¿Cuánto cuesta la batería de un coche eléctrico y qué influye en su precio?
La autonomía y el precio de un vehículo eléctrico ha sido durante muchos años su principal punto en contra frente a los coches híbridos o de combustión interna. Aunque el desarrollo y la evolución de la tecnología asociada a las baterías ha permitido una paulatina reducción de los costes, aún es motivo de preocupación.
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Publicado: 30/04/2020 09:30
Dejando de lado el tema medioambiental, lo cierto es que la clave de todo vehículo eléctrico que quiera competir en prestaciones con uno híbrido o de combustión interna es, en esencia, la batería de la que se sirve para moverse.
De ella va a depender la autonomía, pero también el precio o el tiempo de espera durante la recarga, que aunque han ido mejorando en los últimos años siguen impidiendo que los coches eléctricos puedan competir en igualdad de condiciones con los modelos dotados de mecánicas más tradicionales.
Así las cosas, ¿cuánto cuesta la batería de un coche eléctrico? Vamos a responder a esta pregunta, pero no sin antes analizar las cuestiones que influyen en el precio de la misma.
Características de una batería de coche
No viene mal recordarlo por si acaso: la batería de un coche eléctrico tiene la misión de suministrar energía al motor eléctrico para que este genere movimiento. Al igual que el depósito de un coche dotado de motor de combustión interna, almacena su combustible particular, en este caso la electricidad.
Las principales cualidades que ofrece una batería de coche y que determinan su eficiencia son las siguientes:
- Potencia, generalmente medida en W/kg.
- Eficiencia, es decir, el rendimiento de la batería.
- Ciclo de vida: el número de recargas completas que puede soportar y, por tanto, su duración.
- Densidad energética o la energía que es capaz de suministrar por cada kg. Se mide en Wh/kg e influye directamente en la autonomía y peso del coche.
Tipos de baterías de coches eléctricos
Como en casi todo, tenemos diferentes tipos de baterías que nos ofrecen diversas cualidades y, como no, influyen en el precio final. Algunas son más económicas, otras más eficientes, otras más ligeras:
- Plomo-ácido: es la más antigua y entre sus ventajas destaca el bajo coste, aunque pesa mucho, ofrece una recarga lenta y el plomo es tóxico. Suele utilizarse para funciones de arranque, iluminación o soporte eléctrico en vehículos de pequeño tamaño.
- Níquel-cadmio: su aplicación suele estar más dirigida a la aviación y la movilidad militar por su alto coste de adquisición, pues además ofrece un gran rendimiento a bajas temperaturas. El efecto memoria es otro de sus inconvenientes, por lo que van perdiendo capacidad con cada recarga.
- Níquel-hierro: suelen llamarse de «ferroníquel», pero su escasa potencia y eficiencia las ha desechado en la industria actual.
- Níquel-hidruro-hidruro metálico: ofrecen un rendimiento similar a las de níquel-cadmio, pero con un efecto memoria inferior y menor agresividad con el medio ambiente. Sin embargo, necesitan mantenimiento constante y se deterioran fácilmente con altas temperaturas, altas corrientes de descarga o sobrecargas. Son lentas de recargar y generan mucho calor.
- Ión-litio (LiCoO2): están formadas por electrolito de sal de litio y electrodos de litio, cobalto y óxido. Permite una alta energía específica, eliminación del efecto memoria, ausencia de mantenimiento y facilidad de reciclaje. Además, disponen del doble de densidad energética que las baterías de níquel-cadmio en un tercio de su volumen. Como desventajas, encontramos el alto coste de producción, su fragilidad -especialmente en caso de sobrecalentamiento- y su dificultad de almacenamiento (frío y carga parcial). En conjunto, son las más utilizadas en la actualidad.
- Ión-litio (LiFePO4): sustituye el cobalto de la anterior por el hierro, ganando estabilidad y seguridad de uso. Además, ofrece mayor potencia y ciclo de vida, pero tiene una menor densidad energética y es aún más cara.
- Polímero de litio: ofrece mayor densidad energética y potencia que las de ión-litio, siendo además ligeras, eficientes y sin efecto memoria. Pero el ciclo de vida es corto y su coste, más elevado.
- ZEBRA: también denominadas de sal fundida, utilizan electrolito de coroaluminato de sodio triturado. Trabajan a 250 ºC y son complejas, pero ofrecen buenos niveles de energía, pero el electrolito se solidifica al bajar de temperatura y necesita tiempo para fundirse de nuevo. Ofrecen el mayor ciclo de vida, pero necesitan mucho espacio.
- Aluminio-aire: al necesitar la sustitución de electrodos de metal gastados, se denominan pila de combustible. Cuentan con una capacidad de almacenaje hasta diez veces superior a las de ión-litio, así como una densidad energética sin rival, pero sus problemas de recarga y fiabilidad han hecho que no tengan, de momento, buena aceptación.
