¿Cuánto estamos dispuestos a pagar de más por coches más ecológicos?
La ecología, a veces, sale más cara. Existe un cierto nivel de flexibilidad en el bolsillo del consumidor para ser más «verde», y con la normativa Euro 7 tendremos que poner a prueba dicha flexibilidad. Una encuesta europea le pone precio.
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Publicado: 21/01/2022 22:45
Los motores de combustión en la Unión Europea están sentenciados a desaparecer en unos pocos años, debido a la prohición de matricular todo lo que emita CO2 por el tubo de escape. Eso implica necesariamente que no habrá coches con tubos de escape, salvo los de pila de combustible de hidrógeno, que sueltan básicamente agua.
Pero como paso previo a su muerte comercial hay que salvar un gran escalón, que se llama Euro 7. Será la norma que aplique a los 100 millones de automóviles de combustión que se van a matricular entre 2025 y 2035 en Europa. Esta normativa será mucho más dura que la versión más estricta de Euro 6, la que aplica hoy día y desde 2014.
Una de las mayores dificultades para cumplir la futura normativa es la necesidad de que el límite legal de gases contaminantes permanezcan dentro de la legalidad en un mayor abanico de circunstancias, no solo dentro del ciclo de homologación WLTP -que es más estricto que los que se han usado durante años-. Eso implica sistemas antipolución muy eficaces, ergo más caros.
Algunos fabricantes se escudan en que los consumidores no estamos dispuestos a pagar la diferencia que implicaría tener en los coches de combustión interna más limpios y que cumplan siempre la norma. La Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E) y ECODES tratan de argumentar lo contrario con una encuesta a nivel europeo.
Con una muestra de 2.112 adultos que fueron entrevistados entre el 10 y el 15 de noviembre del año pasado, esa cifra queda establecida en 500 euros. Concretamente, preguntaron: «Los fabricantes de coches pueden reducir considerablemente la contaminación que generan los vehículos por menos de 500 euros (más barato que pintar la carrocería). ¿Estarías dispuesto a pagar ese coste adicional por un coche nuevo?».
Como podemos ver en la imagen superior, la media de las respuestas fue favorable con un 65% de síes, 71% en el caso de España e Italia, por encima de la media. La encuesta pregunta en el momento de la compra, no hace mención al mantenimiento que haría falta en el futuro. Porque los sistemas antipolución van perdiendo eficacia con el tiempo...
Otra pregunta interesante es si hay que apretar más las tuercas a los fabricantes. Literalmente, preguntaron: «El tráfico rodado es una de las principales fuentes de contaminación atmosférica. ¿Crees que se debeería o no obligar por ley a que los fabricantes de coches redujeran la contaminación que generan los coches nuevos de gasolina o diése, en la medida que fuese posible desde un punto de vista técnico?».
Los resultados son más robustos al estar conformada una muestra mucho más grande, 8.228 adultos preguntados en el mismo periodo. El 76% opinó que sí a escala europea, en el caso de España salió un 88%. En teoría, la normativa Euro 7 sería precisamente eso, una forma legal de obligar a los fabricantes a recortar las emisiones en la medida que sea posible (y algunos creen que en la medida de lo imposible también).
Es más, el 85% de los encuestados españoles exigen que se cumplan los límites de emisiones en cualquier momento: «¿En qué medida está de acuerdo o en desacuerdo con la siguienteafirmación? Los coches deberían cumplir los límites legales mínimos independientemente de cómo, cuándo y dónde se utilicen.». El 48% dijo «muy de acuerdo», y el 29% «bastante de acuerdo» a nivel europeo.
Cuestión más peliaguada es el seguimiento a largo plazo de la eficacia de los sistemas anticontaminación. Según aclara T&E, la Comisión Europea solo verifica esto durante 100.000 km o cinco años. En teoría las revisiones técnicas de los estados miembros deberían controlar eso en el parque rodante. En España las llamamos ITV. ¿Acaso las pruebas de gases que pasamos no sirven para eso?
Existe una experiencia en Japón de qué pasa cuando los límites de emisiones son rigurosos incluso para los coches usados. Básicamente es muy difícil ver modelos de más de 10-15 años rodando por grandes ciudades como Tokio o Kioto, y los que lo hacen están impecables. Las temidas ITV japonesas, las shaken, son duras y muy caras, pero al menos incluyen el seguro obligatorio. Los que no cumplen o se van al desguace o se exportan a terceros países.
Todo esto referido a coches con motores térmicos. A los que se decidan por un eléctrico nada de esto le va a suponer un problema, sus emisiones son cero y lo van a ser siempre, porque no hay tubo de escape. Eso sí, no hay que pagar 500 euros más, según el modelo más bien son 5.000 euros de diferencia o 15.000 (incluso más), y eso ya no está tan dispuesto a pagarlo la mayoría de la gente por contaminar menos, aunque el coste de vida completo (TCO) le haga ahorrar.
Fuente: Transport & Environment