Válvula de descarga para el turbo, lo que necesitas saber
Una de las modificaciones más comunes en motores gasolina con turbocompresor es instalar una válvula de descarga atmosférica, la cual produce un sonido fuerte de silbido. Además de esta característica, tiene otro beneficio para el turbocompresor, reducir el retardo o "lag".
6 min. lectura
Publicado: 08/05/2018 13:00
Hoy día los motores turbo han dejado de ser exóticos, exclusivos o únicamente de corte deportivo. La inmensa mayoría de los gasolina que están a la venta disponen de turbocompresores, gracias a los cuales los motores pueden tener un rendimiento más alto del esperado en sus versiones atmosféricas o de aspiración natural.
Como bien sabéis, el turbocompresor tiene como finalidad aprovechar la energía de los gases de escape para comprimir el aire de admisión e introducirlo a presión en el colector de admisión. Al aumentar la cantidad de aire, se introduce más gasolina, logrando un aumento en la potencia, el par y por ende, las prestaciones.
Se presenta un problema cuando se suelta el acelerador para cambiar de marcha, la mariposa del conducto de admisión se cierra, y por lo tanto se produce un aumento puntual de presión en el colector y en las tuberías que lo preceden. Ese aumento de presión puede forzar a las aspas del turbo a perder velocidad por la contracorriente, ¿cómo solucionarlo?
Válvulas de recirculación o by-pass
La solución habitual consiste en detectar el aumento de presión por cierre de la mariposa, mediante un tubo de vacío, y redirigir el aire comprimido de nuevo a la admisión previa a la entrada del turbocompresor. De esta forma, al turbocompresor le quitamos ese freno y le ayudamos parcialmente, reduciendo por tanto el "lag" en su respuesta en la marcha siguiente.
Este diseño implica que la recirculación se haga después del sensor de flujo de aire (MAF en inglés), de lo contrario la centralita reaccionaría al incremento de aire con una mezcla más rica en gasolina, produciendo un aumento puntual de emisiones y consumo al no corresponderse la cantidad de aire con la de gasolina.
En los motores diésel la mariposa tiene una funcionalidad diferente, regular el paso de los gases de escape que se recirculan a la admisión (EGR), y solamente en la parte baja del cuentavueltas. La recirculación es silenciosa, lo cual nos lleva al siguiente concepto, las válvulas de descarga.
Válvulas de descarga
También conocidas como blow-off valve o BOV, son las responsables del famoso sonido tipo "ptchsss" asociado a coches preparados o que han recibido algo de tuning. Estas válvulas vierten en el vano el aire que sobra en el colector de admisión, en vez de recircularlos. Esta súbita descarga de aire es la responsable del particular sonido.
En función de su diseño -y de su precio- el sonido es más o menos estridente o bonito. La instalación es sumamente sencilla, solo hay que taponar el conducto al que se recibiría el aire aliviado (ya que no lo recibirá más) y reemplazar la válvula de recirculación original por la de descarga. Con los tubos correctos, se tardan pocos minutos.
Cuanta mayor sera la presión de soplado, más escandaloso será el sonido
Tienen el beneficio inmediato de que el turbocompresor no sufrirá la contrapresión que decelere sus álabes, por lo que al siguiente cambio se notará una respuesta más ágil. También contribuye a una mayor vida útil de las tuberías, sobre todo a largo plazo.
Las válvulas de descarga pueden ser de dos tipos. Si es de tipo "push" (empuja), un muelle es el responsable de permitir la apertura de la válvula a una presión determinada. Como el tarado es fijo, puede quedarse corto (puede haber fugas) o largo (no abre con facilidad y se acumula sobrepresión).
Las más sofisticadas son de tipo "pull" (tira), que recurren a membranas en vez de muelles. Son de regulación "automática" y por tanto universales, pero más caras. Permiten la estanqueidad del circuito y un mejor comportamiento en cualquier rango de presión.
Te recomendamos que tengas mucho cuidado a la hora de comprar una BOV, ya que puedes llevarte una falsificación con peores materiales y menor vida útil. Primero, sospecha de precios muy bajos. Por ejemplo, las famosas HKS SSQV tienen precios recomendados por encima de 300 dólares, si valen menos de 150 seguramente estás ante una falsificación.
Por fuera dan el pego, pero a nivel interno es donde están las diferencias. En la imagen superior vemos una válvula falsa. Se nota rápidamente por el acabado metálico y el logotipo que no brilla -sin la ®-, además de un cartonaje de peor calidad, detalles de los tornillos... ojo con esto.