- Zinc-aire: en fase experimental, necesitan obtener oxígeno de la atmósfera para generar corriente eléctrica. De gran potencial energético y fiabilidad, pueden almacenar el triple de energía que las de ión-litio en el mismo volumen y con la mitad del coste. Para muchos es la batería del futuro.
Cuánto cuesta una batería de coche eléctrico
Una vez conocidos los principios básicos de las baterías de coche, podemos afrontar la pregunta clave: ¿cuál es su precio? Bien, no existe una cifra concreta, pero por regla general una batería completa suele rondar al menos los 5000 euros, aunque existen condicionantes que pueden hacer variar esta cantidad.
Por un lado, y en el caso de que ya tengamos un coche eléctrico y la batería ya empiece a ofrecer signos de fatiga puede ser necesario cambiar sólo algunas celdas de la misma, por lo que el coste de sustitución de esa parte dañada es lógicamente menor que el del conjunto.
Por suerte, las marcas ofrecen periodos de garantía muy superiores a los de la propia garantía del resto del vehículo, pero también existe otra fórmula para abaratar el precio de adquisición de un coche eléctrico nuevo: el alquiler de las baterías.
Tomando como ejemplo el Renault ZOE, la marca francesa nos ofrece dos modalidades de compra del coche: una incluye la adquisición total en propiedad del mismo y la segunda implica el alquiler de las baterías.
De ese modo, el precio de un modelo básico de la gama ZOE parte de los 29.000 euros si optamos por comprarlo todo, lo que incluye una garantía de ocho años o 160.000 km. para las baterías. Pero si queremos alquilarlas, entonces el coche nos costará desde 21.600 euros más la cuota mensual correspondiente al mencionado alquiler de las baterías.
En este punto, las marcas suelen fijar una tarifa en función de los kilómetros anuales recorridos. En el caso del ZOE, Renault oferta 74 euros mensuales de alquiler hasta los 7500 km. mensuales y 124 euros mensuales para kilometraje ilimitado, que según la versión del vehículo puede venir incluida en el precio. Como apunte, decir que este servicio incluye la asistencia en carretera, algo que por otra parte no nos hará cambiar de opinión, sea cual sea la que vayamos a tomar. Lo que sí es importante tener en cuenta es que el alquiler incluye la sustitución gratuita en caso de reducción del rendimiento.
En 2010, el precio de la batería de un coche eléctrico suponía el 57% del precio total del vehículo de media, mientras que en la actualidad se asemeja más al 35%. Durante el primer trimestre de 2020, el precio medio del kWh era de 160 euros, lo que dejaría una batería de 30 kWh en un coste aproximado de 4800 euros. En 2019, el precio del kWh descendió un 11,36% con respecto al año anterior y un 27,1% con respecto a 2017. Ello deja claro que, poco a poco, los costes asociados a las baterías de los coches eléctricos se van ajustando a valores más asumibles para el mercado. De hecho, la previsión marca un coste de 86 dólares en 2024 y de 57 en 2030: 1710 euros para una batería de 30 kWh.
La vida útil de una batería de coche eléctrico
Tan importante como el precio es la duración de la batería que lleva instalada nuestro vehículo. En la actualidad, las batería de ión-litio son la norma habitual y suelen tener una duración aproximada de 3000 ciclos completos de recarga.
Si tomamos como referencia una carga completa diaria, las baterías de nuestro coche nos durarían un poco más de ocho años, aunque para ello su uso tendría que ser intensivo y constante, pues no es normal que el usuario de coche eléctrico recorra más de 100 km. al día.
¿Cómo alargar la duración y la autonomía de las baterías de coche eléctrico?
Para terminar, conviene que tengamos algunas nociones sobre cómo mantener en buen estado durante más tiempo las baterías de un coche eléctrico, pues la autonomía puede verse muy alterada con el paso del tiempo si no seguimos unas pautas de correcta utilización:
- Las aceleraciones suaves evitan desgastes y descargas innecesarias.
- El uso en entorno urbano permite una mayor autonomía que el tránsito por carretera.
- El modo de conducción ecológica aumenta la autonomía.
- El uso del freno regenerativo permite recargar la batería durante la conducción, aumentando la autonomía. Para ello, lo mejor es levantar pronto el pie del acelerador o dejar rodar el vehículo en tramos llanos o descendentes.
- Programar el cambio del líquido refrigerante de la batería a los 170.000 km. y posteriormente en intervalos de 120.000 para evitar sobrecalentamientos que dañen la batería.
- Las temperaturas extremas perjudican la duración de la batería. En zonas frías, la carga y el número de intervalos de recarga disminuyen y el consumo de la energía es mayor.
Fotos: Pixabay