados guardias tumbados o resaltes) con los que algunos simpáticos ayuntamientos inundan sus municipios.
  3. Incluso realizando un uso frecuente fuera del asfalto, un SUV es más racional que un todoterreno si no vamos a circular por caminos muy complicados. Y también más fácil de conducir, ya que no hay que preocuparse de reductoras o bloqueo de diferenciales. La mayoría de usuarios de todocamino no saldrán nunca del asfalto, o cuando lo hagan circularán por pistas en buen estado, y buena muestra de ello es que la mayoría se decanta por un 4x2. Para ese tipo de uso, un crossover cumple perfectamente, especialmente si se montan unos neumáticos mixtos. Un todoterreno puro y duro permite aventurarse por pistas muy rotas y enfrentarse a grandes obstáculos pero ¿para qué pagar más por una tecnología que no se va a aprovechar?
  4. Otro de los argumentos más frecuentes esgrimido por los usuarios de todocamino es estar sentado más alto, lo que repercute en una mejor visibilidad, permitiendo dominar el entorno gracias a contar con un campo de visión más amplio. Esta circunstancia también supone un plus de comodidad a la hora de entrar y salir del interior del coche, especialmente en el caso de gente mayor o con problemas de movilidad.
  5. Tampoco se puede dejar de lado la mayor polivalencia de los SUV por ser una mezcla de turismo, monovolumen y todoterreno. La habitabilidad interior está más aprovechada, especialmente en altura para los ocupantes, algunos ya ofrecen hasta siete plazas, la capacidad de carga disponible es generalmente superior a la de sus homólogos de asfalto y permiten alguna que otra escapada campera.

En definitiva, y como sucede en cualquier otro segmento, un crossover puede ser una de las mejores opciones de compra, pero siempre y cuando las características de estos modelos se adapten al perfil y las necesidades de uso habituales del comprador. Además, sobre gustos no hay nada escrito.

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